Dentro de un clásico con varias intervenciones del VAR y jugadas de difícil resolución para el equipo arbitral, hubo una que se robó los focos de la polémica en la victoria del Barcelona por 4-3 sobre Real Madrid, resultado que dejó prácticamente sentenciada La Liga de España.
Ferrán Torres remató muy cerca del cuerpo del francés Aurelien Tchouaméni, a quien la pelota le rebotó en el brazo. Los culés pidieron penal y el árbitro Alejandro Hernández Hernández lo desestimó en primera instancia, pero luego fue a revisarlo a la pantalla del VAR.
Juan Martínez Munuera, encargado del videoarbitraje, llamó al juez central para una revisión “por posible penal por mano”, aunque si bien le dijo que era “un tiro a puerta”, le advirtió que no tenía “muchas más cámaras potentes”.
El árbitro de campo pidió ver la distancia entre el brazo y el cuerpo, y solicitó un ángulo diferente al que le estaban mostrando. “Está Courtois detrás” y “el brazo hacia abajo” fueron los argumentos por los que decidió mantener su decisión inicial y no sancionar penal.