La comparecencia del Ministerio de Turismo en la Comisión de Presupuesto Integrada con Hacienda del Senado reunió en la sala a las actuales autoridades con tres exministros de la cartera: Tabaré Viera, Liliam Kechichian y Pedro Bordaberry.
El debate presupuestal y la estrategia de cara a la temporada venidera llevó la mayoría de la sesión. Sin embargo, en medio de eso, un tema particular generó diferencias en un ida y vuelta que mantuvieron Kechichian y Viera.
La polémica fue a raíz del edificio comprado durante la anterior gestión frenteamplista en Cerrito y Zabala, con el fin de mudar allí la sede ministerial, un plan que el gobierno de la coalición dejó por el camino.
“Para ser concreta, voy a plantear algunas preguntas sobre cosas en las que tengo algunos dolores. En nuestra gestión compramos un edificio para ubicar al Ministerio de Turismo, porque estábamos convencidos —y lo sigo estando— de que Montevideo necesita una terminal de cruceros que tiene que estar cerca del puerto y el lugar ideal era lo que hoy es el Ministerio de Turismo. Ese fue el razonamiento que hicimos nosotros en su momento”, dijo Kechichian en una parte de su primera intervención.
“Hicimos una muy buena compra, por un precio de la mitad de lo que la tasaba catastro. La arreglamos con el Ministerio de Transporte y Obras Públicas, pero el ministro [Germán] Cardoso dijo que no se iba a mudar y que la iba a vender para atender la pandemia. Ahora bien, ahí está, cerrada, tapiada, perdida, abandonada. Entonces, me gustaría saber, ministro, si tiene alguna idea de qué hacer con esa inversión que hizo el Estado, que fue importante, y que lamentablemente sigue sin tener ningún objetivo”, agregó.
A su turno, Viera respondió que desde su punto de vista “no fue un buen negocio” y que “por eso fue desechado”.
“Para mí, hay que completar la venta de ese edificio que está en ruinas. No es un edificio entero; son solo dos pisos, por lo que el ministerio pasa a ser copropietario de un edificio. Son dos pisos y un subsuelo; por lo tanto, no es el edificio del ministerio. Además, está en ruinas; nosotros lo encontramos en ruinas, totalmente deshecho”, dijo el senador colorado.
“Está para ver si todavía está en ruinas; lo deshicieron. Antes funcionó ahí un banco y lo único que quedó fue la bóveda, porque parece que es imposible romperla, prácticamente. Por lo tanto, no creemos que haya sido un buen negocio y tampoco el precio”, añadió.
De inmediato, Kechichian respondió y dijo que “el edificio entregado no estaba en ruinas”.
“Está en ruinas ahora porque hace seis años que está cerrado, pero no estaba en ruinas. Era un edificio al que se le había hecho toda la sanitaria, toda la instalación eléctrica y la instalación de wifi. Tenía un diseño de coworking y tenía un espacio ya pronto para que las intendencias del interior pudieran exponer. Sin embargo, alguien decidió cerrarlo para venderlo enseguida y no lo vendió. Lo tapió y hasta el día de hoy está tapiado. Por lo tanto, quiero decir que no estaba en ruinas cuando nosotros lo entregamos. Estaba para terminar algunas cuestiones de pintura, pero prácticamente ya estaba pronto para que el ministerio se pudiera mudar ahí”, acotó.