El doctor José Honorio Leborgne Pueyrredón, referente internacional y pionero en Uruguay, junto con su hermano Félix, en el radiodiagnóstico y la radioterapia, falleció el pasado sábado a los 87 años en Montevideo.

Este viernes, el presidente hizo de su habitual columna en el hebdomadario colorado Correo de los Viernes un panegírico sobre el profesional fallecido.

En su artículo, el veterano político repasó la trayectoria y logros del especialista, y destacó su vasto y honorario servicio en el hospital Pereira Rossell. “Logró la instalación del primer acelerador lineal, venciendo inexplicables resistencias privadas”, señaló.

Además de destacar las virtudes profesionales del médico, Sanguinetti valoró su “intransferible calidad personal”.

“Amable, culto, le distinguía un estilo de caballerosidad sin afectación. Afín a la cultura francesa, de ella heredaba una visión general de la sociedad, de su historia, de sus artes, de sus saberes, que iban más allá del especialista. Convivía en él la excelencia con la naturalidad en el trato, ya fuere de personajes relevantes como de sus modestos pacientes del hospital público, en los que volcaba cariño y simpatía”, expresó.

Texto adelante, Sanguinetti recordó un capítulo difícil en la vida de Leborgne, cuando a comienzos del siglo, diferencias profesionales con el entonces presidente Tabaré Vázquez —médico oncólogo— derivaron en su destitución del Centro de Lucha contra el Cáncer del hospital Pereira Rossell, al que su padre Félix y su tío Raúl Leborgne Fossemale habían contribuido a instalar y dar continuidad por décadas.

“Sufrió mucho, naturalmente, la desgraciada persecución del primer gobierno del Frente Amplio, por una actitud que, por cierto, no honró la trayectoria del Presidente Tabaré Vázquez”, consideró el dos veces presidente.

Sufrió, pero siguió adelante, y su alejamiento de los cargos públicos no generó en él lo que podría haber sido un explicable resentimiento. La injusticia no le cambió el talante y continuó la vida profesional en su clínica y en el Hospital Italiano, donde se le veía en los últimos tiempos”, rememoró.

“Tanto Marta [Canessa] como yo y toda nuestra familia, guardaremos de él un recuerdo imborrable. Siempre estuvo cerca y en los momentos difíciles, su consejo, aliento y saber hicieron mejor nuestra vida. Para el país, un grande, en el cabal sentido de la palabra. Para nosotros, un amigo”, concluyó.