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Escribe Esteban Valenti

Opinión | El último ciclista en Uruguay

Ese “cuento” aparentemente gracioso ha servido para ridiculizar el compromiso con el trabajo. No solo es falso sino que es peligroso.

11.04.2023 18:34

Lectura: 4'

2023-04-11T18:34:00-03:00
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El Uruguay debe ser el único país del planeta donde culminada una larga y agotadora Vuelta Ciclista, los medios de prensa entrevistan al ganador, al ganador de la etapa y al último ciclista en llegar a la meta.

Todos sabemos porqué. Es parte del relato de que en nuestro país recién se comienza a trabajar a partir de finalizada la Semana de Turismo. que simbólicamente culmina con las últimas pedaleadas del último ciclista. Es falso, y es peligroso.

No es cierto en absoluto, pero ni siquiera como broma. El país por su tipo de producción y de economía trabaja todo el año. ¿Los agricultores, los ganaderos, los peones, los productores de leche, los apicultores, los productores de las granjas y hortifrutícolas, los trabajadores forestales, de los puertos y aeropuertos, los servicios turísticos que en los meses de supuesta vagancia, tienen su temporada en muchos puntos del país, los bomberos, los que trabajamos en los medios, los médicos, escribanos, abogados, odontólogos, educadores, los trabajadores del transporte, los policías y muchísimas profesiones más, trabajan todo el año, incluso más intensamente en verano. Los que organizan la gran cantidad de fiestas populares a lo largo y ancho de todo el país, con asistencias record, los carnavaleros y podríamos seguir. ¿Trabajan a partir del primer lunes después de Turismo?.

Podría ampliar la lista mucho más. Son solo ejemplos, pero ese “cuento” aparentemente gracioso ha servido para ridiculizar el compromiso con el trabajo de los uruguayos. Y mucho lo han aceptado como una verdad sacrosanta.

No solo es falsa, sino que es interesada y peligrosa.

¿Quiere decir que si supuestamente comenzáramos a trabajar en enero o en febrero, el país andaría mejor y todos estaríamos mejor? Si volviéramos a la esclavitud, seguramente habría unos pocos que estarían en la gloria.

En varios estudios comparativos que se han realizado, los uruguayos no figuramos en absoluto como los menos trabajadores ni mucho menos.

Y las causas de que el país no funcione en muchos aspectos como debería, que tengamos problemas en varios frente de la vida nacional, no es culpa del último ciclista y sus consecuencias, sino de cosas mucho más profundas, en particular por el rumbo actual del gobierno.

Lo que si podemos pedir y exigir que se aclaren varias cosas que han quedado pendientes, no por falta de trabajo…sino posiblemente porque hay demasiada gente trabajando en contra y por la oscuridad.

Sabremos que sucede con la reforma de las jubilaciones y pensiones y las tensiones que ha generado y seguiremos opinando. Seguiremos observando con horror la guerra y el crimen que sacude al mundo.

Lo demás seguirá adelante, cada uno con sus obligaciones, con sus problemas, con sus expectativas, entre las cuales están el trabajo, el sueldo, la jubilación, el estudio o la investigación, la creación cultural y artística, pero también tenemos derecho a disfrutar, a esperar que nos lleguen los días de las vacaciones. No somos burros de carga o al menos no deberíamos serlo.

Me encantó un reciente discurso contra la ley de reforma jubilatoria en Francia, de Jean-Luc Mélenchon, porque se atreve. No se trata solamente de los ajustes por ampliar los años de trabajo y otras linduras tan parecidas a la reforma en Uruguay, es que se atreve a discutir que es un gran retroceso civilizatorio, de este régimen cada día más incapaz de responder a esta época, pedir que trabajemos más años. Esa debe ser una voluntad personal, pero el ocio, el tiempo para vivir la otra parte de nuestras vidas, con nuestras familias, amigos, compañeros, es una conquista que no solo hay que defender sino hay que ampliarla.

Y el cuento del último ciclista en el fondo esconde, contrabandea ideas reaccionarias de los que quieren ampliar el trabajo ajeno para explotarlo mejor.


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