El ritual del asado se transforma cuando el entorno acompaña. Las terrazas se han convertido en una extensión del hogar, y elegir la barbacoa adecuada puede marcar la diferencia entre una experiencia ocasional y un verdadero punto de encuentro. Diseño, materiales, tamaño y tipo de combustión son las variables clave a la hora de decidir.
Las barbacoas portátiles, por ejemplo, ganan terreno entre quienes viven en apartamentos con terrazas medianas. Su principal ventaja es la movilidad y el bajo mantenimiento, además de que existen opciones a gas y eléctricas que evitan el humo. Son funcionales, sí, pero también pueden ser atractivas: hay modelos minimalistas en acero inoxidable o con terminaciones en madera tratada que combinan con un estilo contemporáneo.
En cambio, quienes tienen terrazas amplias o en áticos suelen optar por barbacoas empotradas o de obra. Estas no solo elevan el nivel del asado, sino que redefinen la estética del espacio exterior. Integradas a una mesada, con parrilla de acero y campana extractora, son una inversión a largo plazo que suma valor a la propiedad. Algunas incluso incorporan módulos complementarios, como hornallas o ahumadores laterales.
El tipo de combustión también juega su partido. Las de leña o carbón siguen siendo las preferidas de los puristas, pero las de gas o eléctricas ofrecen rapidez y control de temperatura, lo que las vuelve ideales para asar entre semana o improvisar una comida sin demasiada preparación.
Más allá de las preferencias, lo importante es que la barbacoa no sea un elemento aislado, sino que dialogue con el entorno. Los materiales importan: el hierro fundido aporta rusticidad, mientras que el acero inoxidable da un aire más moderno y urbano. Y si el diseño acompaña, mejor: líneas simples, buena ventilación y fácil limpieza son cualidades que se agradecen en el uso cotidiano.
Hoy, tener una buena barbacoa no es solo una cuestión de funcionalidad, sino de identidad. El fuego, al fin y al cabo, sigue siendo el punto de encuentro, aunque ahora también hable de estilo.