Un grupo del IETF propone distinguir entre motores de búsqueda (que llevan al usuario a la fuente) y usos de IA que resumen o sustituyen contenido. La definición de “búsqueda” exige redirigir al origen, lo que permitiría a editores bloquear rastreos para IA y permitir los de búsqueda. 

Grandes tecnológicas sostienen que separar “búsqueda” e “IA” es artificial porque la búsqueda moderna usa IA; editores replican que la prioridad debe ser preservar el tráfico de referencia que financia el contenido.

La versión del 5 de setiembre mantiene la categoría de búsqueda y su definición, pero suprime una categoría explícita de “inferencia de IA”, reflejando la presión de la industria.

Estudios citados en el debate indican que los resúmenes de IA reducen los clics hacia las fuentes: usuarios hacen clic en enlaces tradicionales 8% de las veces cuando hay resumen, frente a 15% cuando no lo hay. Google cuestiona la metodología. 

Por qué importa (y para AL):
Si prospera la “excepción de búsqueda”, medios y sitios latinoamericanos podrían blindar su monetización permitiendo el rastreo que trae audiencia y bloqueando usos que sustituyen su contenido en respuestas de IA. De lo contrario, crece el riesgo de que el valor se desplace a plataformas que consumen datos sin devolver tráfico, debilitando ingresos publicitarios y de suscripción. El calendario del IETF apunta a conclusiones hacia fines de 2025, y aunque no regula, sus estándares suelen marcar la pauta técnica de internet.