Washington Aguerre se desvinculó de Gallos Blancos de Querétaro, pese a que tenía contrato hasta 2024, y ahora demandará a su antiguo club por adeudos. No jugó un minuto ni cobró en todo 2023, pese a que se quedó entrenando a la espera de una oportunidad deportiva que nunca llegó. Hoy busca nuevo club, priorizando recuperar rodaje.
“Al principio fue todo muy lindo y me sentía bien”, dijo el arquero a Súper Deportivo en referencia a su primera temporada en la institución, en la que jugó 32 partidos en la campaña 2021/22. “Después del 5 de marzo de 2022, y con el cambio de directiva, cambió todo. Fueron ocurriendo decisiones que me dejaron 10 meses sin jugar”, lamentó.
El artiguense, de 30 años, quiso llegar a un acuerdo con el club para una salida, pero “la directiva se portó muy mal”. En el Torneo Apertura de 2022 (segundo semestre) jugó nueve partidos y fue al banco en ocho, y para el Clausura 2023 ni siquiera fue citado. En lo que va del año, nunca estuvo en una convocatoria, pese a que jamás dejó de entrenar.
Sin jugar y sin cobrar
Hubo ofertas, pero los directivos lo hicieron quedarse aun sin usarlo porque “les interesaba únicamente lo económico y nadie pensó en lo deportivo”. “Yo pedí que, al menos, me dejaran salir a préstamo para poder tener minutos, pero no hubo caso. Y a eso se suma que se portaron muy mal en cuanto al tema sueldos”, narró.
“Estuve seis meses sin jugar y seis sin cobrar. Ahora que rescindí, y con abogados de por medio, se pudo empezar a negociar todo. Para mí fue muy complicado todo, porque iba a entrenarme y sabía que el entrenador [Mauro Gerk] no me tenía en cuenta. Yo daba el 100%, pero ni amistosos podía jugar”, recordó, y reconoció que llegó a pensar en el retiro.
“Por momentos tuve ganas de retirarme, porque sentía que la directiva y el cuerpo técnico jugaron conmigo. El club me decía que la única forma para rescindir es que yo me fuera y no cobrara nada de lo que me correspondía. Si no lo hice fue porque pensé en mi hijo de 10 años y en mi beba de tres meses. Quiero ayudar económicamente a mi gente y por ellos aguanté esto. Quiero que no les falte nada”, explicó.
Olvidar la deuda o seguir
Le dijeron a él y a su representante que lo liberaban si resignaba la deuda, o en caso de que apareciera un club interesado, tenía que pagar por la transferencia. En medio de esa situación, a fines de abril, nació Emma, su segunda hija. “Yo estaba sin cobrar y nadie del club siquiera me llamó para ver si necesitaba algo para la beba. Ahí fue cuando me sobrepasó todo y decidí recurrir a la faceta legal. Gracias a Dios no tuve que pedirle dinero a nadie”, expresó.
No obstante, para no pedir tuvo que vivir los últimos tres meses en la casa del barbero que le corta el pelo a muchos jugadores del club. “Dejé de vivir en el apartamento porque no lo podía pagar. Después nos fuimos a un hotel, y también los gastos eran muchos, hasta que decidí irme a la casa de un amigo. Mi mujer y la beba se fueron a la casa de su papá, en Ciudad de México”, manifestó.
Hoy, si bien necesita el dinero, dice que no tiene problemas en bajar sus pretensiones económicas porque “la prioridad es lo deportivo”. “Sé que si me va bien, lo otro va a terminar llegando. Estoy seguro de que volveré a ser el de antes”, dijo el ex Peñarol, Miramar Misiones, Cerro Largo y Plaza Colonia.