Una serie de breves videos grabados desde lo profundo —literalmente— de la tragedia de Myanmar, se viralizaron en las últimas horas.

Las filmaciones fueron hechas por dos chicas de de 13 y 16 años, y logran transmitir qué se siente cuando se está atrapado entre los escombros de un terremoto, como el de magnitud 7,7 que sacudió el país el viernes.

Las imágenes muestran a las niñas atrapadas en su apartamento en un sexto piso en Mandalay,  y a su abuela cubierta de sangre.

El padre de las niñas inicialmente creyó que sus hijas y su madre habían muerto,  y pidió ayuda en las redes sociales para recuperar sus cuerpos. Por fortuna, estaban vivas y lo demostraron con sus videos.

"Mis hijas grabaron videos en sus teléfonos, pensando que si ellas y su abuela morían, encontrarían sus teléfonos y sus padres los verían. Incluso desbloquearon sus teléfonos", escribió el hombre en Facebook.

El padre de las niñas dijo que la familia podía oír a otras personas atrapadas debajo de ellos entre los escombros del bloque de apartamentos Sky Villa. “Se llamaban desde arriba y desde abajo, pero no se oía nada del exterior. Con el paso de las horas, se desanimaron y se agarraron de la mano de su abuela, llorando», relató.

Según consigna Diário de Notícias, los rescatistas encontraron a las niñas y a su abuela, pero una cosa era localizarlas y otra muy distinta lograr rescatarlas.

En principio usaron un martillo para hacer un pequeño agujero y dar agua a las tres personas, pero luego tuvieron que abandonar el área para conseguir más equipo. Al quedar solas de nuevo,  las chicas decidieron ponerse a trabajar y usaron el martillo de los socorristas para abrir una vía de escape, tarea nada sencilla.

"Querían hacer una abertura más grande para su abuela, pero las piedras grandes eran demasiado pesadas y las dos hermanas no podían moverlas", escribió el progenitor.

Luego,  los rescatistas regresaron y lograron rescatar a las niñas. La abuela de 75 años, que se encontraba "sin aliento", al principio no pudo atravesar el agujero, pero finalmente pudieron retirarla.

"Estoy profundamente agradecido a mi madre y a mis dos hijas por soportar esta dura prueba con un espíritu tan fuerte", escribió el hombre.

El terremoto en Myanmar ha matado a más de 2.800 personas, según los últimos datos.