Contenido creado por Gonzalo Charquero
Andrés Lima

Escribe Andrés Lima

Opinión | Honestidad, el título que verdaderamente importa

La confianza genera la legitimidad con que se ocupan ciertos cargos públicos de decisión.

02.02.2023 15:46

Lectura: 4'

2023-02-02T15:46:00-03:00
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Recuerdo como si fuera ayer ese primer intento de venirme a Montevideo a estudiar. El esfuerzo familiar y la expectativa prácticamente de todo el barrio por aquel domingo de tarde en que me tomaba Agencia Central para viajar casi 500 kilómetros para llegar a la Universidad. En la maleta traía el esfuerzo de mis padres por ver al primero de sus hijos convertido en profesional, traía las horas de estudio de secundaria, traía el esfuerzo de mis profesores de Salto, y muchos sueños de futuro. Llegué a la pensión, busqué alternativas para poder costear mis estudios, y comencé ese largo proceso que tantos hemos enfrentado.

No fue sencillo para nada. Tanto así que después de intentarlo y por diferentes motivos, entre ellos el de las premuras económicas, decidí volver a Salto. Ahí fue cuando tuve la oportunidad de poder retomar los estudios desde Salto haciendo la carrera de Abogacía. A pesar de estar cursando la carrera desde mi ciudad, igual significó una inversión de tiempo, de recursos, de energías que dediqué al mundo del derecho con la firme convicción de volcarlo a la actividad social.

Y lo logré, y alcancé el título. Como lo han hecho miles y miles de profesionales que vienen desde los más diversos rincones de nuestro país a los centros universitarios con mochilas cargadas de sueños y esperanza de un futuro mejor. Por eso sí importan los títulos. Para eso sí importan, porque significan una inversión de lo único que tenemos en este mundo: tiempo de vida. Así como el trabajo, el estudio dignifica. Por ello cuando tanto se habló en estos días respecto a si había o no un título, me dieron ganas de que se hablase más de la necesidad de que se siga reforzando presupuestalmente a la Universidad de la República y a la UTEC, que durante los gobiernos del Frente Amplio pudieron expandirse ampliamente en el interior del país. De eso me dieron ganas. De reconocer el esfuerzo que hacen tantas familias y estudiantes del interior en poder alcanzar es sueño universitario. Para eso si importan los títulos.

¿Pero saben para lo que creo que no importan los títulos? Para la acción política. Para ello no es necesario ni la Universidad ni nada de eso. Para ejercer la acción política, para dedicarse a esto se requiere honestidad. Y eso al parecer fue lo que faltó. La honestidad es un punto de partida clave cuando buscamos representar a otros que depositan su confianza en nosotros para que precisamente, les representemos. Y la confianza genera la legitimidad con que se ocupan ciertos cargos públicos de decisión. Cuando no se es honesto, se pierde la confianza y, por ende, ya no se es legítimo que uno permanezca en determinada posición.

Ante un gobierno que privilegia la tecnocracia frente a la acción política de representar los intereses de la ciudadanía, cabe contestar precisamente con una oposición política que esté presente en el territorio, que escuche más de lo que diga, que piense primero en las necesidades de los de a pie antes que en los de la clase política. Y para eso no se requieren títulos universitarios, se requiere humildad y actitud de escucha.

Por eso hoy más que hablar de títulos y de las mentiras en torno a estos por parte de un ministro de Gobierno, usemos el tiempo en reivindicar el genuino esfuerzo que hacen tantos estudiantes de diversos rincones de nuestro país en formarse para servir al país. Y no olvidemos que al final del día, la honestidad, es el titulo que verdaderamente importa.


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