Cabildo Abierto (CA) dio un batacazo en 2019 con menos de un año de existencia al obtener 268.736 votos en las urnas electorales, posicionándose como la cuarta mayor fuerza política del país.

En ese momento, el partido no contaba con sublemas ni agrupaciones internas. Para el Senado se presentó una única lista, encabezada por Guido Manini Ríos. Para Diputados se presentaron cinco listas, de las cuales la más votada fue la encabezada por Elsa Capillera, con 23.271 votos.

Sin embargo, tras casi cuatro años en su banca parlamentaria, Capillera salió del partido, crítica con algunas dinámicas de CA y en parte decepcionada por la “falta de organización”.

La diputada optó por unirse al Partido Colorado y apoyar la precandidatura de Andrés Ojeda, decisión que generó críticas por parte de dirigentes cabildantes y dudas con respecto al grado de concordancia ideológica entre ambas figuras.

Legalmente, no hay inconveniente con que un legislador cambie de partido político mientras está en el cargo, ya que se entiende que las bancas pertenecen a la persona elegida y no al partido. Aun así, se da una situación peculiar en la que el titular y los suplentes de la banca terminan integrando distintos partidos, y por lo tanto, una misma banca está adjudicada a partidos diferentes, dependiendo de quién la ocupe en el momento.

Casos como este no son nuevos. El diputado Daniel Peña integró durante décadas las filas del Partido Nacional y en 2016 se unió al Partido de la Gente. También es el caso del entonces senador colorado Daniel Bianchi, que el mismo año pasó a formar parte del partido liderado por Edgardo Novick.

Sin embargo, este caso tiene la particularidad de que ocurre en pleno año electoral y la persona saliente entró en la campaña de un precandidato alterno.

Este es el caso del primer suplente de Capillera, el cabildante Jamil Murad, quien, en diálogo con Montevideo Portal, contó cómo es la dinámica en una banca dividida entre dos partidos y cuál era el acuerdo que tenían con Capillera, que según dice, no se cumplió.

En el diálogo entre ustedes, ¿se charló en algún momento o se dio cuenta de que Capillera se podía ir?

Ella ya militó para otro partido, para la lista 40 [Partido Nacional]. Siempre tuvo vínculo con mucha gente. Invitaciones tuvo muchas. Pero, ¿que fueran posibilidades? Yo nunca vi que una de las ofertas que le hicieron fuera una posibilidad para irse de Cabildo Abierto.

Fue una traición. Ella aclaró un día antes a Manini y al presidente de CA (Guillermo Domenech, en ese entonces). Avisó y enseguida se fue con Ojeda. La gente que la respaldó se enteró a último momento.

¿Usted también se enteró a último momento?

Yo me enteré por los medios. A último momento.

En ese momento, ¿intentó conversar con ella?

No. Esperé porque sabía que era un momento complicado. Cuatro o cinco días después llamé y hablé con ella un rato, y me dio sus motivos.

¿En qué tono fue esa conversación?

Fue amigable como siempre. Nuestras conversaciones siempre fueron serias y de entendernos.

¿Se conversó cómo iba a ser la dinámica a partir de ahí?

Sí. No se acordó nada. Ella me dio su punto de vista y las posibilidades que me ofrecía. Por ahí quedó.

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Murad entró en junio de 2019 a CA. Su suegro es coronel retirado, y el marido de su prima es el ahora diputado cabildante Rodrigo Albernaz.

“Luego, empecé a trabajar directamente con Eduardo Radaelli. Arranqué como militante y de a poquito me fui metiendo hasta que terminé estando de lleno y ganamos la banca”, explicó.

Se conoció con Capillera militando en el partido. Generó una “muy buena comunicación” y nunca con “diferencias graves”.

Consultado por el diálogo entre ambos a la hora de presentar proyectos, respondió: “Por el trato que tuvimos desde un inicio, yo tenía todo el derecho de presentarlos sin problema, sin su objeción, siquiera sin su aval. Y fue lo que hice”.

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¿Cómo era el acuerdo que tenían?

Teníamos un trato. Ella iba a estar (en la banca) cuatro años y el último año me lo iba a quedar yo, empezando desde marzo. Pero no se dio. Ella cambió de partido y el trato quedó en el aire.

No hay nada escrito, fue todo verbal.

¿En qué momento lo acordaron?

Al principio. Si mal no recuerdo, enero de 2020. Ya sabíamos que teníamos la banca y ahí terminamos de ajustar el acuerdo, que es mucho más extenso, no solamente eso. Hay muchas cosas de por medio.

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El diputado suplente señaló que el acuerdo con Capillera contenía otros aspectos, de índole política y económica.

“Se hace en todos los partidos. Todas las bancas tienen sus tratos y todos los tratos son privados. El tema es que judicialmente no tienen ningún valor porque el titular es el que asume la banca y es el que tiene el poder de todo. El titular dentro de la agrupación es Dios. Es el que pone la cara, pero atrás de ese hay 50 más que trabajan y apoyan”, aseguró.

Murad lamenta que no haya plasmado aquel trato por escrito. “No sería mi palabra contra la de ella, sino que sería algo escrito firmado por ella contra ella. Lo que ella hubiera hecho habría sido diferente si hubiera quedado por escrito”.

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¿Esta situación se conversó dentro del partido?

Lo he conversado sí, pero se optó desde el partido dejarla hacer lo que tuviera que hacer. No ponerle palos en la rueda. El partido no tiene para objetar nada, el tema es la gente. Se fue sin dar explicaciones.

Lo que más me choca es los ideales que mantenía cuando estábamos juntos y a los que se fue. Se fue a un contrario, a un total contrario. Nosotros estamos en contra del aborto, a favor de la familia, a favor de la deuda justa. Ella se cruzó a otro bando, a otros ideales.

Cuando la llamó después de su salida, ¿cuáles fueron los motivos que le dio?

Ella quería estar en la mesa chica, donde se cocinaban las cosas. No sentía que tenía el poder suficiente. No estaba en la cocina y quería estar en la cocina.

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Cada partido tiene su “cocina”. Los partidos tienen una estructura jerárquica en la que alguien tiene que hacer los “lineamientos generales”.

“Siempre en la militancia, cuando estás en la calle, va a haber alguien que esté organizando y armando”, dijo Murad. “Cada uno ocupa su lugar”.

En una entrevista que ofreció a Montevideo Portal, Capillera criticó la “falta de organización” de CA. “A mí me tomaban el pelo porque yo decía que quería estar en la mesa chica, pero de verdad que yo quería estar en la mesa chica. Yo quería incidir en la toma de decisiones”, afirmó.

En ese sentido, Murad expresó: “La estructura partidaria es una cosa, la estructura legislativa es otra. Ella pretendía estar en las dos”.

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Desde el lado de Capillera, ¿cuál es su actitud con esta situación?

Ella me ofreció volver a entrar como suplente todas las veces que viera necesario. El tema es que la banca... Es un tema complejo. Todavía no lo he usado. Capaz que voy y está todo bien.

Desde que Capillera se fue, ¿todavía no ha entrado como suplente?

Empezó en marzo la legislatura de este año. Yo no me presenté hasta ahora. Podría entrar y me interesa entrar para presentar proyectos que ya dije que iba a presentar.

Ella le aclaró que la dinámica seguía siendo la misma...

Que la dinámica podía llegar a ser la misma, sí. Ella me trató de cambiar el acuerdo por el de seguir entrando como suplente.

¿Le reprochó lo del acuerdo?

Sí, claro. Me parece que no daba lugar. Me dijo que no, que no iba a suceder.

¿Le dio alguna razón?

No. Solo me dijo que no.

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Capillera fue consultada por Montevideo Portal acerca del contenido de esta nota y declinó hacer comentarios al respecto.