En duelo de uruguayos, Espanyol, con Leandro Cabrera, superó 2-1 al Getafe, que contó con Damián Suárez y luego con Gastón Álvarez, y se llevó tres puntos claves con los que abandonó los puestos de descenso, acabando así con una racha de siete encuentros consecutivos sin conocer la victoria y metió a su rival en un lío.

El empate casi no le servía al Espanyol después de acumular un exceso de pinchazos que provocaron un coqueteo excesivo con las plazas de Segunda División. El Getafe, un rival muy duro, era una presa muy golosa a la que igualar en puntos para coger moral de cara a futuros compromisos. Y, con incertidumbre, el conjunto Periquito logró su objetivo. A lo grande, con un par de golazos.

El primer golpe lo atizó el delantero del Espanyol. Llegaba en buen estado de forma, con dos tantos consecutivos al Barcelona y al Girona, y cerró el círculo con un zapato espectacular desde 48 metros que dejó boquiabiertos a los espectadores del Coliseum Alfonso Pérez.

Entró por la zona izquierda del campo como una exhalación, dejó atrás a Ángel Algobia, hizo un túnel a Djené Dakonam dentro del área y picó la pelota por encima de Soria, que sólo pudo contemplar como ésta entraba dentro de su arco. Puado celebró su espectacular tanto y al Espanyol le tocaba tirar de oficio para aguantar el marcador.

Quique no tardó en apostar por su reciente adquisición, otro centrocampista creativo como Gonzalo Villar. Salió al campo casi a la vez que Munir se retiró lesionado. Entró Mikel Latasa y con toda su artillería sobre el verde el Getafe trató de empatar por todos los medios. No lo consiguió. Se atascó en su intento y perdió para acercarse al abismo del que sale el Espanyol, que triunfó en la tarde de los golazos.