La inversión en primera infancia fue una de las prioridades que el gobierno marcó en 2021 para el período posterior a la pandemia.
Por ese entonces se había realizado un estudio que arrojó que más de 32.000 niños en todo el país, de entre 0 y 3 años, que estaban en situaciones socioeconómicas vulnerables no asistían a centros educativos de primera infancia.
Por eso, el Poder Ejecutivo impulsó la atención a la primera infancia en la Rendición de Cuentas 2021, y se enviaron dos partidas únicas de 50 millones de dólares a distribuir entre cuatro organismos vinculados con la temática.
En el caso de lo que fue para el Instituto del Niño y Adolescente del Uruguay (INAU), en abril de 2022 se anunció que, con esas partidas, se construirían más Centros de Atención a la Infancia y la Familia (CAIF), que existen desde hace 35 años y hoy atienden a 60.471 niñas y niños en todo el país.
La directora del INAU en representación del FA, Natalia Argenzio, detalló a En perspectiva que en 2022 se decidió trabajar con los niños pertenecientes a hogares del primer quintil de ingresos (es decir, las familias de menores recursos).
“El plan consistía en generar más de 110 aperturas y ampliaciones de coberturas en aquellos centros que tenían disponibilidad edilicia y en salas móviles”, especificó la integrante del INAU, y agregó: “Esas tres propuestas implicaban el llegar entre los años 2022 y 2024 a lograr la cobertura de 17.500 niñas y niños”.
Si bien el plan contemplaba la necesidad de un crecimiento en el presupuesto de INAU, según denuncia Argenzio, no hubo un incremento presupuestal del ente que lo acompañara.
Y solo en la Rendición de Cuentas correspondiente a 2022, aprobada a fines de 2023, se le designaron a INAU 400 millones de pesos, esto es “un quinto de lo que se necesitaba”.
El cálculo que había realizado el INAU era que para el 2024 se necesitaban 2.600 millones de pesos, y para el 2025, 2.280 millones de pesos.
“De los 110 CAIF que estaban planificados a la fecha se construyeron 30, y hay 13 que están sin funcionamiento por falta de presupuesto”, explicó la representante por la oposición.
Respecto a las salas móviles, se planificó la construcción de 86, pero, a la fecha, de acuerdo con Argenzio, “41 están vacías por no poderlas poner en funcionamiento por déficit de presupuesto” y, en total, solo se cubrieron 2.800 niñas y niños.
Asimismo, mencionó como un agravante a la situación el cambio de presidencia del INAU, a comienzos de diciembre de 2023, que pasó de estar al frente Pablo Abdala a Guillermo Fossati, con el interinato de Marcelo Sosa. Esto porque las negociaciones presupuestales las realiza justamente quien ocupa dicho cargo.
El cálculo que plantea Argenzio es que “se requieren 1.500 millones de pesos ya”, pero se cuenta con “400 millones de pesos”.
“Es importante destacar que eso es para lo que está puesto en funcionamiento, pero para cubrir lo planificado en 2022 el presupuesto que se requiere es mayor”, detalló y añadió: “Lo que se necesitan son más de 50 millones de dólares incrementales fijos en el presupuesto de INAU y no como partida”.
“Hubo una necesidad de atención y hubo un incumplimiento por parte del actual gobierno en dar respuesta a esta situación”, concluyó Argenzio.
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