Peñarol volvió al Estadio Centenario y lo hizo a lo grande. Su última vez en el máximo escenario deportivo del país había sido el 14 de marzo de este año, cuando le ganó a City Torque 2-1 de atrás con goles de David Terans y Agustín Álvarez Martínez. Ese partido del Clausura de la temporada pasada, en plena ola de casos de COVID-19, se jugó sin gente.

El público mirasol se había ido masticando bronca la última vez que estuvo en ese estadio que fue su casa durante casi nueve décadas. El 15 de diciembre de 2019 perdió 1-0 ante Nacional, que esa tarde se proclamó campeón bajo lluvia. Hoy, casi dos años después y con la nostalgia del reencuentro con esa tribuna que le da nombre a su Barra Ámsterdam, le tocó celebrar.

El gol de Facundo Torres en el primer tiempo, el cierre providencial de Gary Kagelmarcher ante Renzo López en el segundo y frente a Juan Cruz Mascia en la prórroga, los remates desviados de Plaza Colonia y la jerarquía para ejecutar penales de varios que no estaban en los planes, le dieron forma a una nueva copa que se va a las vitrinas del Palacio Peñarol.