La asociación civil Familias Organizadas de la Escuela Pública emitió un comunicado este miércoles en el marco de la noticia difundida ayer por el consejero de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP), Juan Gabito, sobre la suspensión de las clases presenciales a partir del próximo lunes.

Frente a la noticia y las declaraciones, la organización hizo una serie de cuestionamientos a las autoridades de la educación, comenzando con la interrupción de las clases y si no debería ser la última medida en ser tomada, en lugar de la “primera y única”.

“Luego de la experiencia de la pandemia y sabiendo que en las temporadas de invierno los cuadros de infecciones respiratorias y virus se multiplican ¿qué medidas preventivas se promovieron por parte de las autoridades de la salud y de la educación? ¿por qué no se implementaron otras medidas para la prevención o disminución de contagios”, se preguntan los familiares.

Además, ante la posible virtualidad, afirman si acaso no se aprendió de la pandemia. “Entendemos que no es una alternativa que se pueda extender de forma generalizada y en tan corto tiempo. No hay garantías de acceso a internet, ni qué todas las ceibalitas estén en condiciones y de que toda la infancia cuente con el acompañamiento familiar adecuado que posibilite procesos de aprendizajes significativos”, exponen.

Asimismo, hicieron una serie de consideraciones ante este escenario, por ejemplo, expresaron que es “inadmisible el cierre de escuelas como única y primera medida” y que las medidas sanitarias “deben aplicarse a otros espacios” y no solo a las escuelas.

“Es necesario tener presente que los daños pandémicos, producto de la disrupción educativa, no han sido atendidos y se perpetúan: rezago en los aprendizajes, desvinculación educativa, afección a la salud mental, entre otros”, señala el documento, y agrega que la virtualidad, como medida alternativa, “fracasó en su aplicación en las escuelas públicas”.

Asimismo, indican que las escuelas forman parte del sistema de cuidados que cuentan las familias de trabajadores y decretar su cierre “con tan poca anticipación” tiene “consecuencias desfavorables en la organización de la vida cotidiana familiar, por ejemplo, que muchos niños deban quedarse solo o al cuidado de sus hermanos.

“Exhortamos a que la academia y las sociedades científicas se expresen al respecto. Desde una concepción integral de la salud, es necesario contar con toda la información de la situación sanitaria actual, con recomendaciones sobre las medidas necesarias a tomar”, asegura.

Finalmente, dicen que esperan que las autoridades del gobierno y de la educación tomen “medidas responsables”, pensadas en el cuidado y beneficio de cada niño del país, especialmente de las infancias en situación de vulnerabilidad.

“El único camino, no puede ser la vulneración del derecho al acceso a la educación”, concluye el texto.