Cuatro de las cinco selecciones clasificadas por la Conmebol a la Copa del Mundo sortearon la primera fase, lo que equivale a decir que el 80% de los participantes sudamericanos se metieron en octavos de final. Brasil, Colombia y Uruguay lo hicieron como primeros, y Argentina en segundo lugar. Perú fue el único que no pudo y acabó tercero.

Distinto es el panorama si se analiza el resto. Por Europa clasificaron 10 de los 14 clasificados, lo que equivale a un 71,5%. Rusia, España, Portugal, Francia, Dinamarca, Croacia, Suiza, Suecia, Inglaterra y Bélgica clasificaron, y quedaron afuera Islandia, Serbia, Alemania y Polonia.

Japón fue el único asiático que clasificó (Corea del Sur, Irán, Arabia Saudita y Australia quedaron por el camino) y México el representante de la Concacaf que sigue en carrera (ya se despidieron Costa Rica y Panamá). Por su parte, los cinco africanos cerraron su participación (Marruecos, Túnez, Egipto, Nigeria y Senegal).

En Brasil 2014 clasificaron a octavos de final los cinco sudamericanos (Brasil, Argentina, Colombia, Chile y Uruguay), tres representantes de la Concacaf (Estados Unidos, México y Costa Rica), dos africanos (Nigeria y Argelia) y apenas seis europeos (Francia, Alemania, Holanda, Grecia, Suiza y Bélgica).

También en Sudáfrica 2010 los países de la Conmebol dejaron bien parado al continente, ya que tanto Uruguay como Argentina, Brasil, Chile y Paraguay clasificaron en sus respectivos grupos, dentro de un cuadro de octavos de final compartido con cinco europeos, dos asiáticos, dos africanos y dos de la Concacaf.

No había 10 europeos en unos octavos de final desde Alemania 2006, casualmente la última vez que la Copa del Mundo se había disputado en el viejo continente. Aquella vez sólo Brasil, Argentina y Ecuador habían sorteado la fase de grupos, pero ninguno llegó a semifinales. De hecho, fue la primera vez desde 1982 que sólo europeos disputaron semifinales.