Desde 2018 que en Uruguay conocemos la historia del Farmville turco, un juego de computadora con el que se estafó a miles de personas y se consiguió un dinero casi incontable que, sorpresivamente, vino a parar a nuestro país.

En Uruguay se cometieron varios delitos de lavado de activos con dinero procedente de Turquía, donde el juego virtual (fundado en 2016) explotó. Básicamente, la actividad de esparcimiento consistía en que las personas adquirieran animales de granja virtuales, pagando dinero a la empresa dueña del juego.

Se les hacía la promesa de que con su aporte se adquirirían efectivamente animales de granja que se colocarían en campos reales e instalaciones apícolas, con lo que obtendrían una ganancia por su inversión.

Incluso en Turquía hubo publicidad por televisión y se llevaron a cabo varias campañas en las redes sociales con el fin de atraer a las víctimas para que participaran en el fraudulento juego.

De esta forma, según dicen las autoridades turcas, los malhechores lograron obtener un beneficio de aproximadamente dos billones de liras turcas (aproximadamente 500.000.000 de dólares).

La investigación

Una representante del Banco Central de Uruguay presentó una denuncia en 2018 sobre una serie de operaciones sospechosas en la que estarían vinculados algunos ciudadanos de nacionalidad turca, que hasta ese momento se desconocía quiénes eran.

Eso motivó la investigación de la Fiscalía uruguaya, que reunió evidencia suficiente.

La historia en Uruguay comienza cuando el ciudadano nacido en Turquía de iniciales O.N.K., de 45 años, vino hace unos años a cumplir tareas metalúrgicas, luego de lo cual retornó a su país y posteriormente regresó al nuestro en 2009, donde continuó en la actividad privada como empleado.

En el año 2017 conoció a su compatriota de iniciales M.A. (sobre el que actualmente pesa orden de captura), quien llegó a nuestro país previo contacto con O.N.K.

La investigación de la Fiscalía permitió reunir evidencia de que O.N.K. sirvió y participó activamente como nexo que M.A. utilizó para la operativa de lavado de activos provenientes del juego, del cual era dueño junto a otras personas.

Un equipo integrado por la Fiscalía, la Secretaría Nacional para la Lucha contra el Lavado de Activos, la DGI, el BPS, el Banco Central e INTERPOL, descubrió con especificidad cómo se desarrolló la actividad ilícita en nuestro país.

Ambos turcos se vincularon en calidad de socios en una empresa inscripta en la DGI en 2016 que figuraba en el rubro de materiales de construcción y obras de arquitectura.

M.A. fue el primer director de la empresa y O.N.K. el segundo. La sociedad, que siempre se usó para lavar dinero, también tuvo la participación de otras personas.

Sobre una de esas personas que participaron en la empresa también rige una orden de captura. El buscado es un ciudadano turco que vino a Uruguay tiempo atrás.

La idea de estas personas siempre fue traer el dinero de Turquía, para lo cual también se usó a varios sujetos que figuraron como apoderados de diversas cuentas.

Algunas de las cosas más llamativas que compraron en nuestro país fue un Ferrari de 640.000 dólares, una embarcación de 1.500.000 dólares y un inmueble por 1.690.000 dólares.

También compraron un montón de vehículos para la empresa que fueron pagados mayoritariamente a través de giros internacionales, realizados directamente a las cuentas de las empresas o personas físicas vendedoras de los coches.

Decomiso

Finalmente, después de que se cerrara la investigación, la Fiscalía Letrada de Montevideo de Delitos Económicos y Complejos de 1º turno, a cargo del fiscal Enrique Rodríguez, dictaminó el decomiso del resto de los bienes de los ciudadanos de nacionalidad turca, en una suma aproximada a los U$S 2.700.000.

El fiscal solicitó además que todos los bienes queden a disposición de la Junta Nacional de Drogas, la que tendrá la titularidad y disponibilidad de los fondos.