El “sexo playero descontrolado” pone en riesgo sistema de dunas en España

Conocido por sus dunas agrestes cerca de un faro junto al mar, el Parque Natural Especial Dunas de Maspalomas, en la isla de Gran Canaria, España, es una visita obligada para cualquiera que quiera descubrir la región.

Sin embargo, el turismo en la zona está contribuyendo a la degradación de la región por una razón inusual: el sexo. Protegidas legalmente desde 1982, las dunas se han convertido en el lugar ideal para quienes buscan libertad sexual y privacidad, ya que la región es remota.

Un estudio publicado en el Journal of Environmental Management, señaló que las dunas tienen 298 de los llamados "puntos sexuales" en un área que comprende más de kilómetros cuadrados.

En 2019, un estudio había constatado una situación similar en la isla de Ibiza, en el archipiélago balear. 

Uno de los principales puntos afectados por esto es la “vegetación densa y tupida” del lugar, así como las nebkas, nombre que se le da a las dunas que 'crean' alrededor de estas plantas.

El turismo sexual afecta a más de ocho especies de vegetación, que a menudo se arrancan del suelo cuando se enredan en los pies de los visitantes.

Además, las colillas de cigarrillos, los condones usados, el papel higiénico y otros residuos se dejan en la arena, que también sirve como "baño público".

Incluso en áreas donde está prohibida la entrada de público, en la denominada “zona de exclusión”, se ubicaron 56 puntos sexuales. Allí, los animales locales, como los lagartos gigantes de Gran Canaria, se ven afectados.

"Muchos murieron después de comer condones que dejaron los buscadores de placer", explica Patrick Hesp, uno de los autores del estudio. "No estamos pidiendo el fin del sexo en público, pero queremos que la gente sea consciente del daño que puede causar", explicó.