Contenido creado por Gerardo Carrasco
Salud

Venga ese brazo

Niños y vacunas: consejos para que el pinchazo no sea un drama

El momento de la vacuna suele ser temido por los más chicos. Así puedes ayudar a que lo sobrelleve mejor.

27.08.2018 07:39

Lectura: 4'

2018-08-27T07:39:00-03:00
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Los Centros Para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos, elaboraron una breve lista de consejos básicos para que el momento de remangarse ante la aguja no sea un suplicio para los niños. Sabido es que pinchazo es lo menos y que los nervioso previos son lo más. Por ello, es importante preparar el ambiente.


Lleve a la cita objetos favoritos del niño
Ya sea un juguete, una mantita que lo conforte o un libro conocido, use las cosas favoritas de su bebé para distraerlo de lo que está sucediendo y deje que más bien se concentre en lo que lo hace sentirse bien. De todos modos, asegúrese de preguntarle al médico antes de ingresar cosas a la sala donde los atienda.

Ofrézcale una bebida dulce
Puede distraer a su hijo de una manera dulce y hasta podría reducir la reacción del niño al dolor. Si este tiene más de seis, darle una bebida dulce, como jugo, podría ayudar a calmarlo. Si lo está amamantando, esa podría ser una muy buena manera de que se relaje.

Hable con su hijo
Los niños son superinteligentes. Tómese un tiempo para explicarle en términos sencillos lo que debe esperar. Explíquele que podría sentir un pinchacito que durará muy poco. Dígale que la inyección lo ayudará a crecer sano. Aunque su bebé todavía no pueda entender, su voz calmada y tranquilizadora lo hará sentirse más relajado. Nunca le cuente historias de vacunas que lo asusten ni haga amenazas respecto de las inyecciones.

Sonría y relájese
Una sonrisa logra mucho, especialmente entre los padres y sus hijos. Los hijos a menudo tienen en cuenta el estado de ánimo de los padres al experimentar el mundo que los rodea. Los abrazos, caricias, susurros y una actitud calmada y tranquilizadora ayudarán a facilitar el proceso de vacunación para los niños. Manténgase optimista y relajada antes, durante y especialmente después de las vacunas. Hágale saber a su hijo que todo está bien porque su mamá estará allí.

Distraiga a su hijo
Los padres son expertos en la distracción, ¡aproveche esta habilidad! Escoja el momento preciso para llamar a su hijo por su nombre justo antes de la inyección, cántele su canción favorita o simplemente hágale monerías para distraerlo de quien le pondrá la vacuna. Manténgalo distraído después de que le apliquen la vacuna.

Envuelva al bebé
Envolver a los bebés pequeños es una técnica excelente para calmarlos. Esto implica envolverles los brazos, el cuerpo y las piernas con una manta o una sabanita. El envoltorio debe ser cómodo, pero firme. La envoltura imita las condiciones en el vientre, le recuerda al bebé como estaba antes de nacer y lo hace estar más tranquilo.

Los niños grandes también necesitan apoyo
Si su hijo es mayor, usted puede respirar profundo junto con él para ayudarlo a "liberar" el dolor. Hágalo imaginar que el dolor está saliendo por la boca a medida que exhala. También le puede decir que sea valiente como su superhéroe favorito o contarle su cuento preferido. Ofrecerles un premio si se sientan quietos también podría ayudar a los niños mayores a sobreponerse a las inyecciones.

Cuide y consuele a su hijo después de la inyección
A veces los niños presentan reacciones leves a las vacunas, como dolor en el área de la inyección, sarpullido o fiebre. Estas reacciones son normales y por lo general desaparecen pronto. Una vez que usted y su hijo regresen a casa luego de la cita para la vacunación, puede usar un pañito húmedo y frío para reducir el enrojecimiento, el dolor y la hinchazón en el área donde se aplicó la inyección. Reduzca la fiebre con un baño de esponja con agua fría. Si su médico lo autoriza, dele un analgésico que no sea aspirina. Dígale a su hijo que usted entiende cómo se siente y pídale a la familia que le digan que hizo algo muy bueno para mantenerse sano. También le puede leer cuentos, acariciarlo, elogiarlo y brindarle un poco más de atención. Comuníquese con su médico si tiene alguna preocupación.

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