El senador del Partido Socialista, Gustavo González, señaló este lunes que considera “clave” avanzar en la discusión de “una reforma tributaria”, y apuntó en particular a algunos puntos como el dinero de los uruguayos depositado en el exterior, revisar las exoneraciones impositivas vigentes, o la idea de un impuesto a la riqueza, impulsada por algunos sectores del Frente Amplio.

El legislador dijo en una entrevista con Otra mañana (radio Oriental) que cumplir con las distintas promesas de campaña del Frente Amplio requiere de más dinero del que hoy en día cuentan las arcas públicas, por lo que se debe apuntar a otras vías de financiamiento, como la impositiva.

“Para poder cumplir con abatir la pobreza infantil, tratar de resolver los problemas de viviendas, decir que no queremos más 25 mil pesistas, que hay que resolver el problema de la jubilación, que hay que contemplar un presupuesto como el de la educación… Todo esto necesita dinero. Apostar solamente a las inversiones nos parece que es muy arriesgado. Yo no sé si efectivamente será el 1% a la riqueza o cuál gravamen, pero que obviamente va a haber que hacer una reforma tributaria, mejorar esto y afectar al capital, en definitiva, no nos cabe duda”, dijo en la entrevista.

“Es una reforma tributaria importante que hay que hacer. Hay que ver el tema de las exoneraciones, hay que ver el tema de los depósitos en el exterior, que son aproximadamente US$ 63.000 millones. Hay que ver todo eso. Afectar al 1% más rico de la población, que es una propina lo que estamos pidiendo, le daría al Estado US$ 600 millones anuales. Uno no puede creer que eso no es necesario, cuando se escucha hoy —con responsabilidad— que un ministro de la calidad de Gabriel Oddone está planteando que va a tener que haber restricciones por el déficit fiscal”, añadió.

González dijo que, de no generar nuevos ingresos para el Estado, el Frente Amplio va a tener “grandes dificultades” para cumplir las promesas de campaña.

El senador realizó también una nueva defensa de la propuesta de aplicar un impuesto a la riqueza. “Esta propuesta no es una propuesta de un bolchevique soñoliento o de un socialista. Es una propuesta que se está haciendo en el mundo y la discutieron las grandes potencias en el G20, porque las desigualdades son cada vez más terribles”, dijo.