Las bondades terapéuticas del robot, desarrollado por el Instituto Nacional de Ciencia Industrial Avanzada y de Tecnología nipón, fueron reconocidas en más de 20 países.
Paro, diseñado para ser empleado en el cuidado de ancianos, mide 57 centímetros, está cubierto por piel artificial y se comporta de manera cariñosa cuando se le acaricia.
Las reacciones del robot son diversas dependiendo de la acción que se ejecute sobre él.
La foca artificial pesa 2,7 kilos y puede mover cabeza y aletas, además de emitir los sonidos propios de una cría de foca.
Diversos test demostraron los poderes curativos de Paro, como por ejemplo la reducción del estrés y de la depresión.
Paro comenzó a ser comercializado hace tres años por un precio de 350.000 yenes (3.211 dólares) y la empresa recibió desde entonces pedidos de 1.000 unidades, en su mayor parte de ancianos que viven solos y de centros de atención para personas mayores.
Con información de EFE