Para sorpresa de muchos, un uruguayo se posicionó entre las 100 personas más importantes del mundo en el campo de inteligencia artificial para la revista TIME.

Semanas después de ser incluido en la lista TIME100 AI junto a figuras como Elon Musk y Sam Altman, Alan Descoins, CEO y cofundador de Tryolabs, aún se encuentra sorprendido de cómo llegó a ser considerado un referente global en un sueño que le parecía irrealizable y confinado meramente a lo académico universitario.

“¡Todos saludan al rey de los Perdedores!”

Los primeros pasos de Descoins se dieron por curiosidad y accidente. A los 12 años, jugando al Age of Empires II, se hartó de poner el CD en la lectora. “El día que encontré un crack para evitarlo fue como mágico, y me llevó a preguntarme: ¿quién hace esto? ¿cómo lo hicieron?”, recordó en entrevista con Montevideo Portal.

Esa curiosidad lo empujó a aprender programación en Assembler, publicar software de subtítulos y, más adelante, ingresar a estudiar Ingeniería en Computación en la Universidad de la República. Allí se inclinó por el machine learning y conoció a los socios con los que fundaría Tryolabs.

Yo pensé que esto solo podía hacerse en la facultad y de repente había gente loca que quería hacerlo como un trabajo. Me subí al barco y acá estoy”, contó sobre los inicios de la empresa, que lleva más de 15 años trabajando para gigantes como Nvidia, Hyundai y Sephora, pero también en proyectos con impacto social, como el desarrollo de modelos para prevenir incendios forestales en California o para medir la exposición de niños a olas de calor junto a Unicef.

puertas adentro: las barreras y oportunidades de Uruguay

Aunque Tryolabs nació en Montevideo, el crecimiento vino desde afuera.

Descoins reconoció que es más sencillo insertarse en mercados como Estados Unidos que en el uruguayo. “Allá las empresas ya invirtieron en plataformas de datos, acá muchas veces todavía falta ese paso. Y culturalmente también es distinto: en América Latina se negocia más lento, se dan más vueltas. En Estados Unidos son directos: esto cuesta tanto, sirve para esto y listo”.

También advirtió que abundan los “vendehumo”. “Hace un año, vendían desarrollo web y ahora se presentan como expertos en IA. La implementación real todavía está en pañales”, dijo.

La discusión sobre el futuro lo lleva a escenarios extremos. “Hay quienes sueñan con un mundo utópico al estilo Wall-E, donde nadie necesita trabajar. Otros temen un Terminator que nos elimine. La verdad estará en un punto medio: robots que hagan tareas repetitivas o riesgosas y personas enfocadas en lo creativo y humano”, apuntó.

En paralelo, destacó un fenómeno sin precedentes: la competencia global por el talento en inteligencia artificial. “Hoy el talento top de IA está siendo pago casi como los deportistas top del mundo. Nunca había pasado que un ingeniero cobrara lo mismo que un futbolista”, señaló.

Más allá de proyecciones, Descoins insistió en que la clave no está en reemplazar gente, sino en potenciarla. “La pregunta no es a cuánta gente puedo echar con IA, sino cuánto más puedo empoderar a mi equipo con esta tecnología para hacer mucho más”, sostuvo.

A modo de cierre, advirtió: “El que te va a sacar el trabajo no es ChatGPT, es otra persona como vos que lo sepa usar diez veces mejor”.