El dólar experimentó su caída mensual más grande de los últimos 13 años, luego de un descenso de 5,11% en junio. Además, su valor se colocó en $39,548, por lo que “perforó la barrera de los $ 40”, según explica Florencia Zufiría, economista en el Servicio de Análisis y Pronósticos Económicos de la firma CPA Ferrere en conversación con Montevideo Portal.
“El debilitamiento del dólar no es un fenómeno exclusivo de Uruguay, también se ha visto en monedas de países desarrollados y de la región”, explicó.
En esta misma línea se ubicó Martín Glass, economista y Asesor Financiero de la empresa Balanz, que sostuvo que “Uruguay no es una isla financiera”, y que “desde fines del año pasado, el dólar viene debilitándose frente a varias monedas latinoamericanas”.
A la hora de encontrar las explicaciones, Zufiría remarcó que “la llegada de Trump a la presidencia de Estados Unidos generó cambios que debilitaron al dólar como moneda segura”.
De todas maneras, esta baja provocó un fortalecimiento de la moneda local. “El Banco Central mantiene una tasa de interés alta (9,25%) para contener la inflación, y eso fortalece al peso”, sostuvo Glass. Este fortalecimiento, según explicó, reduce el costo de las importaciones y “alivia la presión sobre los precios locales”. En contrapartida, esto provoca que “el sector exportador pierda competitividad”, debido a que “los ingresos en dólares se traducen a menos pesos”, remarcó el economista.
“En el corto plazo, quienes cobran en pesos y tienen gastos en dólares pueden verse beneficiados”, señaló. En tanto, Zufiría acotó que “para quienes cobran en pesos, hoy es más barato acceder a productos en dólares”.
Ante la posibilidad de que el Banco Central intervenga, ambos especialistas no ven posibilidades firmes de que esto suceda. “El objetivo del Banco Central es mantener la inflación entre 3% y 6%, y por eso sostiene una política monetaria contractiva”, agregó Glass.
“Antes era más frecuente que el Banco Central interviniera en el tipo de cambio, pero eso ya no ocurre”, recordó Zufiría, y apuntó que desde 2022 esto no sucede.
“El Banco Central tiene herramientas para intervenir, pero hasta ahora ha dejado que el mercado se mueva con relativa libertad”, ponderó Glass. De todas maneras, opinó que “solo si se prolonga mucho la caída del dólar o hay riesgos para la estabilidad financiera, podría haber una intervención”. Más allá de esto, afirmó que el foco del regulador “es la estabilidad de precios”.
En cuanto al futuro, es difícil proyectar cómo seguirá variando de cara al segundo semestre. De todas maneras, Zufiría destacó que “la mayoría de los analistas espera que el dólar cierre 2025 en torno a 42,40 pesos”. En tanto, Glass afirmó que “el futuro del dólar dependerá de factores internacionales como lo que haga la Reserva Federal (Fed) en EE. UU.”. En este sentido, remarcó que “si la Fed baja sus tasas a fin de año, eso podría debilitar aún más al dólar a nivel global”.
Según Glass, es difícil “evaluar una gestión del Banco Central en tres o cuatro meses”, luego de que asuma Guillermo Tolosa, aunque afirmó que “el control de la inflación se ha mantenido”. “Una baja en la tasa de interés en Uruguay podría aliviar la presión sobre el peso y permitir que el dólar suba”, destacó Zufiría.