Contenido creado por Manuel Serra
Perfiles

Push the sky away

A más de tres años del “bíblico” concierto de Nick Cave en Montevideo, la llama sigue viva

El australiano no solo ha escrito algunas de las mejores canciones del rock, sino que tiene tantas aristas que lo hacen único en su especie.

30.11.2021 13:11

Lectura: 57'

2021-11-30T13:11:00-03:00
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Por Federica Bordaberry

Si bien escuchaba cosas de Nick Cave And The Bad Seeds desde finales de los ´80, fue el álbum Let Love In de 1994 el primero que tuvo y que realmente curtió. Luego le llegaron los otros y algunos de ellos se convirtieron en sus favoritos de la banda: No More Shall We Part, Abbattoir Blues/The Lyre Of Orpheus y Dig, Lazarus, Dig!!!.

Años después, Danilo Astori Sueiro se vincularía con una importante agencia de artistas inglesa, con base en Londres con la que lograría hacer shows en Uruguay como Blur, Gorillaz y Echo & The Bunnymen. Con esos antecedentes, se le presentó la oportunidad de traer a Nick Cave And The Bad Seeds.

El show se haría el 8 de octubre de 2018, pero se había confirmado dos o tres años antes. Con la muerte de su hijo en el medio, en 2015, tardó casi tres años en volver a hacer una gira por América Latina.

“Él salió primero que nadie de migraciones, vestido con un impecable traje, nunca vi a nadie vestido así saliendo de un largo viaje en avión. Cuando nos presentamos me preguntó mi nombre y no lo olvidó para posteriores encuentros. De hecho, me dedicó toda la carátula del disco Skeleton Tree escribiendo mi nombre en ella”, dijo Danilo.
Le pareció que era una figura intrigante, muy alto (cercano a los dos metros), muy serio, aunque muy cálido, y que prestaba atención a todo.

A Pedro Dalton el primer disco de Nick Cave And The Bad Seeds se lo mostró Pablo Martín, junto a un afiche que se había robado de la calle en Barcelona, por 1983 o 1984. También le mostraron el single In The Ghetto. “Ahí conozco a Nick Cave y quedo peinado para atrás, nunca había escuchado una música tan intensa”, dice.

Se fascinó con él hasta que llegó el disco Murder Ballads, donde le pareció que la banda se había quedado un poco atrás. Tampoco le gustó tanto porque, como entiende poco inglés, las historias detrás de las canciones le aburrieron y lo abandonó.

Años más tarde, para el show de Nick Cave And The Bad Seeds en Uruguay, Danilo le propuso a los Buenos Muchachos generar un cuarteto para tocar antes. “Decidimos hacer una ambientación antes del show, nos pareció que era el lugar que teníamos que agarrar porque no tocaba Buenos Muchachos, pero sí ambientaba”, comenta Pedro.

A Danilo le dio un disco (para que se lo firmara) y tres libros (para que se los quedara) para hacérselos llegar a Nick Cave. Más tarde, cuando se cruzaron, Nick enseguida le agradeció los libros. “Un buen trato con todas las personas que estaban atrás del escenario, afable, amable, sonriente, un tipo súper buena onda”, agrega.

La noche del show se sabía que la posibilidad de lluvias era alta. “De hecho, estaba amenazante, se veía venir tormenta eléctrica, desde que dimos puerta al público. Pasé muchísimos nervios, pero una vez que pasaron los primeros cuarenta y cinco primeros minutos de show, recuerdo haberme liberado de todo ese nerviosismo, servirme un whisky y disfrutar plenamente todo lo que quedaba del show”, dice Danilo.

Hubo cuatro mil personas que fueron a ver ese concierto en el Teatro de Verano. “Una cosa que no quiero es que la gente tenga que venir e involucrarse en el drama de otra persona. No quiero que los conciertos sean así. Quiero que los conciertos sean edificantes e inspiradores y que la gente se vaya sintiéndose mejor que cuando vinieron, no una especie de contagio empático que atraviesa la multitud y la gente sale sintiéndose como una mierda”, le dijo Nick Cave a The Guardian.

Martina, una mujer que fue al show en Uruguay, dijo que fue “muy bíblico”, especialmente por la lluvia que caería. “El highpoint del show fue cuando se puso a llover y justo, o hecho a propósito, se pusieron a cantar Push The Sky Away, se sintió que había algo especial en el concierto”, comentó Jaime, un hombre que vio el show desde el alambrado del Teatro de Verano porque se quedó sin entradas.

Daniel Yaffé, por su parte, habló de la tensión en el espectáculo. “Sube, sube, sube y no explota nunca, cuando estás esperando que pase algo, no pasa. Bajan sin explotar. Generan una tensión que se mantiene”, dice. Eso, lo que percibió como músico. Como público, llegó a decir que es un Iggy Pop elegante. “Yo lo imaginaba más lord y sin perder esa elegancia la rockea, agita, se contorsiona”, agrega.

Otro hombre que estuvo ahí, bajo el sobrenombre de Capirucho, recordó llegar y encontrarse con mucha gente, expectante, bien predispuerta. “Los seguidores estábamos bastante al tanto de las peripecias, sobre todo la muerte del hijo, y cobraba una especie de manto de interrogante de cómo sería”, dice. Agrega que lo que recuerda más vívido de su presencia fue, justamente, su presencia.

Según Danilo, “había una energía muy especial, como nunca vi o sentí en ningún otro show que haya hecho, esta ultima faceta del “preacher Nick” que juega con el contacto (literal) con la gente, genera esa energía tan especial”.

“No había vivido muchas cosas de esa naturaleza, apareció largirucho como es y vestido de traje. En vez de dejarse ver, se puso a ver, a hacer contacto real con la gente, mirar a los ojos. Al poco rato se volvió religioso, teatral, él se acercaba al borde del escenario y agarraba las manos como un predicador y permitia a la gente que le tocara el pecho. Había un estribillo de ‘boom boom, my heart beats’ y con el micrófono en el pecho era increíble. Lograba transmitir que aún tocándole el pecho y la mano, él seguia siendo él y la distancia estaba”, continúa Capirucho.

Un periodista de la revista GQ le consultó a Nick Cave sobre esta fasceta de predicador y escribió lo siguiente: “Cave me dirá más tarde que hay un aspecto práctico y banal en esto: su vista no es tan buena, por lo que no puede ver muchos detalles más allá de las primeras filas. Pero también hay algo más”. "Hay una energía que estoy obteniendo de la gente que está al frente", explica. “Una especie de validación muy inmediata de lo que estás haciendo. Están sucediendo todo tipo de cosas, hay amor y terror... no lo sé".

De hecho, según Capirucho, la lluvia con la que se terminó el concierto fue muy simbólica, como si hiciera saber al público que habían estado en comunicación con algo magnífico y que esa lluvia había ido a purificar. Daniel Yaffé consideró que ese show está en el podio de los que vio en su vida y que si tocara de vuelta lo iría a ver. Y si tocara todas las semanas, lo vería todas las semanas.

“Fue uno de los shows en vivo más memorables de la historia de nuestro país”, según Danilo.

***

Una vez, dijo en una entrevista para la revista QG:

Nunca fui una persona deprimida (…) siempre he sido, básicamente, optimista. Veo una gran belleza en el mundo. Miro a mi alrededor y es un lugar increíblemente hermoso. Así me he sentido siempre. No estoy diciendo que esto sea algo de este momento, siempre he mirado el mundo de esa manera. Escribir es un acto de amor y una especie de alegría. Es esa aceleración del corazón que se produce cuando hay algo, empiezo a temblar y cosas así. Es un acto inmensamente positivo, no tiene nada que ver con la tristeza o la depresión, o cualquiera de este tipo de cosas, sin importar sobre qué estés escribiendo.

Otra vez, escribió en su blog, The Red Hand Files:

Entonces, cuando leí la cita de un Nick Cave más joven diciendo que necesita catástrofes en su vida para crear, esas palabras suenan como la postura indulgente de un hombre que aún no ha descubierto el efecto devastador que el verdadero sufrimiento puede tener en nuestra capacidad para funcionar, ni siquiera para crear. No me refiero solo al dolor personal, sino también al dolor mundial, ya que el mundo se hunde cada vez más en esta miserable pandemia.

***

"No pasó nada en mi infancia, ningún trauma ni nada". Eso dijo Nick Cave cuando un periodista del New York Times le preguntó por los orígenes de su sensibilidad. "Simplemente tenía una predisposición genética hacia las cosas que eran horribles", confesó.

El nombre bajo el que nació es Nicholas Edward Cave y apareció en el mundo un 22 de setiembre de 1957 en Warracknabeal, una ciudad rural en el estado australiano de Victoria. Cerca de Melbourne, hoy no supera una población de 3.000 habitantes

Su madre, Dawn, y su padre, Colin, fueron la bibliotecaria y el profesor de literatura de la escuela secundaria a la que eventualmente iría.

No sabe cuál fue su primer recuerdo. Más bien, tiene un cúmulo de imágenes de su niñez que tienen todo y ningún sentido: una gallina decapitada corriendo en un matadero; su madre nombrando las flores del jardín; treparse a un alambrado, caerse y abrirse la cabeza; su padre pintando utilería de teatro en el fondo de la casa; la sensación devastadora de dejar ir la mano de su madre el primer día de escuela.

De todo eso se acuerda, pero sobre todo tiene un profundo sentimiento de libertad, simpleza y felicidad. Sus padres lo quisieron mucho, dice.

Hay otro recuerdo, uno que quedó marcado en su memoria. Él era niño y su padre hacía teatro amateur. Eso quería decir que algunas noches no estaba en su casa. En algún momento de ese período, le explicaron a Nick que su padre estaba actuando en la obra Edipo Rey. Eso significó, en su cabeza, que tenía un padre que se disfrazaba de gato (N.de.R: la traducción de Edipo en ingles es Oedipuss, cuyo final “puss” quiere decir gato).

Varias noches se quedó despierto en la cama esperando a que su padre volviera a casa. En el silencio, podía escuchar “la sangre latiendo en sus oídos” y creía que ese sonido eran los pasos de su padre caminando por el sendero del jardín. Se lo imaginaba con su traje de gato llegando a la casa. Esa imagen, ese ritmo de pasos, lo confortaba y solo así se dormía.

Crecer en Wangaratta significó crecer también junto a lugares icónicos del pueblo como el hotel Railway, la catedral de Wangratta, el puente ferroviario oxidado, la secundaria, el río Ovens con fondo de barro, la piscina, su casa en la avenida Mepunga. Pasó casi todos los domingos por la mañana de su infancia bostezando durante las misas matutinas y los martes por la noche como parte del coro, gracias a que su familia era anglicana.

Un padre profesor de literatura significó que leería mucho. “Elevó mis hábitos de lectura de forma proactiva”, diría en el documental 20.000 Days On Earth. Le daba literatura alternativa, violenta, historias de horror. Cuando lo pescaba leyendo un thriller se lo arrancaba de las manos y le decía que si realmente quería leer un recuento de muertes sangrientas que leyera Tito Andrónico.

Cuando tuvo 12 años, su padre lo llevó a su habitación y le leyó los primeros párrafos de Lolita, la novela de Nabokov. Desde entonces, ese libro se ha llenado de significado para él: la realización de la belleza del lenguaje, las temáticas abruptas, la unión con su padre.

Cuando tuvo 14, vio en la televisión un informe de noticias que mostraba imágenes sobre el intento de asesinato a uno de los candidatos a presidencia de Estados Unidos, George Wallace. Aquello no era inventado, no era ficción, era el mal en el mundo y era la primera vez que lo veía. Las imágenes que tiene de aquello son el discurso de Wallace, la caminata entre la multitud, el asesino armado, el disparo del arma, Wallace sangrando en el suelo.

Estaba mirando la televisión, también, su padre. Ese día le dijo que hay cosas terribles en el mundo, pero que también hay cosas buenas y bellas. Se dedicó, a partir de entonces, a mostrárselas. Le leyó sobre ellas y lo animó hacia una dirección artística en su vida. Años después, Nick narraría este episodio en la canción que compuso con The Bad Seeds, “Nature Boy”.

Cuando tuvo 16, comenzó a teñirse el pelo de negro. A esa altura ya se había convertido de un fanático del rock progresivo, de Pink Floyd, Jethro Tull, Procol Harum, Yes, Emerson, Lake y Palmer. Su hermano mayor, Tim, escuchaba música oscura y progresiva y fue él quien le abrió ese mundo.

“Llevé este poder secreto conmigo durante toda mi infancia hasta que fui a una escuela en Melbourne, donde conocí a otras tres o cuatro personas que también tenían este conocimiento especial: este poder secreto. Estas personas se convirtieron en mis mejores amigos y pasamos a formar una banda e intentamos, a nuestra manera, tomar este conocimiento y transmitirlo al mundo”, escribió en The Red Hand Files.

Ese Australia de los años ´70 generó que en el colegio le llamaran a él y a sus amigos “los poofs del arte”. Poof, una palabra utilizada en la jerga de aquella época para referirse a la homosexualidad de alguien de manera despectiva. A ellos no les importaba, hasta les gustaba. Los intereses de Nick eran otros: arte, música, moda, imágenes.

Con esa edad, sus padres decidieron sacarlo de la escuela secundaria donde estudiaba, y ellos enseñaban, antes de que lo echaran. Pero la salida fue de poca consecuencia para él, decidió que sería pintor.

“Tenía grandes ambiciones artísticas cuando era niño”, le dijo al New York Times. “Me gustaban mucho las cosas torturadas, góticas y religiosas - Matthias Grünewald y Stefan Lochner y los españoles - y quería hacer pinturas con ese tipo de poder. Había algo en estar solo en una habitación y hacer arte que me emocionaba. Todavía me emociona este medio extraño de aplicar pintura a un lienzo y las restricciones de un marco cuadrado bidimensional", agregó.

Nick terminó en una escuela pupila en la ciudad de Melbourne y ahí fue donde se unió a este grupo de personas que se habían prácticamente que adueñado del Departamento de Arte. Se convirtieron en sus mejores amigos. Con ellos formó una banda que se llamó The Boys Next Door.  

***

En algún momento de principios de los ochenta, en la Portobello Road de Londres, se me acercó un hombre que quería sacarme una foto. Dijo que me veía "interesante". Me dio su dirección y me dijo que fuera a su apartamento al día siguiente. Esto fue antes de que desarrollara una aversión aguda a que me saquen una foto, y cuando era lo suficientemente tonto como para pensar que ir al apartamento de un extraño para que me sacaran una foto podía ser una buena idea. De todos modos, al día siguiente fui a su casa, en algún lugar de Ladbroke Grove.

Dentro de su casa, el fotógrafo me dijo que tenía que configurar su cámara y me pidió que me sentara a esperar en un sillón chico en medio de su estar que era bastante oscuro. Recuerdo que había una atmósfera inquietante en la habitación, pesada y extraña, pero me senté de todos modos.

Después de un rato, sentí una presencia detrás de mí, cuando alguien entró en la habitación. Caminó lentamente alrededor del sillón y luego con mucho cuidado se sentó a mi lado. Me tomó un momento darme cuenta de que esta persona, esta mujer, era la cantante, Nico. Ahora, Pamela, en ese momento de mi joven vida, Nico, que había cantado con The Velvet Underground y había hecho algunos álbumes clásicos como solista, era, en cualquier medida, una heroína y estaba allí a mi lado, sentada muy quieta y usando botas de goma verdes hasta la rodilla. No habló durante mucho tiempo. Luego se volvió lentamente hacia mí y dijo, muy deliberadamente, con su marcado acento alemán:

"Conocí a un chico que era como tú".

Dije: "¿Ah, sí?"

Ella dijo: "Era cantante y se llamaba Nick".

Y dije: "Bueno, eso es extraño, porque soy cantante y mi nombre es Nick".

Y ella dijo, muy lentamente: "Lo sé".

Luego no dijo nada por un tiempo y mi mente se apuró a recorrer todo el lugar. Pensaba, "Carajo, estoy sentado al lado de Nico. Carajo, estoy sentado junto a Nico".

Finalmente ella dijo: "Murió".

Y dije: "¿Te referís a Nick Drake?"

Y ella dijo: "Asesinado por su propia mano".

Y dije: "Bueno, ahí es donde divergimos".

Se volvió hacia mí y después de un largo rato dijo: “¿En serio? Eso es lo que pensás."

Luego se puso de pie y en cámara lenta salió de la habitación.

Y estoy pensando: "¿Qué carajo?".

De todos modos, la forma del fotógrafo de tomar fotografías era hacerte mirar en un espejo, en este caso el espejo del baño, y él le sacará una foto a tu reflejo. Mientras arreglaba mi rostro en el espejo, desde el final del pasillo atrás de mí, se asomó Nico como una aparición, muy quieta y mirándose en el espejo. El fotógrafo sacó la foto y le dije: "quiero esa".

Lamentablemente, no me acuerdo qué pasó con las fotos. No estoy seguro de haberlas visto alguna vez. Pero, sentado aquí ahora y recordando, seguro que me encantaría esa foto.

Entonces, ese fue el día en que Nico, quien cantó 'I'll be Your Mirror', se convirtió en 'my mirror', el día en que usó botas de goma verde y se movió muy lentamente, el día en que profetizó erróneamente mi autodestrucción, y el día que lo hizo no decepcionó de ninguna manera. Le envío la versión más completa de mi amor, esté donde esté, y también a Nick Drake, todo.

Cariños, Nick

(Texto escrito en The Red Hand Files por Nick Cave)

***

Uno de aquellos con los que Nick comenzó a juntarse en Melbourne se llamaba Mick Harvey. Comenzaron a componer canciones juntos, con Harvey era el guitarrista, y esa colaboración musical se transformó en The Boys Next Door.

Cuando tocaban en vivo, confrontaban a la audiencia. Lo hacían de tal forma que ni siquiera sus principales puntos de referencia, los Stooges y los New York Dolls, exploraron. “Los únicos lugares que nos querían eran las granjas de cerveza y los clubes de la liga militar”, le dijo Cave al New York Times.

Así, de a poco, The Boys Next Door empezó a ganarse un público de fans. No eran muchos, pero eran rabiosos. Un espectáculo típico podía incluir peleas con el público, instrumentos que se tocaban con compases incompatibles y miembros de la banda desmayados. Un crítico de la época describió las letras como “una mezcla de paranoia, autoparodia demente y neurótica, pasión ebria”.

El cantante de la banda era Nick, el guitarrista Mick Harvey, el baterista Phill Calvert, la segunda guitarra John Cocivera, el bajista Brett Purcell y el saxofonista Chris Coyne. Todos habían sido estudiantes de Caulfield Grammar School de Melbourne.

Bajo el nombre de The Boys Next Door, la banda lanzó varios singles y dos álbumes de estudio, Door, Door en 1979 en Mushroom Records y The Birthday Party en 1980 en Missing Link Records.

A esa altura, la vida de Nick había empezado a encarnar la degradación y el exceso que celebraba en sus canciones. Lo que comenzó como un uso ocasional de heroína terminó en una dependencia total y adquirió un historial de arrestos.

El 11 de octubre de 1978, Nick se encontraba detenido en una comisaría de policía de Melbourne acusado de vandalismo y robo. Cuando su madre fue a pagar su fianza, la Policía les informó a ambos que su padre acababa de morir en un accidente de auto.

Cuando la banda se rebautizó de nombre como The Birthday Party, en 1978, el número de clubes en los que se les prohibió la entrada superaba en número a los que se la permitían. Su estatus de culto en Australia estaba muy presente.

A pesar de su éxito moderado, la banda se trasladó a Londres en el invierno de 1980. En aquel entonces, los miembros habían cambiado y quienes tocaban eran Nick, Harvey y Calvert con el bajista Tracy Pew y el guitarrista Rowland Howard.

En Inglaterra experimentaron un éxito clandestino llegando, si se tienen en cuenta los discos anteriores, a cuatro álbumes de estudio, dos álbumes en vivo, seis álbumes recopilatorios, seis obras de teatro extendidas y nueve singles. Los discos se llamaron Prayers on Fire (1981) y Junkyard (1982), siendo este último un éxito comercial menor porque alcanzó el número 72 en las tablas del Reino Unido.

Un año antes de eso, en 1981, vio la película This Is Elvis, lo cual le generaría un fanatismo por el artista bastante importante. “Los últimos diez minutos de This Is Elvis cambiaron mis ideas sobre el rendimiento de un artista para siempre, escribió en The Red Hand Files.

Agregó: “Mientras salía del cine, me quedé con estas tres imágenes: el rostro mortificado y lleno de lágrimas de Elvis; su cabeza colgaba en triste aceptación; y sus brazos cubiertos por la capa que se extendieron en triunfo. Estas son las etapas del paso de Cristo por la cruz, la angustia, el sufrimiento y la resurrección, un camino que nos acoge a todos, en el tiempo”.

Quizá porque pasaba gran parte de su tiempo ocupando una casa abandonada en el barrio Maida Vale, viviendo abstinencias periódicas de heroína, empezó a atraerle Berlín, una ciudad donde en aquel momento el alquiler era barato, las anfetaminas se conseguían fácil y donde la banda ya había hecho algunos shows. “Encontramos una auténtica comunidad artística en Berlín”, dijo Nick al New York Times. “Cineastas, músicos, pintores… Hubo un nivel de inclusión que nunca tuvimos en Londres ", continuó.

En 1982 la banda se trasladó a Berlín Occidental y Calvert se disasoció del proyecto. Estando ahí lanzaron dos EP, The Bad Seed y Mutiny!. Esas fueron las últimas grabaciones de la banda previo a su disolución a finales de 1983.

En Berlín, Nick frecuentó un bar de Kreuzberg llamado Risiko, cuyo barman, Blixa Bargeld, encabezó a los pioneros de la música industrial Einstürzende Neubauten (Collapsing New Buildings). El anticomercialismo militante de esa banda era algo que Nick admiraba.

Bargeld contribuyó con su sensibilidad a las últimas sesiones de grabación de The Birthday Party y se quedó con Nick tras la disolución de la banda, al igual que Mick Harvey.

***

En mi experiencia, las letras casi siempre parecen simplemente no venir. Este es el punto cero de la composición de canciones, al menos para algunos de nosotros. Esta falta de movimiento, esta sensación de impotencia suspendida, puede resultar extraordinariamente desesperada para un compositor. Pero a lo que tenés que aferrarte durante estos períodos difíciles, por más duros que sean, es a esto: cuando algo no está llegando, llega. Me tomó muchos años aprender esto y, hasta el día de hoy, tengo problemas para recordarlo.

La idea de que la letra "no venga" es básicamente un error de categoría. No estamos hablando de un período de "no venir", sino de un período de "no arribar". Las letras siempre arriban. Siempre están pendientes. Siempre están en camino hacia nosotros. Pero a menudo deben viajar una gran distancia y largos períodos de tiempo para arribar allí. Avanzan por los accidentados terrenos de la experiencia vivida, luchando por llegar al final de nuestro corral. Con el tiempo, emergen, saltando libres de lo desconocido, de la memoria o, más emocionante, de la parte predictiva de nuestra mente que existe en el lado más alejado del momento vivido. Ha sido un viaje largo y arduo, y nuestra espera muy angustiada.

Marko, nuestra tarea es simple y extremadamente difícil. Nuestra tarea es permanecer pacientes y vigilantes y no desanimarnos, porque somos el destino. Somos los portales desde los que estalla la idea, forzada por su anhelo de llegar. Somos los reveladores, los instrumentos vivos a través de los cuales la idea se anuncia a sí misma, el florecimiento, pero también somos los que esperan, el asombro y la preocupación. Somos todas estas cosas, somos los compositores.

Cariños, Nick

(Texto escrito en The Red Hand Files por Nick Cave)

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Nick, Harvey, Barry Adamson y Bargeld formaron Nick Cave and the Bad Seeds en diciembre de 1983, todavía desde Berlín. Llegarían a una discografía de 17 discos de estudio, cuatro discos en vivo, cuatro compilaciones, 36 singles, cinco video albumes y 39 videos musicales.

En setiembre del siguiente año, Nick viajó a Garden Studios en Londres para grabar por primera vez bajo su propio nombre. El álbum resultante, From Her to Eternity, era incluso menos clasificable que la música que Nick hizo con The Birthday Party o Boys Next Door. Ese disco fue una colección de siete cantos fúnebres siniestros que lograron transmitir toda la ira del punk.

The New Musical Express, probablemente la revista de música más influyente de Gran Bretaña, comenzó su reseña con: "From Her to Eternity de Nick Cave es uno de los mejores álbumes de rock jamás hechos".

Previo al disco, nadie esperaba mucho de Nick. Un periodista de la revista GQ confesó escribir en sus notas, hace más de 25 años, que era un adicto a las drogas, borracho y jodido, vagamente psicótico, que se engañaba a sí mismo con vanos delirios de gloria.

En 1989, Nick escribió una novela densa, casi bíblica, llamada “And The Ass Saw The Angel”. Fue publicada por Black Spring Press en Reino Unido y por Harper Collins en Estados Unidos. Cuenta la historia de Euchrid Eucrow, un mudo nacido de una madre abusiva ebria y un padre obsesionado con la tortura de animales y la construcción de peligrosas trampas. La familia vive en un valle de fanáticos ukulitas religiosos, donde son rechazados. El colapso mental de Euchrid incluye horribles visiones angelicales, y la historia se basa en Euchrid exigiendo una terrible venganza sobre las personas que lo han hecho sufrir.

“Definitivamente tuvo algo que ver con mi padre, ese libro”, le dijo Cave a un periodista del New York Times mientras estaba en Berlín. “Él mismo era un aspirante a escritor cuando era joven y la literatura era una cuestión de vida o muerte para él. Mi madre me mostró recientemente una carta que le escribió, sobre esta obra de teatro que estaba dirigiendo, y está escrita con tanta intensidad: sus frustraciones con los actores y con el presupuesto, etcétera. Existe esta manía y entusiasmo por el trabajo que es muy hermoso para mí. Luego, al final, descubrís que está hablando de una obra de teatro escolar. Entonces, sí, el libro puede haberse sentido en algún nivel como un asunto inconcluso. Pero se apoderó de mi vida de una manera que no era saludable, ni para mí ni para las personas que me rodeaban”.

Cuando lo terminó, se fue de Berlín.

Ese mismo periodista también confesó que Nick era conocido por ser bastante malo con los periodistas en esos días. Lo vio decirle a un grupo de cinco griegos dedicados a la crítica de rock que eso era “un trabajo de perros”. Pero casi todo lo que decía, “por honesto o revelador que fuera, parecía venir con la clase de resignación de alguien que no tenía expectativas reales de ser escuchado o comprendido de verdad”.

Los siguientes tres años los pasó en San Pablo, Brasil. Se mudó después de conocer a la estilista de moda Viviane Carneiro con quien tendría su primer hijo, Luke. Poco después del nacimiento, Nick volvería a Londres con su familia para trabajar en un nuevo disco, compuesto por canciones sobre la muerte violenta, que se llamó Murder Ballads (1996).

Este disco fue en la carrera de Nick porque le proporcionó su primer éxito de radio convencional ("Where the Wild Roses Grow", con Kylie Minogue). Lo impulsó, además, a hacer un dúo con la estrella del rock alternativo británico PJ Harvey. Con ella tendría una relación amorosa  que resultaría en su siguiente disco, The Boatman´s Call (1997)

Escribió sobre PJ Harvey en The Red Hand Files, al respecto de su ruptura:

“La verdad del asunto es que no me rendí con PJ Harvey, PJ Harvey se rindió conmigo. Ahí estoy, sentado en el suelo de mi piso en Notting Hill, con el sol entrando por la ventana (tal vez), sintiéndome bien, con una joven cantante talentosa y hermosa como novia, cuando suena el teléfono. Agarro el teléfono y es Polly.

"Hola", digo

"Quiero cortar contigo."

"¡¿Por qué?!”, pregunto.

"Acaba de terminar", dice.

 Estaba tan sorprendido que casi se me cae la jeringa.

En el fondo sospechaba que las drogas podían haber sido un problema entre nosotros, pero también había otras cosas. Todavía tenía una cierta cantidad de trabajo por hacer en mi comprensión del concepto de monogamia y sospecho que Polly tenía sus propios problemas, pero creo que al final del día todo se redujo al hecho de que ambos éramos ferozmente creativos. Éramos personas demasiado absortas en sí mismas para poder habitar el mismo espacio de una manera verdaderamente significativa. Éramos como dos maletas a juego perdidas, en un carrusel que no iba a ninguna parte.

Escribir canciones me consumió por completo en ese momento. No fue lo que hice, sino lo que fui. Fue mi esencia misma. El compromiso de Polly con su propio trabajo fue probablemente tan narcisista y egomaníaco como el mío, aunque yo estaba tan metido en mi propia mierda que no puedo comentar sobre esto con certeza. Sin embargo, recuerdo nuestro tiempo juntos con mucho cariño, fueron días felices y la llamada telefónica dolió; pero como nunca para desperdiciar una buena crisis, me dispuse a completar The Boatman's Call.

The Boatman´s Call me curó de Polly Harvey. También cambió la forma en que hice música. El disco fue una ruptura artística en sí mismo, con la que tengo una gran deuda. Fue la generosidad compensatoria por un corazón roto, o al menos lo que pensé en ese momento que era un corazón roto; en los últimos años he reevaluado ese término. La ruptura me llenó de una energía lunática que me dio el coraje para escribir canciones sobre experiencias humanas comunes (como corazones rotos) de manera abierta, audaz y con significado, un tipo de escritura que, hasta esa fecha, había evitado, sintiendo una necesidad, en cambio, de ocultar mis experiencias personales en historias basadas en personajes. Fue un crecimiento acelerado que me empujó en una dirección y estilo de composición que ha permanecido conmigo desde entonces, aunque en diferentes formas. También señaló un camino hacia una forma de actuación más conmovedora, cruda y despojada: la voz suspendida y apenas soportada. The Bad Seeds, para su eterno mérito, dio un paso atrás y dejó que estas canciones de piano se mantuvieran. Son pocas las bandas del mundo que entienden que no tocar, puede ser tan importante como su contrario.”

Las doce canciones de disco cuentan, entonces, tanto la disolución de su relación con Viviane, la madre de Luke, como su breve historia de amor con PJ Harvey.

Después de Luke, Nick tuvo otro hijo llamado Jethro, fruto de una relación con la ex modelo Beau y al cual no conocería hasta sus siete u ocho años de vida.

Poco después del lanzamiento del disco, Nick conoció a la diseñadora británica Susie Bick. Con ella se casaría, con ella dejaría la heroína, con ella viviría en Brighton y con ella tendría dos mellizos, Arthur y Earl.

En el documental 20.000 Days On Earth, Nick dice, “la primera vez que vi a Susie fue en el Victoria and Albert Museum de Londres. Y cuando entró caminando, todas las cosas con las que me obsesioné durante todos los años, fotos de estrellas de cine, Jenny Agutter en el billabong, Anita Ekberg en la fuente, concursos de Miss Mundo, Marilyn Monroe y Jennifer Jones y Bo Derek, bailarinas de Bolshoi y gimnastas rusas, las chicas jóvenes de la piscina de Wangaratta tendidas sobre el cemento caliente, todo lo que había oído, visto y leído… todo el continuo e interminable goteo de datos eróticos… se unieron en ese momento, en una gran explosión, y me perdí en ella. Y fue eso”.

Susie Bick es la diseñadora de moda detrás de The Vampire´s Wife, una marca que se ha convertido en una de las favoritas de la alfombra roja por sus vestidos, sus mangas y sus estampados florales, generalmente usados por mujeres como Kate Moss, Keira Knightley y Kate Middleton.

Su primera cita fue muy incómoda, contó Nick, porque ambos intuyeron en un nivel profundo que estaban en el umbral de una circunstancia en la vida que se extendería indefinidamente hacia el futuro. No sabían cómo sería esa vida, y tampoco fue declarada en ninguna instancia, pero su timidez mutua fue evidente.

“Al final, hice lo que era un acto potencialmente trastornante y me lancé de manera horrible e impulsiva a través de la membrana de nuestra timidez mutua, agarré a mi futura esposa y la besé. Ella respondió amablemente y nuestra timidez se desvaneció y, bueno, comenzó la sinfonía. La timidez se convirtió en el cortafuegos a través del cual caminamos hacia un mundo extraño y diferente, y aquí estamos, juntos”, escribió Nick.

“Para ser honesta, encuentro que la palabra musa es un poco degradante. Realmente no tengo tiempo para ser la musa de nadie. Sin embargo, soy un visitante frecuente de las canciones de mi esposo, parece que siempre estoy entrando y saliendo de ellas. Sus canciones me cuidan. Y si voy a ser una musa, entonces soy suya y él es mío ", dijo Susie en alguna entrevista para una revista.

Warren Ellis se unió a The Bad Seeds cuando trabajaban en Murder Ballads, en 1995.

La amistad que surgió a partir de ese vínculo con Ellis duraría el resto de sus vida y él se transformaría no solo en su colaborador musical más asiduo, sino que en uno de sus mejores amigos. Sobre él, escribió lo siguiente en The Red Hand Files:

“Cuando Warren y yo tocamos música juntos, no tenemos que lidiar con los problemas de una relación inestable, o cuestiones de estatus o luchas por el poder. Somos amigos, puros y simples, y seguimos adelante con el trabajo que tenemos entre manos, dos personas que crean algo más grande que la suma de sus partes, los frutos de la colaboración que surgen directamente de la amistad misma”.

De hecho, actualmente compone prácticamente que mano a mano con Warren. “Cuando escribimos canciones juntos, lo hacemos en un pequeño estudio cerca de Brighton. Me siento en una habitación con mi piano, libros de letras y micrófono, y Warren se sienta en otra habitación con sus muchos instrumentos. Hay una pared de vidrio entre nosotros. No hablamos de lo que estamos haciendo, simplemente comenzamos a jugar juntos. Es puramente improvisado. Hacemos contacto visual a través de la pared de vidrio. Esto es fundamental. Realmente no puedo definirlo, pero pasa algo; algo que tiene que ver con la intuición, la confianza y el peligro: la voluntad de arriesgar y, por supuesto, fallar. Tenemos lo que se llama el ‘Paseo de la Vergüenza’. Aquí es cuando uno de nosotros busca una idea que, bueno, claramente apesta y fallamos épica y vergonzosamente. Si no estamos haciendo el ‘Paseo de la Vergüenza’ con bastante regularidad, no estamos haciendo nuestro trabajo porque no estamos llegando más allá de lo que es cómodo”, también dijo.

La segunda novela de Cave, The Death Of Bunny Munro, se publicó en septiembre de 2009.

The Bad Seeds se encuentra definido, en parte, por una serie de ausencias. Bargeld abandonó en 2003, pero el lanzamiento del álbum doble Abattoir Blues/The Lyre of Orpheus (2004) demostró que el grupo estaba tan vivo como siempre. En 2006, Nick formó Grinderman, un proyecto paralelo a The Bad Seeds. Entre el lanzamiento de los dos álbumes homónimos de Grinderman (2007 y 2010), The Bad Seeds regresó al estudio produciendo Dig!!! Lazarus Dig!!! (2008).

En 2009, Harvey se separó de Nick, poniendo fin a una de las asociaciones más duraderas de la era postpunk. The Bad Seeds continuó con Push the Sky Away (2013). La muerte del hijo de 15 años de Nick, en 2015, se convirtiría en el empuje para hacer Skeleton Tree (2016) y el disco doble Ghosteen fue lanzado en 2019.

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Hace unos diez años decidí que podría ser una buena idea ponerme en forma para una próxima gira, así que reservé algunas sesiones de entrenamiento en un gimnasio local en Brighton. Nunca había entrenado, ni siquiera había entrado en un gimnasio antes y tampoco tenía ningún equipo deportivo, así que, en preparación, pedí un equipo deportivo de Amazon. Cuando llegó, la ropa era muy pequeña, creo que en realidad era del tamaño de un niño. Me había olvidado de pedir zapatillas, pero encontré un viejo par de zapatillas blancas gigantes que habían pertenecido a uno de los niños. Cuando salí de la casa para mi primera sesión en el gimnasio, me di cuenta que me veía ridículo y me puse un sombrero de pescador que estaba tirado por ahí en un esfuerzo por disfrazarme.

Pasé la hora más dura de mi vida en el gimnasio ese día, con un entrenador que, en lo que a mí respecta, básicamente me violó. Empapado en sudor, dejé el gimnasio prometiendo no volver jamás. En el camino a casa, de repente recordé que le había prometido a Susie que la recogería en Heathrow; también me di cuenta de que llegaba tarde y no tenía tiempo de ir a casa para cambiarme la ropa de gimnasia, pero pensé: “A la mierda, manejaré directamente al aeropuerto, correré a la terminal para encontrarme con ella y luego saldré de allí, nadie me verá”.

Cuando llegué al aeropuerto necesitaba ir al baño, así que me dirigí hacia ahí y mientras caminaba de regreso, con mi equipo deportivo pequeño, mis zapatillas blancas gigantes y mi sombrero de pescador, caminando hacia mí, estaba Charlie Watts de los Rolling Stones. Tenía el pelo plateado y vestía un elegante traje de tres piezas color gris perla, camisa a cuadros abotonada y corbata. Literalmente, brillaba con una especie de serenidad interior y, cuando nos cruzamos, nos miramos a los ojos por un momento y él me sonrió, no una sonrisa desagradable, pero tampoco amable, más bien la mirada impasible que un animal podría dar a otro. En la naturaleza, eso es señal de supremacía total y completa.

Mientras veía a Charlie Watts desaparecer entre la multitud, me acomodé mi sombrero de pescador y pensé: "Ahí va un baterista realmente genial", que es lo que pensé cuando escuché la noticia esta semana de su fallecimiento: "Ahí va un gran baterista genial".

Eso escribió Nick Cave en The Red Hand Files a propósito de la muerte de Charlie Watts. Lo siguiente también lo redactó ahí:

Piers, para responder a tu pregunta, ¿me pondría yo un par de medias de merchandising? La respuesta sí, lo hago. Cuando hago el entrenamiento de Jane Fonda con mi esposa uso un par de medias de Radiohead, pantalones deportivos de RiRi, una remera de Nun y una vincha de Dire Straits. Soy una estrella saltarina y un derviche de la banalidad y la explotación que aprieta la cola. ¡Mirame!

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Una tarde, Arthur Cave, uno de los mellizos de Nick, se juntó con un amigo en Brighton para tomar LSD por primera vez. Su amigo había buscado en Google los efectos la noche anterior. Debatieron si seguir adelante o no, pero lo hicieron. Cuando el viaje de drogas empezó, se separaron.

En algún momento, Arthur envió un mensaje de texto a otro amigo diciendo, "¿Dónde estoy?". Después, empezó a caminar hacia su casa a lo largo de la costa. Las personas en el tráfico cercano lo vieron tambalearse cerca del borde del acantilado y luego desaparecer de la vista.

Arthur murió accidentalmente en Brighton en julio de 2015.

Dos días después, Nick y Susie fueron hasta el acantilado donde Arthur había caído. Cuando era niño, siempre tuvo algo con los San Antonios, una suerte de conexión. “Mientras estábamos sentados allí, un San Antonio aterrizó en la mano de Susie. Ambos lo vimos, pero no dijimos nada, porque aunque reconocimos su triste significado, no estábamos dispuestos a menospreciar la enormidad de la tragedia con una demostración sentimental de pensamiento mágico. Pero éramos nuevos en el dolor. No conocíamos los apetitos particulares del duelo. Cuando regresamos a casa, cuando estaba abriendo la puerta de nuestra casa, otro San Antonio aterrizó en mi mano. Desde entonces, Susie y yo vemos San Antonios por todas partes”, escribió Nick.

Cuando murió Arthur, Nick obedeció a una especie de instinto que le dijo que tenía que seguir trabajando. En parte, por "algún tipo de extraña responsabilidad" hacia quienes lo rodeaban, pero también porque no veía otra opción.

Así que en los meses siguientes, Nick y The Bad Seeds completaron un disco nuevo, Skeleton Tree. Las canciones las habían escrito antes de la muerte de Arthur, a diferencia de lo que creen varios, y faltaba solamente grabarlas. Después de eso, Warren y Nick volieron al estudio para componer seis partituras, entre ellas los de Hell or High Water y la serie de televisión Mars de National Geographic.

Mientras él y Warren trabajaban, una plaga de San Antonios entró al estudio. “Cada vez que veo un San Antonio, recibo una especie de sacudida de reconocimiento de que tal vez hay algo en juego dentro del mundo que está más allá de mi comprensión, aunque lo es, con toda probabilidad, solo temporada de San Antonios”.

Cuando terminó de grabar, Nick se alejó del centro de atención y vivió de la forma más privada posible.

Escribió sobre el dolor de perder a su hijo lo siguiente:

“Para nosotros, el dolor se convirtió en una forma de vida, una forma de vivir, donde aprendimos a ceder a la incertidumbre del mundo, manteniendo una actitud de desafío a su indiferencia. Nos rendimos a algo sobre lo que no teníamos control, pero que nos negamos a aceptar acostados. El dolor se convirtió tanto en un acto de sumisión como de resistencia, un lugar de aguda vulnerabilidad donde, con el tiempo, desarrollamos una mayor sensación de la fragilidad de la existencia. Finalmente, esta conciencia de la fragilidad de la vida nos devolvió al mundo transformados.

Descubrimos que el dolor era mucho más que desesperación. Descubrimos que el dolor contenía muchas cosas: felicidad, empatía, comunidad, dolor, furia, alegría, perdón, combatividad, gratitud, asombro e incluso una cierta paz. Para nosotros, el dolor se convirtió en una actitud, un sistema de creencias, una doctrina, un habitar consciente de nuestro ser vulnerable, protegido y enriquecido por la ausencia del que amamos y que perdimos.

Al final, el dolor es una totalidad. Es lavar los platos, mirar Netflix, leer un libro, hacer zoom a los amigos, sentarse solo o, de hecho, mover muebles. El dolor es todo reinventado a través de las siempre emergentes heridas del mundo. Nos reveló que no teníamos control sobre los eventos, y al confrontar nuestra impotencia, llegamos a ver esta impotencia como una especie de libertad espiritual.

El dolor de Susie se ha convertido en parte de su química, se mueve a través de su torrente sanguíneo como una fuerza, y aunque a menudo habita el espacio liminal al borde de los sueños, permanece fuerte en su impotencia y obstinadamente asombrada por el funcionamiento del mundo”.

Ocho meses después de la muerte de Arthur, Nick y Susie decidieron irse de vacaciones para alejarse de todo. Volaron hacia Marrakech y se registraron en un hotel al lado de la plaza central.

Esa noche, Susie y él caminaron por el mercado principal y vieron burros viejos, caballos de batalla azotados, monos encadenados, decenas de pollos metidos en pequeñas jaulas, perros callejeros demacrados, cadáveres desollados colgados de ganchos. “La muerte, el sufrimiento y la crueldad estaban por todas partes y me sentí abrumado por una energía oscura”, escribió Nick.

Eso, sumado a una experiencia en la que vieron a un gato pisado por un auto, sangrando y maullando, hizo que se volviera vegetariano para siempre.

“Una mañana desesperada, me senté solo, en un espacio tranquilo, y llamé a mi hijo por su nombre. Cerré los ojos e imaginé sacarlo de mi corazón -este lugar atormentado en el que me dijeron que vivía- y lo coloqué fuera de mi cuerpo, a mi lado. Le dije: "Eres mi hijo y ahora estás a mi lado", escribió Nick. A partir de entonces, volvería a la vida pública, siempre acompañado por Arthur en el espíritu.

En 2016 abrió el telón de su proceso creativo en One More Time with Feeling, una película en blanco y negro que documentó la grabación de la banda de Skeleton Tree. “Escribí un montón de canciones después de la muerte de Arthur, pero sentí que de alguna manera eran una traición a lo que todos estábamos pasando en ese momento o, peor aún, una traición al propio Arthur; que no poseían el alcance emocional requerido, así que los deseché. Pero Andrew Dominik los encontró en mis cuadernos y los amó y usó algunos de ellos para la voz en off en su película One More Time with Feeling”, le dijo Nick a la revista GQ.

Su primera gira fue en 2017 y comenzó en Australia. Sus conciertos empezaron a incluir parte del público siendo invitado a cantar en el escenario y a principios de 2018 empezó una gira mundial de conferencias bajo el nombre de “Conversaciones con Nick Cave”. Consistieron en conversaciones directas con el público mientras tocaba algunas de las canciones de su banda en solitario en el piano.  Ese año también vendría el disco Lovely Creatures que, según Nick, no se sentía correcto sacarlo antes dada la muerte de Arthur.

“La mayor parte del tiempo, Susie y yo tratamos de mantener la vista clara sobre todo el asunto, que fue un accidente terrible, trágico y sin sentido, que podría sucederle a cualquier joven curioso y animado. Definitivamente no le damos ningún sentido de moralidad. Pero el dolor tiene una forma de volverte contra ti mismo y podés encontrarte entregándote a todo tipo de pensamientos irracionales y autodestructivos (autocompasión, auto culpa) porque forman una conexión directa con la pequeña, pero presente, parte de ti que solo quiere morir. Pero estamos atentos el uno al otro sobre este tipo de pensamiento, yo cuido a Susie y ella me cuida a mí, porque aunque perdimos a Arthur seguimos siendo padres, y como padres, todavía tenemos nuestro trabajo por hacer. Debo decir que nuestra familia fue y sigue siendo un lugar alegre y ruidoso. Las cosas son más suaves ahora que Arthur se fue, porque estaba completamente vibrante, pero seguimos muy unidos, y es esa cercanía lo que prácticamente hizo posible levantarme e ir de gira y todo lo demás", escrbiría Nick en The Red Hand Files.

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En Melbourne, a finales de los setenta, hubo un hermoso florecimiento de la creatividad y la escena musical estaba inundada de gente talentosa. En todas partes había músicos brillantes, algunos de ellos extraordinariamente talentosos. No se podía caminar por St Kilda o Carlton agitando un palo sin golpear a un músico talentoso. Yo era una de esas personas talentosas, simplemente no era tan talentoso. No podía tocar un instrumento tan bien como la mayoría de los demás músicos, era un cantante poco capaz y mi composición no era de ninguna manera tan sólida como la de algunos de mis contemporáneos. Estaba muy consciente de estas deficiencias y me sentí apartado de ese mundo.

Habiendo dicho eso, también era consciente de que había una fuerza dentro de mí que otros músicos no parecían poseer, al menos no en el mismo grado. Esto también me distinguió y me causó un sinfín de problemas. Tenía, sin ninguna evidencia de apoyo, una creencia descarada y patológica en mi propia genialidad. Si bien los sueños de muchos otros músicos parecen extenderse hasta conseguir un concierto en el pub local un sábado por la noche, mi sueño siempre, siempre, fue dominar el mundo. Hay que recordar que esto viene de un chico que cuando su maestro de escuela primaria le preguntó qué quería ser cuando creciera, respondió: "Un líder de una secta".

Ahora bien, esto puede parecer poco atractivo, y lo fue, pero así era mi juventud: una colisión enérgica y aspiracional de lo bello y lo profundamente desagradable, con énfasis en lo último. Cuando era joven, aproveché los aspectos no redimidos de mi personalidad (ira, venganza, poder, ensimismamiento, ambición desenfrenada) para proporcionar la energía para ir más allá de mi falta de aptitud.

Este movimiento furioso me mantuvo corriendo salvaje a través de los años, hasta que finalmente choqué conmigo mismo, supongo, y las cosas cambiaron. Pero esa es otra historia. Esto es solo para decirles a ambos: cualquier competencia que demuestre ahora, como la capacidad de escribir, grabar o interpretar canciones, surgió a través de la repetición y la práctica y una persecución sangrienta de mi propia visión particular. Nada vino de forma natural. Trabajé en eso.

El arte da mucho, pero pide mucho a cambio. Exige nada menos que un compromiso total y un sacrificio significativo. El talento es bueno si lo tenés, pero de alguna manera es un requisito secundario. Warren Ellis dijo una vez: "Procede con absoluta confianza" y, Stella, ese es mi consejo para ti. Encontrá tu voz auténtica y presioná violenta y desafiante contra sus limitaciones, y nunca se sabe, pueden suceder grandes cosas. Espero que lo hagan.

Cariños, Nick

(Texto escrito en The Red Hand Files por Nick Cave)

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Cuando Arthur murió, muchas personas empezaron a enviarle cartas, incluso a la dirección de su casa. Eran cartas que, básicamente, decían que ellos también habían perdido a alguien y que entendían por lo que estaba pasando. Con todo esto, entendió el “notable poder curativo de los actos combinados de decir y escuchar”.

En 2018, Nick Cave comenzó un blog llamado The Red Hand Files (https://www.theredhandfiles.com/) donde sus fans podrían enviarle preguntas y él respondería algunas en un texto.

“Durante mucho tiempo había querido explorar la idea de alguna forma de comunicación con mi audiencia que se sentara fuera de la música. Sentí que tenía cosas que compartir que no encajaban dentro de los límites normales de lo que hacía artísticamente. No estaba del todo seguro de qué forma tomaría eso, pero era un pensamiento molesto que llevaba conmigo. Estaba buscando algo”, escribió.

Pero The Red Hand Files no se trata solamente de responder a una pregunta, sino que según Nick, se trata de escuchar la pregunta. Actualmente, recibe entre cincuenta y cien cartas por día y, parte de su compromiso con el proyecto, es leer atentamente cada pregunta y estar alerta a lo que cada persona intenta decir.

“Me he visto, literalmente, obligado a mirar el mundo con ojos compasivos, debido al tipo de preguntas que se hacen. Realmente, no sé qué haría sin ellos", dijo a la revista Vogue.

The Red Hand Files pasa de tener respuestas sobre grandes ideas a momentos cotidianos. Allí, por ejemplo, Nick responde reflexiones sobre la muerte y el dolor de la pérdida de su hijo, pero también lo hace de cosas como sus mascotas: un perro con cáncer llamado Otis, un perro chiquito y psicótico llamado Nosferatu que tiene como objetivo de vida morderlo y una ardilla llamada Caos que corre y salta por toda su casa y que, además, tiene una amiga llamada Orden. “Lo que empecé, fundamentalmente por intuición, se ha convertido ahora en parte fundamental de mi vida”, comentó a Vogue.  

Incluso, grabó una canción inspirada en la pregunta que le hizo una mujer llamada Cynthia, desde Vermont. Le puso así, “Letter to Cynthia” (Carta a Cynthia) y trata sobre el dolor y el amor.

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A principios de los noventa vivía en una zona de São Paulo llamada Vila Madalena con mi entonces pareja, Viviane, y nuestro hijo, Luke. Al final de nuestra calle estaba Merceario São Pedro, una tienda que funcionaba como un bar al aire libre. Todos los días, alrededor de las 11 en punto, reunía a Luke, que tenía alrededor de dos años en ese momento, y juntos subíamos la colina hacia lo de Pedro. Yo sentaba a Luke en un taburete a mi lado en el bar y comíamos pasteles de queso, y el dueño, Pedro, hablaba con Luke hasta que los trabajadores llegaban a almorzar. Luego nos cambiábamos a una mesa en la vereda y nos sentábamos al sol. Yo leía y escribía cosas y Luke chupaba su chupete, o un Chupa Chup que Pedro le había deslizado a escondidas. Supongo que escribí algunas letras durante esos tiempos, 'The Ship Song' y 'Papa Won't Leave You, Henry' y 'Foi Na Cruz', pero principalmente me senté y fumé cigarrillos y bebí una cerveza y hablé con Luke, mientras él chupaba su Chupa Chup y miraba y escuchaba.

Aquellos días en São Pedro's fueron sencillos y buenos. Fueron los mejores tiempos. Ahora, los desarrolladores están derribando la tienda y construyendo un edificio de apartamentos de lujo en su lugar. Entiendo que este es el camino del mundo, las cosas van y vienen, y sé que nos enfrentamos a problemas más urgentes que la demolición de un pequeño bar en Sao Paulo, pero aún así, una parte del alma de Vila Madalena se perderá cuando destrocen ese lugar, y también una parte de la mía.

Entonces, me despido del Merceario São Pedro, el bar más grande del mundo, y le doy las gracias a Pedro, por la amabilidad que siempre le mostró a mi hijo Luke.

(Texto escrito en The Red Hand Files por Nick Cave)

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Escribió libros, guiones de cine, creó bandas sonoras de películas enteras.

Sus canciones aparecieron en películas importantes como He Died with a Felafel in His Hand, Romance & Cigarettes, El Asesinato de Jesse James por el Cobarde Robert Ford, Harry Potter y Las Reliquias de la Muerte Parte I, Scream: Grita Antes de Morir, La Propuesta, Las Alas Del Deseo. Escribio un guion para Gladiador 2 que nunca se hizo.

Con Warren Ellis compuso partituras para películas como The Proposition (2005), de la cual también escribió parte del guion que le valió un premio especial del Festival de Cine de Venecia de 2006, The Road (2009), Hell or High Water (2016) y Kings (2018). Además, escribió el guion de Lawless (2012).

Sus créditos actorales incluyen las películas Ghosts of the Civil Dead (1988), que también coescribió, y Johnny Suede (1991). Nick, también, fue el tema de los documentales 20,000 Days on Earth (2014) y One More Time with Feeling (2016).

Además de sus dos novelas, And the Ass Saw the Angel (1989) y The Death of Bunny Munro (2009), escribió The Sick Bag Song (2016), un poema épico inspirado en su gira con Bad Seeds en 2014.

A mediados de la década de 1990, dio una conferencia de radio británica llamada “The Flesh Made Word" como parte de la programación religiosa de BBC Radio 3, y explicó cómo desarrolló un interés en el arte religioso en la escuela de arte ("en gran parte, creo, porque me irritaban los instructores”) que lo llevaron a profundizar en el Antiguo Testamento, cuyas historias y personajes dieron lo que él llamó “una nueva energía desagradable”a las canciones que comenzó a escribir.

También dio clase en la Escuela de Viena, donde fue a enseñar sobre el género de canciones de amor en particular.

En 2020 comenzó una colección de arte llamada “Cave Things”. “Es controvertido, subversivo, molesto, autocrítico y caro, pero también es conmovedor, reconfortante y muy divertido de hacer”, dice Cave en una entrevista para la revista Interview. “Es un lugar conflictivo y conflictivo al que ir. A la gente le encanta o lo odia, lo cual es más o menos un negocio habitual para mí”, le dijo a Vogue este año.

Aunque siempre consulta la opinión de Susie, él hizo todo: los diseños, la pintura, la fotografía, el diseño de la página web, el packaging y las anotaciones sobre cada elemento.

Dentro de sus series artísticas, se encuentra lo que él llama “The Hyatt Girls”, un grupo de mujeres desnudas que viven en su imaginación y realizan actos pornográficos entre sí, siempre que se alojó en un Hotel Hyatt. “Durante años los he dibujado, lo mejor que he podido, en el papel de notas del hotel cada vez que me he alojado en un Hyatt. Ahora he convertido estos dibujos en papel tapiz erótico, que vendo a un precio muy alto en mi encantadora y polémica tienda en línea Cave Things”, agregó.

También hay otros grupos de mujeres, The Hilton Girls y The Ritz Carlton Girls, por ejemplo, que residen en su imaginación y que realizarán actos pornográficos con la condición de que él se quede en los hoteles correspondientes. “Al igual que con The Hyatt Girls, para recordarlas, las dibujo en la hoja de papel del hotel. Los convertiré también en papel tapiz en algún momento, una vez que arregle mis cosas”, comentó.

“Y luego están las Travelodge Girls: realizan actos pornográficos particularmente entusiastas en mi imaginación, pero como Travelodge no proporciona ningún papel para notas, no he podido dibujarlas. Si Travelodge tuviera su propio papel de carta, podría pensar en las chicas, dibujarlas y hacer el papel tapiz de The Travelodge Girls, que puedo vender a un precio más asequible que el papel tapiz de The Hyatt Girls, que es tan caro que nadie en su sano juicio compra eso”, continuó.

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En The Red Hand Files, una persona llamada Michelle, desde Oxford, le escribió a Nick lo siguiente:

Nick. Soy escocesa. No estoy muy bien con el alcohol. Rehabilitación pronto. 29/7. Por favor. Nick. Te vi en Prospect Park NY hace muchos años. Estoy tan asustada. No estoy bien. ¡Escúchame! Pienso el mundo de ti y de The Bad Seeds.

Él le respondió:

Querida Michelle,

Es hora de dejar el alcohol, lo sabés, lo necesitás. Es aterrador ahora, lo sé, pero solo puedo decir esto, la vida es mejor sin eso. Increíblemente mejor. Es difícil de entender ahora, da miedo ahora mismo, lo sé, pero sin la bebida la vida es mejor. Solo acordate de eso. Vas a ver. Vas a estar mejor. Vas a ver. La vida es buena. Vas a ver. La vida es buena. La vida es buena. La vida es buena.

Preparate para sorprenderte.

Cariños, Nick

El propio Nick Cave sufrió de una adicción a la heroína durante muchísimos años. Bajo consumo de la misma, y acompañado de anfetaminas, escribió canciones como Jubilee Street y Love Letter.

Asistió a Narcóticos Anónimos para curar su adicción, aunque nunca pudo comprometerse en su totalidad al grupo. Sin embargo, ha dicho en los Red Hand Files que si no hubiera sido por ellos, seguramente no hubiera sobrevivido.

“Narcóticos Anónimos era esta cosa, constante y siempre presente, que simplemente nunca se había ido, un lugar al que podía regresar arrastrándome una y otra vez, año tras año, y ser aceptado y bienvenido, bienvenido de nuevo. En este sentido, le debo la vida a Narcóticos Anónimos. Cuando nadie más me quería, Narcóticos Anónimos siempre lo haría”, escribió.

Con el tiempo, encontró la salida del uso de drogas con la ayuda de Susie, pero Narcóticos Anónimos le mostró el camino.

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Un día de verano de 1996, Warren y yo, y nuestra amiga Tara-Jane, decidimos alquilar un bote y remar en el Serpentine en Hyde Park. Era un día glorioso y soleado y mientras yo me recostaba en un extremo del bote y Warren se sentaba precariamente al frente, Tara-Jane remaba feliz. En medio del lago, Tara-Jane dejó los remos y flotamos entre los patos. De repente y sin previo aviso, desde allí en la proa, Warren comenzó a recitar de memoria, "The Flea" de John Donne. Esto me impresionó mucho porque es un poema bastante largo y ambos estábamos increíblemente drogados. Después de un tiempo, me quedé dormido. Cuando desperté, Tara-Jane estaba dormida, los patos y el sol se habían ido, y Warren todavía estaba recitando "The Flea" de John Donne, que dice mucho sobre la increíble resistencia de mi amigo y su infatigable habilidad para estar siempre prendido. Fue un día hermoso.

(Texto escrito en The Red Hand Files por Nick Cave)

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Según Nick, la forma típica de trabajar del rock es “no trabajar para nada, son los más vagos”. Él, sin embargo, tiene una oficina a la que va todos los días de 7:30 de la mañana a 5:00 de la tarde. "Solía ??ir seis días a la semana, hasta que no pude soportarlo más. Ahora voy también los domingos", dijo alguna vez en una entrevista.

Heredó el escritorio de su padre cuando era un adolescente y, desde entonces, ha usado siempre un escritorio u otro. “En estos días, mi escritorio se ha convertido en un lugar de industria febril. Me ha golpeado una especie de manía por hacer cosas —los efectos de la pandemia, sin duda— y siempre estoy escribiendo, dibujando, garabateando, diseñando, esculpiendo, lo que sea. Todo sucede en mi escritorio ", dijo a Inteview.

Nick siempre fue un hombre de hábitos de trabajo disciplinados, y durante muchos años se levantaba todas las mañanas, se ponía un traje, salía de su casa de Brighton y se dirigía a su oficina. Sin embargo, los meses mosteriores a la muerte de Arthur dejó de ir y trabajó, más bien, desde su casa.

En The Red Hand Files, escribió esto:

“Plagio es una palabra fea para lo que, en el rock and roll, es una tendencia natural y necesaria, incluso admirable, que es robar. El robo es el motor del progreso y debe fomentarse, incluso celebrarse, siempre que la idea robada se haya adelantado de alguna manera. Proponer una idea es robarle algo a alguien y hacerlo tan atractivo y codiciado que alguien luego te lo robe. De esta manera, la música moderna avanza, recolecta ideas y muta y transforma a medida que avanza.

Pero una advertencia, si robás una idea y la degrada o minimiza, estás cometiendo un crimen terrible por el que pagarás un precio terrible: cualquier talento que puedas tener, con el tiempo, te abandonará. Si robás, tenés que honrar la acción, promover la idea o ser condenado”.

Dice tener afinidad con los artistas que tratan su oficio como un trabajo y que no dependen de los caprichos de la inspiración. ¿Por qué? Porque él es uno de ellos. Trabaja como la mayoría de las personas, no se le ocurre no ir a trabajar, no deja de hacerlo “porque no lo siente” o porque “las vibras no son las adecuadas”. Hace sus horas de trabajo, como todo el mundo.

Su proceso de escritura es, según ha dicho, el siguiente: durante meses escribe ideas en un cuaderno con una lapicera mediana Bic, en color negro. En algún momento, las canciones empiezan a revelarse, a tomar foma y ahí es cuando escribe la letra nuevamente en su computadora. Entonces, empieza el largo proceso de trabajar las palabras, agregarles versos, sacarlos, refinar el lenguaje, hasta que la canción llega a su destino.

En esta etapa, agarra una de las últimas páginas amarillentas que cortó de libros viejos usados y, en su máquina de escribir Olympia, vuelve a escribir la letra. Esa hoja la pega en su cuaderno personalizado, lo numera y lo sella con la fecha. La canción se completa “oficialmente”.

Cuando la presión de escribir canciones es demasiada, se pone a dibujar animales, íconos religiosos o criaturas mitológicas. O simplemente saca una foto Polaroid. O hace algo con arcilla.

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¿Si alguna vez dudo de mí mismo? La respuesta es sí, mucho. Mis dudas sobre mí mismo tienden a manifestarse en oleadas repentinas y calientes de vergüenza y, por lo general, surgen junto con una pérdida de alegría o humor, o más bien, cuando empiezo a tomarme a mí mismo y a la vida demasiado en serio. Parece surgir como una respuesta a mi propio sentido de importancia personal. La duda es común a todos nosotros, sospecho, y por incómoda y desagradable que sea, una cierta cantidad puede ser la verdadera fuerza humanizadora, manteniéndonos humildes, vulnerables, de mente abierta y conectados con el mundo. Pero, por supuesto, debemos permanecer atentos y no permitir que nuestras dudas se vuelvan compulsivas, que nos aprisionen, nos cierren y nos hagan incapaces de avanzar. En estos momentos, vale la pena recordar que el mundo puede ser divertido, al igual que nosotros, y no tomarnos a nosotros mismos demasiado en serio.

(Texto escrito en The Red Hand Files por Nick Cave)

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Nick Cave puede reclamar, por lo menos, ocho vocaciones: compositor y cantante de Nick Cave and The Bad Seeds y su banda de garage-rock, Grinderman; guionista de las aclamadas (y extremadamente sangrientas) películas "Proposition" y "Lawless"; novelista; compositor de bandas sonoras; conferencista; doctor en guion; y en raras ocasiones, incluso, actor. Sus libros son best sellers; sus bandas sonoras han ganado premios; músicos tan lejanos como los Red Hot Chili Peppers y St. Vincent lo citan como una influencia; y el álbum de The Bad Seeds, Push the Sky Away, ha demostrado ser uno de los más exitosos comercialmente de la carrera de la banda, alcanzando el número 1 en la lista de álbumes independientes del Reino Unido.

Hay una banda que se llama Cave Dogs en honor a él y hacen covers donde suenan igual o mejor que él. En su lápida, hasta que no encuentre una oración mejor, le gustaría que escribieran “Deslizo mis pequeñas canciones debajo de ti”.

Durante la cuarentena, mantuvo una serie serie de conversaciones telefónicas muy largas, de tres o cuatro horas seguidas, con su amigo y escritor  Sean O'Hagan. En algún momento, decidieron grabar las conversaciones y ponerlas en un libro, que Canongate publicará en 2022. Se llamará Faith, Hope and Carnage.

El encierro también generó que Nick y Warren fueran al estudio para hacer un disco. “Creo que, más que nada, solo queríamos pasar un tiempo juntos. Había pasado mucho tiempo desde que nos vimos y estábamos ansiosos por continuar la conversación musical que habíamos tenido todos estos años. Entonces, nos encontramos en el estudio, nos saludamos y comenzamos”.

Un par de días después, Nick recibió un mensaje de Warren que decía: “Te mando los hits, preparate para sorprenderte”. Enseguida le mandó lo que constituía, “como por arte de magia”, un disco completo.

Nick respondió: “Llamalo Carnage”. Y así se llamó el último disco de Nick Cave, lanzado en 2021, Carnage.

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Cuando escucho una canción querida, por ejemplo, "On the Beach" de Neil Young, siento, en mi interior, que esa canción me habla a mí y solo a mí, que me he apoderado de esa canción exclusivamente. Siento, más allá de toda racionalidad, que la canción ha sido escrita pensando en mí y, a medida que se va tejiendo en la trama de mi vida, me convierto en su administrador, entendiéndola mejor que nadie. Creo que todos podemos relacionarnos con este sentimiento de poseer una canción. Esta es la singular belleza de la música.

(Texto escrito en The Red Hand Files por Nick Cave)

Por Federica Bordaberry