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Alejandro Andrada

Escribe Alejandro Andrada

Opinión | Pobreza en Uruguay: más allá de los datos oficiales

Si realmente nos interesa el tema, tenemos que hacer cosas diferentes, porque de lo contrario será muy difícil lograr mejores resultados.

01.04.2024 12:45

Lectura: 10'

2024-04-01T12:45:00-03:00
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El aumento de la pobreza en Uruguay es algo que sin lugar a dudas preocupa a todo el espectro político nacional. Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) publicados en setiembre de 2023, el 7,2% de los hogares uruguayos se encuentra en situación de pobreza. En términos de población representan un 10.4%, esto es poco más de 344. 000 personas. Por su parte, en situación de indigencia se encuentra un 0,2% de la población nacional, equivalente a 6.888 personas.

Definiciones

Se considera que una persona está en la pobreza cuando sus ingresos no le permiten cubrir el conjunto de las necesidades alimentarias y no alimentarias. La indigencia se define como la situación en la que los ingresos no alcanzan para cubrir las necesidades básicas de alimentación. El umbral de pobreza varía según la ubicación geográfica, siendo más alto en Montevideo que en el interior urbano, o en el interior rural.

Valor de la línea de pobreza del hogar, por región, según su tamaño. (Fuente INE, datos actualizados a enero de 2023 en pesos uruguayos).

Tamaño del hogarMontevideoInterior urbanoInterior rural
1 persona18.62012.1388.342
2 personas33.71822.34115.609
3 personas47.80931.99022.568

Veamos algunos ejemplos:

Una familia de tres integrantes cuyos ingresos suman $23.000, en el interior rural no es considerada pobre. Una pareja cuyos ingresos en conjunto son de $22.500, si vive en Montevideo es considerada pobre, pero si está en el interior urbano no. En tanto, una familia de tres integrantes en Montevideo con ingresos de $47.500 es considerada pobre, pero si los ingresos son de $48.000 ya no es pobre.

Hay que considerar que —excepto en el medio rural— como parte de los ingresos se incluye el valor locativo, que es lo que deberían pagar los integrantes del hogar por concepto de alquiler en los hogares donde son propietarios o usufructuarios de la vivienda que ocupan. Por ejemplo, si una familia vive en una casa donde no pagan alquiler, pero consideran que si tuvieran que hacerlo ese monto sería de $ 10.000, esa cifra se considera parte del ingreso. También se consideran los ingresos “en especie”, por ejemplo, si esa familia recibe dos viandas diarias del Instituto Nacional de Alimentación (INDA) y calcula que el valor mensual de esa comida es de $9.000 ($300*30).

Atenuantes

La pandemia, los problemas derivados de la guerra en Ucrania y la sequía, todos fueron desafíos reales. En un contexto de gran austeridad, el Gobierno ofreció respuestas a diversas situaciones, tanto a través de programas nuevos como continuando políticas heredadas de administraciones anteriores.

Podemos decir que el Gobierno ha actuado con sensibilidad social en varios temas, y que tuvo aciertos y errores. Por condicionantes coyunturales, y tal vez por errores de cálculo propios, no pudo anticiparse a muchos problemas y en general la tuvo que correr de atrás. En muchos casos las respuestas fueron adecuadas y en otras tantas insuficientes.

Además, creo que tuvo importantes fallas en materia de comunicación. Hubo cosas buenas que hizo pero pasaron desapercibidas, como las toneladas y toneladas de alimentos que llegaban a las ollas y, en muchos casos, los vecinos ni se enteraban de que el Gobierno estaba apoyando. Y, por otro lado, hizo grandes anuncios de temas en los cuales decepcionó, como la rebaja del Impuesto a la Renta de las Personas (IRPF) que en el mejor de los casos no superaba los $350, o la supuesta rebaja del precio del supergás al 50% cuando la quita del subsidio del supergás significó un mazazo para los trabajadores, o una supuesta rebaja de impuestos cuando en la práctica quitaron el 2% de descuento en la tarjeta, y podría seguir mencionando ejemplos de “humo”.

Desde el Gobierno afirman que existió un aumento en el gasto social, y seguramente sea así, pero si ese gasto no cumplió a cabalidad con su cometido, tampoco es cuestión de “celebrar el gasto”.

Gobiernos del Frente Amplio

En palabras del economista Daniel Olesker, hasta 2011 “se priorizaron las transferencias económicas” y a partir de esa fecha se apuntó al trabajo mediante programas como Jóvenes en red, Uruguay Crece Contigo y el Servicio de Orientación, Consulta y Articulación Territorial (SOCAT), que estaban instalados en contextos de vulnerabilidad social.

En 2004 la pobreza estaba en 39,9% y pasó a 13,7% en 2011. Al fin del periodo en 2019, la pobreza estaba en 8,8%.

No obstante, casi 469.000 ocupados ganaban menos de $20 mil líquidos al mes por 40 horas de trabajo a la semana, de los cuales unos 289 mil eran asalariados, lo que representa un 25% del total. Asimismo, entre los ocupados 144.000 no alcanzaron los $16 mil líquidos al mes.

Prestaciones sociales

En 2020 recibían asignaciones familiares unos 192.000 hogares. En el caso de la Tarjeta Uruguay Social eran 89.000 hogares. En muchos casos se cobraba “doble prestación” y desde el Gobierno se estimaba que al 30% ya no les correspondía. Eso llevó a que muchas personas dejaran de cobrar, hasta que pudieran demostrar que “seguían siendo pobres”.

Valores de las prestaciones:

Tarjeta Uruguay Social (2024) según hogares.

- 0 o 1 menor $ 1.736

- 2 menores $ 2.634

- 3 menores $ 3.350

- 4 o más menores: $ 4.669

En cualquiera de los casos el monto se duplica si está dentro de los hogares con alto nivel de carencias críticas.

- Personas trans: $ 1736.

Usuarios de refugios del Ministerio de Desarrollo Social (Mides) para personas en situación de calle: $1736.

Bienvenido Bebé es un programa que otorga $ 1.056. para menores de un año de edad que hayan nacido en algunas maternidades específicas (Hospital Pereira Rossell, Hospital de Clínicas, Hospital de Bella Unión, Hospital de Artigas, Hospital de Rivera) y cuya madre sea usuaria de ASSE.

Personas con enfermedades crónicas y en situación de pobreza extrema o indigencia (PAEC): $ 1056.

Bono Crianza $ 2.226, y corresponde para mujeres embarazadas y/o menores de entre 0 y 3 años de hogares de extrema vulnerabilidad.

Análisis

En primer lugar, quiero expresar mi discrepancia con el método de medición de la pobreza por ingresos. Los resultados de este sistema son relativos y pueden interpretarse de diversas maneras. Además se prestan para la especulación política. Con este método sería fácil reducir considerablemente la pobreza si conseguimos que muchos pobres de Montevideo se muden al interior.

Personalmente, creo que el aumento de la pobreza, en gran medida, se explica por la pérdida de poder adquisitivo de miles de personas que estaban al límite de la pobreza, junto con decisiones gubernamentales como la retirada desordenada de prestaciones sociales.

Puedo afirmar esto porque he conocido numerosos casos en los que personas que no cumplían los requisitos recibían beneficios, mientras que otras que sí los cumplían nunca fueron visitadas, o se les retiraron los beneficios sin justificación.

Creo que el error del Gobierno fue cambiar de caballo en medio del río. Con muchas imperfecciones y en decadencia, pero lo que había hasta 2019 estaba funcionando. Al querer mejorar, la terminaron complicando, por lo menos en medio de las circunstancias reinantes.

Los resultados de este sistema de medición son muy relativos.

Personalmente prefiero el método que mide la multidimensionalidad de la pobreza, del que prometo hablar en la próxima columna.

Continuar con las acciones de este gobierno o pensar en regresar a las medidas de las administraciones anteriores no contribuirán a solucionar los problemas derivados de la pobreza, que son en definitiva los que nos deberían interesar resolver.

Probablemente, con una transferencia monetaria de $3.000 o $4.000, muchas familias que están bajo la línea de pobreza dejarían de estarlo y, como ni el Estado ni el Gobierno son productores de riqueza, la única forma que existe es sacando a los que producen, trabajadores y empresarios, es decir, solidaridad pagando con el bolsillo ajeno, algo que seguramente muchos no queremos.

Propuestas de cambio

Creo que, además de la pobreza económica en la población, hay una pobreza de ideas dentro del sistema político en general. Así que, aunque resulten imperfectas, trataré de hacer mi aporte y, si por lo menos sirven de insumos, como antítesis de una nueva síntesis, me daré por satisfecho.

1. Modificar las franjas del IRPF, de manera significativa (y no simbólica como hizo el actual Gobierno). No puede ser que tengamos trabajadores que pudiendo acceder a oportunidades de producir más, las desaprovechen por miedo a pasarse de franja y tener más descuentos.

2. Impulsar la productividad de las empresas, ofreciendo estímulos impositivos y no castigos.

3. Retirar las habilitaciones bromatológicas de la órbita de los gobiernos departamentales y dejarlas en manos del Ministerio de Salud Pública (MSP), donde a la vez debería estar el INDA.

4. Crear nuevos programas de formación técnica en la órbita de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP), que aborden tanto oficios como habilidades en marketing. El mensaje a través de la educación debe ser que —en lo que a la persona le compete— la forma de salir de la pobreza o no caer en ella es trabajando, administrando bien los ingresos y capacitándose permanentemente para poder acceder a mejores oportunidades, ya sea que trabaje en relación de dependencia o con autonomía.

5. Ofrecer microcréditos para impulsar emprendimientos a personas que se capaciten previamente.

6. Generar una extensa red de comercio comunitario, tanto física como en línea.

7. Hacer una apuesta fuerte por el Correo Uruguayo, con énfasis en la integración regional y los acuerdos bilaterales. Hoy mandar paquetes desde un departamento a otro es caro y de un país a otro, así sea limítrofe, es carísimo, tanto “desde” como “hacia” Uruguay. Esto es algo que obstaculiza el comercio, encarece productos y termina siendo funcional a la reproducción de la pobreza.

8. Efectuar una reestructuración del Estado y a partir de la fusión del Banco de Previsión Social (BPS), el Mides, el Ministerio de Vivienda, el MSP y el INAU, crear el Ministerio de Protección Social.

En resumen, es necesario apostar por potenciar las capacidades productivas del país, comenzando por invertir en las personas.

Si realmente nos interesa el tema de la pobreza, más allá de la campaña electoral, tenemos que hacer cosas diferentes, porque de lo contrario será muy difícil lograr mejores resultados. Los gobiernos no generan desarrollo ni pueden sustituir el esfuerzo personal de cada ciudadano, pero deben generar un ambiente estimulante y solidario, para que esto suceda de manera inclusiva y fluida.

Con respecto a las “transferencias monetarias”, creo que hay que dar una gran discusión. Deberíamos tener menos “marcas” y tal vez ofrecer una Asignación Familiar Universal decente. Seguramente algunos dirán que “hay gente que gana mucho y no necesita de la ayuda del Estado”, y puedo responderles que, en realidad en esos casos, más que una ayuda sería un “reintegro considerado”, porque seguramente le estén sacando más plata de la que le “dan”, pero de esto también hablaré en próximas entregas.


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