El silencio del ambiente del básquetbol en general en relación a la situación que le tocó vivir al plantel de Atenas el pasado lunes 25 de noviembre, cuando fue amenazado a punta de pistola por un hincha en su propio vestuario tras perder con Nacional, llamó la atención.

Una semana después del lamentable episodio vivido en el gimnasio Antonio María Borderes, el plantel decidió no seguir jugando y el club se bajó de la Liga Uruguaya de básquetbol, entendiendo que no podía brindar a sus jugadores las garantías para que no se repitan hechos violentos.

Basquetbolistas Uruguayos Asociados (BUA) y la Asociación Nacional de Entrenadores de Básquetbol de Uruguay (ANEBU) se solidarizaron con el plantel y cuerpo técnico por el episodio, pero desde los clubes no se alzaron voces hasta este martes, ocho días después del hecho.

Previo a su partido ante Capitol, Urunday Universitario expresó su “solidaridad con el Club Atenas y sus jugadores” en un mensaje proyectado en la pantalla gigante de su gimnasio. “Desterremos la violencia del deporte”, agregó la entidad de la Avenida Joaquín Suárez.

El entrenador de Urunday Universitario, Héctor da Pra, dijo durante la transmisión de VTV que la fecha “no debió haberse jugado”. “Es un buen momento para solidarizarse con la gente de Atenas. Con los jugadores. Debimos haber respetado y acompañado la moción de ellos de no jugar”, agregó Da Pra, quien dirigió en dos oportunidades a la institución de las alas negras.

Por estas horas, Atenas busca ante la Federación Uruguaya de básquetbol (FUBB) sufrir el menor perjuicio deportivo posible. Sabiendo que el retiro de la Liga Uruguaya implica el descenso a la última categoría (Divisional Tercera de Ascenso), se está buscando una solución política que le permita, mediante un Consejo Superior, disputar el Metro 2020.