Familiares y allegados a Gonzalo, el joven que murió tras ser atropellado en un siniestro de tránsito en el barrio Conciliación el pasado 27 de noviembre, se movilizaron en la tarde de este lunes, pidiendo justicia y que el responsable “pague por lo que hizo”.
El grupo se concentró con fotos y pancartas en avenida Garzón y camino Máximo Santos, a pocas cuadras de donde ocurrió el choque. Allí, quemaron cubiertas y obstruyeron el tránsito, algo que no está permitido por la normativa actual, por lo que hubo entredichos con un policía que intentó intervenir.
El mayor malestar de la familia es por la situación del conductor de la camioneta que protagonizó el siniestro, quien, tras algunas horas detenido, fue dejado en libertad y permanece prófugo. “Lo único que pedimos es justicia, nada más”, dijo la madre del joven.
“A mí no me interesa la plata porque trabajo; yo no preciso nada. Lo único que pido es que pague por lo que le hizo a mi hijo, porque él, tirado en el piso, pedía que lo ayudaran y él le seguía pisando la cabeza. Dejó a una familia destrozada”, reclamó la mujer en diálogo con Subrayado (Canal 10).
Por otra parte, Francis, el padrastro de la víctima, le pidió a la fiscal del caso que “se ponga la mano en el corazón”. “En la tarde, ya estaba la filmación del accidente, [en la] que se ve clarito que la persona le pisa la cabeza varias veces y que los vecinos lo están reteniendo. Va un rato a la [seccional] 19 y lo sueltan como si nada”, afirmó.
“Ni un perro se merece lo que pasó Gonzalo. Tuvimos que ir al accidente y que nos dijeran que Gonzalo cuando chocó se quejaba del dolor; que estaba vivo y que este hombre lo terminó matando con la camioneta, pisándolo como a un perro”, añadió.
En determinado momento, un efectivo policial se acercó a la escena y les indicó que debían liberar la calle para que los autos pudieran circular.
“Dejen una vía de paso y pueden seguir manifestándose; están en todo su derecho. Les dejo en claro que no es legal esto; es mi obligación informarles cómo es”, relató el uniformado. Ante ese pedido, uno de los allegados dijo que iban a “seguir” con la quema de cubiertas.
“La fiscal se guio por la apariencia: llevaba camiseta de fútbol y un gorrito. Iba sin casco porque venía a traer un pedido; estaba trabajando, no estaba en ninguna cosa rara. La fiscal se llevó por eso; pensó ‘un ñery más’. ¿Por qué tengo que pasar esto mientras el hombre está suelto? No nos están dando una salida”, reiteró el padrastro de Gonzalo.