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Política

Buenos y malos

“Interruptores” para conversar con los narcos: el plan de Interior y por qué duda el Mides

En Desarrollo Social dicen que se enteraron de su participación por los medios. La semana próxima se reunirán para “compaginar esfuerzos”.

20.01.2023 15:41

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2023-01-20T15:41:00-03:00
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Por Joaquín Symonds

El plan que anunció el ministro del Interior, Luis Alberto Heber, que incluye reclutar ex presos para trabajar en los barrios de Montevideo donde se concentran los homicidios, se venía trabajando desde hace más de un año.

Una de las personas que estuvo al frente, desde un punto de vista técnico, fue Diego Sanjurjo, actual coordinador de estrategias focalizadas de prevención policial del delito. El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) le prestará al Estado uruguayo US$ 2 millones para financiar el proceso, y gran parte de ese dinero será para el salario de los ex presos.

Una de las características del programa es que está focalizado en determinadas zonas de Montevideo: aquellas donde más homicidios por ajuste de cuentas se han dado en los últimos meses, según explicó Sanjurjo a Montevideo Portal.

Aunque el anuncio causó sorpresa y polémica, la iniciativa tiene más de 20 años en el mundo. Gary Sluktin fue el epidemiólogo estadounidense que ideó este tipo de programas. Él consideraba que la violencia se propagaba de forma similar a las enfermedades contagiosas y por eso implementó este tipo de iniciativa en su Chicago natal.

La idea de la actual administración es tomar como base varias experiencias de este tipo y armar “una uruguaya”, para prevenir y combatir los crímenes.

Heber dijo esta semana en entrevista con Desayunos informales que uno de los cometidos es que los exreclusos puedan “dialogar” con los delincuentes. Sanjurjo aclaró que seguramente “sean personas que hayan crecido” en barrios con más actividad delictiva de Montevideo y también hayan estado vinculadas al crimen de alguna forma.

Lo que es clave para las autoridades es que los reclutados estén alejados del delito desde hace tiempo. Además, valorarán que tengan algún tipo de experiencia de trabajo social con delincuentes.

Quienes trabajen para el programa irán a los barrios de la periferia para establecer un vínculo con los delincuentes y serán como “interruptores”. En este ida y vuelta, según explicó Sanjurjo, los ex presos intentarán evitar que se cometan delitos.

“Si alguien le dice ‘mañana voy a ir a tal lado a darle un tiro en la pierna a fulanito porque mató a mi hermano’, la idea es que el interruptor logre convencerlo de que eso no está bien”, agregó el especialista en seguridad.

El ministerio busca personas con un pasado delictivo porque entiende que pueden manejar los mismos códigos que asesinos y narcotraficantes, lo que entienden como fundamental para entablar un vínculo.

El otro cometido del programa es obtener información “caliente” de lo que pase en los barrios más peligrosos de Montevideo. En Interior son conscientes, de acuerdo con lo que contó Sanjurjo, de que es difícil acercarse a la delincuencia desde un rol de autoridad. Este programa, que el Gobierno intentará adaptar a la realidad nacional, busca justamente un “acercamiento más orgánico” con el narcotráfico.

Los datos relevantes que pasen los mediadores a las autoridades serán la punta del iceberg para seguir investigando.

Un anuncio que sorprendió

Las autoridades del Ministerio del Interior buscarán que el programa reúna el consenso político de todos los partidos. Para eso entablarán reuniones en los próximos meses, de las que esperan que salga un “documento común” para llevar a la práctica.

Mayo será el mes límite para encaminarse a aplicar el programa, que comenzará con pruebas piloto con alrededor de 20 exreclusos. Antes de esto, el personal deberá recibir formación en tareas de trabajo social y otros aspectos “esenciales” a la hora del despliegue en territorio.

Ante la consulta de cómo irán identificados los “interruptores”, Sanjurjo respondió que la idea es que sea el Ministerio de Desarrollo Social (Mides) el que se encargue de este aspecto. Según informó El País, el plan se hará en coordinación entre ambos ministerios.

Desde el Mides aseguraron a Montevideo Portal que la semana que viene mantendrán una reunión con Heber y otras autoridades. Según dijeron, se enteraron a través de los medios de las intenciones de Interior de que el Mides asuma una función como la mencionada. En ese sentido, tienen varias preguntas acerca de cuál sería el rol de la cartera en el plan y, en concreto, quieren saber qué grado de colaboración van a tener en las actividades.

Ahora buscarán “compaginar esfuerzos”, porque en la cartera de Desarrollo Social, donde ya funcionan programas de trabajo con exreclusos, entienden que la “criminología” es responsabilidad de Interior. El ministro Martín Lema ha declarado públicamente que el objetivo es que las personas que salgan de prisión reciban “una respuesta de la sociedad” para que no vuelvan ni al delito ni a prisión, y no caigan en situación de calle.

Sanjurjo, por su parte, aclaró que no hay nada cerrado aún, dado que por delante deberán negociar con los partidos políticos y piensan que habrá cambios.

Los casos en otros países

Para implementar el plan, Sanjurjo indagó en la experiencia de otros países donde este tipo de políticas funcionaron. El experto aseguró que, en líneas generales, ha sido muy exitoso desde la primera vez que se puso en marcha en Chicago hace 20 años.

Las cifras de homicidios que tenía la ciudad estadounidense en ese momento eran “el doble o el triple” de las que presenta actualmente Uruguay. “Para nosotros, esos guarismos serían propios de Colombia o de las partes más peligrosas del mundo”, agregó Sanjurjo.

Tras la aplicación del plan, se logró reducir en más de un 50% los crímenes sangrientos dentro de los barrios de Chicago. En cuanto a América Latina, Sanjurjo aseguró que se aplica en ciudades de Brasil y Argentina. En Río de Janeiro se ejecutó en seis barrios y logró una reducción de un 45% en los homicidios. En Mendoza y Salta, en tanto, se le atribuye una baja de entre 30 y 45% de ese tipo de delitos.

También se puso en marcha en países caribeños, sobre todo para contrarrestar los hechos violentos entre bandas de narcotraficantes y delincuentes pesados. “En todos los casos tiene un éxito probado y que se puede percibir”, aclaró Sanjurjo.

Cabe señalar que, si bien las iniciativas tienen puntos de contacto entre sí, cada una recibe una impronta propia para adaptarse al país donde se pretende aplicar. Por esto, para Sanjurjo, poder contar con el apoyo de todo el espectro político —sobre todo del Frente Amplio— es vital.

Por Joaquín Symonds