Sebastián Abreu dejó una marca importante en el fútbol mexicano. Defendió la camiseta de siete equipos de ese país, pero en una particular no le fue muy bien: el América.

Las "Águilas" son uno de los equipos más importantes de México. El "Loco" llegó a ese club en 2003, tras dejar una buena imagen en Cruz Azul. Sin embargo, no jugó lo esperado y el mismo futbolista se encargó de dar uno de los grandes motivos: una disputa con el entrenador holandés Leo Beenhakker.

Beenhakker llegó a las "Águilas" tras una vasta trayectoria entrenando a grandes equipos europeos: Ajax, Real Madrid, Zaragoza, entre otros.

"Fue una experiencia fantástica ir al América. Jugar de local en el Estadio Azteca, tener a Cuauhtémoc Blanco de asistidor, Pável Pardo, (Duilio) Davino, una linda banda había. Pero me tocó también una situación donde el técnico de ese momento era de una personalidad especial: Leo Beenhakker", dijo Abreu en el programa La Última Palabra mexicano de Fox Sports.

El holandés tuvo un cruce con el uruguayo porque buscó cambiar alguna de sus características fundamentales: "Me pedía que picara al primer palo y le dije 'pero maestro, llevo 80 goles en el fútbol mexicano en el segundo palo y usted me pide que pique al primero'".

"Se enojó conmigo cuando le dije 'sabe lo qué pasa, el día que tenía la reunión con el primer palo me engripé y no lo conozco'", enfatizó el "Loco". "Lo malo que se puso: 'hostia, chaval, atrevido', no sé qué me empezó a decir y ahí quedó", agregó.

Abreu aseguró que el entrenador "no entendió el chiste porque era de otra cultura y me colgó, me mandó al banco y comí banco como un infeliz durante cuatro meses, esperando algo".

Por último, el jugador/entrenador de Boston River aseveró que tuvo su revancha, en tono de broma, con el DT: "Justo me tocó jugar el clásico con Chivas de Guadalajara. Se lesiona el nueve y no tenía otro. Hago el gol con que ganamos en el Azteca. ¿Centro a dónde? Al segundo palo".