Maximiliano Olivera, capitán de Peñarol, manifestó su “amargura y tristeza por cómo se dio” la derrota 3-1 a manos de Racing, en Avellaneda. “Merecimos más y tuvimos muchas chances para liquidarlo antes”, sostuvo luego de la eliminación en octavos de final de la Copa Libertadores, y mostró algo de autocrítica y mucho malestar con el juez Wilmar Roldán.
“Tengo mucha bronca por la jugada del penal, que terminó marcando el partido. Teníamos el resultado favorable y Todavía no encontramos dónde se cobró ese penalcito. Nadie lo vio y ni el árbitro lo supo explicar. Se vio que Ema [Gularte] giró a buscar la pelota y se encontró con el jugador de ellos, que se tiró. Eso es lo que más bronca nos da”, comentó en zona mixta.
“Primero me dijo que fue de Gularte. Yo sabía que no había sido penal. Cuando empecé a pedirle explicaciones no hablaba, y después dijo que fue de [Javier] Méndez. Nunca nos supo explicar. Yo vi la jugada al lado de él y era imposible que eso fuera penal”, agregó sobre su intercambio con el árbitro colombiano por la jugada previa al segundo gol de Racing.
“Si cobrás ese penal, tenés que cobrar 10 por partido, porque, en todas las jugadas, nos agarramos y nos empujamos”, opinó, y agregó que “en una circunstancia de estas, para cobrar un penal, en un partido tan decisivo tiene que ser claro”. “Y si no es claro, tenés que ir al VAR a verlo”, añadió Olivera, quien también se refirió a “las chiquitas” del arbitraje.
“Hacía rato que nos estaba metiendo para adentro. Todos los 'foulcitos' en las esquinas eran para ellos, todas las pelotas quietas a favor de ellos. Fue claro eso. Ellos jugaban al pelotazo largo, como en Uruguay, y los estábamos controlando, pero en cada jugada que ibas a marcar de espaldas eran faltas para ellos y generaban jugadas de peligro”, expresó.
“La bronca más grande es que pudimos habernos llevado el partido a pesar de todo eso. Pudimos haber hecho otro gol y, en la última jugada, lo perdimos por desconcentraciones y nos dormimos. Pudimos hacer más. Terminamos pagando por errores nuestros, como en la última pelota, que nos cargaron con más gente que la que teníamos nosotros en la última línea”, concluyó, y dejó claro su “orgullo por el grupo, que dio todo y mereció más”.