El portal International Politics and Society, una revista que "destaca la desigualdad global y ofrece nuevas perspectivas sobre temas como medioambiente, la integración europea, las relaciones internacionales, la socialdemocracia y las políticas de desarrollo", publicó un artículo dedicado a nuestro país y la estrategia del gobierno que se tituló: "La terapia de shock neoliberal de Uruguay" (Uruguay's neoliberal shock therapy en inglés).

En esta nota, firmada por Sebastian Sperling, director de la oficina Friedrich-Eberts-Stiftung en Montevideo, se advierte que en nuestro país "el gobierno de centroderecha desmantela el sistema que hizo que su respuesta a la pandemia fuera tan exitosa".

Si bien reconocen que el gobierno uruguayo tiene un merecido reconocimiento internacional por su accionar rápido, decisivo, con buen juicio y sin un bloque severo, destacan que se prestó menos atención internacional al hecho de que "el gobierno de centroderecha" está avanzando al mismo tiempo en una agenda integral de reformas.

"En un movimiento constitucionalmente controvertido, impulsó un enorme paquete de leyes a través de ambas cámaras del Parlamento bajo un procedimiento acelerado. Pero no proporciona ninguna respuesta, ni siquiera referencias, a las dimensiones históricas de la recesión inducida por la pandemia. Muchas medidas son contrarias a lo que cabría esperar en respuesta a una crisis tan fundamental. El único hilo conductor del paquete de reformas es la austeridad, la desregulación y la represión", señala el texto en referencia a la Ley de Urgente Consideración.

En este sentido, destacan que, en lugar de promover un fuerte paquete de estímulos económicos, "el gobierno se está apretando el cinturón". "En lugar de programas de inversión pública, ahora está presionando un límite de gasto legal a través del parlamento además del freno de la deuda ya existente. Sin duda, con el apoyo de todas las partes, estableció rápidamente un fondo corona junto con beneficios temporales de desempleo y un esquema de préstamos favorable para las empresas. Pero en lugar de estimular la demanda interna, continúa reprimiéndola: en medio de la pandemia, aumentó las tarifas de los servicios de electricidad, agua y teléfono en alrededor del 10 por ciento y redujo el reembolso del IVA del 4 por ciento en los pagos con tarjeta, que afecta particularmente personas de bajos ingresos", indica Sperling.

A su vez, el artículo señala que el gobierno está presionando en los consejos salariales tripartitos por un acuerdo salarial que esté por debajo de la inflación, en otras palabras, una reducción del salario real. Además, según el artículo, el gobierno está rechazando un esquema de ingresos básicos temporales para la cuarta parte de los hogares, como lo exige la oposición y los sindicatos.

"Su segundo objetivo es desmantelar las regulaciones que los gobiernos anteriores habían utilizado para proteger los intereses públicos contra los intereses del capital. La ley de inclusión financiera, que, entre otras cosas, obliga a los empleadores a pagar los salarios solo por transferencia bancaria y, por lo tanto, hace que la evasión fiscal sea más difícil, se está liquidando. El gobierno está restringiendo el derecho de huelga de los sindicatos, que está consagrado en la constitución. Y, aunque finalmente está estableciendo un Ministerio de Medio Ambiente en Uruguay, quiere abrir una gran parte de las áreas naturales protegidas del país para uso comercial. Además, con una nueva ley de medios, quiere restaurar algunos de los privilegios de las grandes corporaciones de medios, restringir los derechos públicos y eliminar los límites legales a la concentración de los medios", agrega la nota.

En un tercer punto, Sperling sostiene que se está "acoplando esta agenda neoliberal con la represión" ya que, entre otras cosas, "está endureciendo las leyes sobre la delincuencia y extendiendo tanto los poderes de la Policía como la impunidad para la autodefensa armada". Además, el artículo cuestiona la estabilidad de la coalición multicolor y la plantea la incógnita de cuánto tiempo más va a continuar la coalición de cinco partidos políticos.

"Se mantuvo unido, sobre todo, por un interés táctico compartido en sacar a la alianza de centro-izquierda Frente Amplio de su cargo después de 15 años, así como por los esfuerzos integradores del presidente Luis Lacalle Pou. A diferencia de su predecesor, ha demostrado ser un administrador de crisis omnipresente, dinámico, accesible y empático. Reaccionó con "dolor y responsabilidad" a la muerte de una persona sin hogar por el frío. Representa en persona la promesa electoral de la coalición de 'estar listo', y por lo tanto oculta el caos que a veces reina en las filas detrás de él", agrega.

Finalmente, la nota de este portal destaca que las reformas del gobierno ahora "amenazan con debilitar algunas de las cosas que distinguen al país en la región y que, en parte, explican su éxito actual en el control de la pandemia".

"Ningún país de la región es menos desigual, ningún país ha reducido tanto el sector informal y tiene un sistema de salud pública tan sólido. El estado de bienestar es sólido, los salarios reales son altos y la protección del empleo es buena gracias a los sindicatos fuertes y a los consejos salariales en funcionamiento. La infraestructura digital está bien desarrollada y la confianza en las instituciones, aunque está disminuyendo, es mayor que en los países vecinos. La deuda pública es relativamente alta, pero también lo son la calificación crediticia del país y las reservas estatales", sostiene.

El autor entiende que una de las razones que lo llevó a Lacalle Pou a ganar las elecciones es la recuperación de la hegemonía cultura. "Desacreditó al gobierno anterior con referencias a menudo justificadas a quejas continúas, algunas de las cuales venían de la izquierda, solo para ahora atacar con medidas de la derecha", afirma.

Según el texto, el gobierno "estableció con éxito la idea de que los intereses del capital y de la élite empresarial cuadran con el bien común". A su vez, señala que el gobierno redujo los ingresos más altos del sector público durante meses hasta un 20%, pero también descartó categóricamente poner impuestos más altos para los que más ganan y las grandes empresas.

"Contrariamente a toda la sabiduría neoliberal, el país había salido de la profunda crisis financiera y económica a principios del milenio a través de una política de inversión activa junto con políticas sociales y salariales progresivas y una expansión de los derechos civiles. El resultado fue la clasificación más alta de la región en muchos indicadores sociales, democráticos y económicos, junto con el período de crecimiento ininterrumpido más largo de su historia, que recién ahora está llegando a su fin en la recesión de Covid-19. Puede ser que se cumplan las esperanzas del gobierno de una recuperación económica 'en forma de V', si la demanda internacional, de la cual es altamente dependiente, sigue adelante. Pero en el camino hacia la reducción de la desigualdad, que, a pesar de 15 años de gobierno progresista, todavía tiene un largo camino por recorrer, Uruguay ahora está realizando un cambio radical", concluye el texto.