Cuatro de los refugiados de Guantánamo siguen acampando frente a la embajada de Estados Unidos en reclamo de que ese país se haga responsable económicamente de ellos, tras 12 años de torturas y confinamiento sin cargos. De los seis, cinco se negaron a firmar el acuerdo propuesto por el Servicio Ecuménico para la Dignidad Humana (SEDHU), que les garantiza casa y un sueldo mensual de 15.000 pesos por un año.

Al considerar que este dinero es insuficiente para traer a sus familias -condición indispensable para los refugiados-, una organización internacional decidió tomar la iniciativa en este tema y abrió una cuenta internacional para los "Seis de Uruguay". Cage, una ONG británica que intenta ayudar a las comunidades afectadas por la política anti terrorista de Estados Unidos, logró reunir 20.000 dólares en cuestión de días.

Sin embargo, la donación internacional fue suspendida a pedido de Reprieve, el grupo de abogados que representa a algunos de los refugiados.

"Como la gente estaba intentando ayudar a estos hombres superar el sufrimiento de Guantánamo, intentamos buscar una manera para hacerle llegar al gobierno uruguayo -que hizo y hace tanto por ayudarlos - este dinero reunido, aunque la campaña no la iniciamos nosotros", explicó a Montevideo Portal Polly Rossdale, abogada del sirio Abu Dhiab.

"La plata no va directamente a los refugiados. Estamos trabajando actualmente con nuestra contraparte uruguaya para asegurarnos de que el dinero sea usado para apoyar a estos hombres en la forma más efectiva posible, pero hasta que no tengamos una confirmación desde Uruguay de que tienen la posibilidad de recibir estos fondos, perdimos a la gente que dejara de donar", aclaró. La cuenta fue temporalmente suspendida.

Rossdale aclaró a Montevideo Portal que fue el gobierno uruguayo el que contrató directamente a SEDHU como el organismo encargado de administrar los fondos para los refugiados. También aclaró que el sirio Abu Dhiab no mostró el documento a sus abogados (el abogado local Mauricio Pígola es el que los está asesorando) y que su defendido "no está en buen estado de salud y no está capacitado para llevar a cabo esta protesta". Dhiab es el único de los cinco refugiados que no firmaron el acuerdo que no acampa frente a la embajada.

"Es una situación triste y complicada, pero las dificultades que vemos son las esperadas después de un período tan largo de detención injusta", concluyó Rossdale.