La popularización de los cuadricópteros ha hecho que estos artefactos voladores, antes posesión exclusiva de personas acaudaladas o de grandes compañías, estén al alcance de bolsillos más modestos.

Así, estudiantes, técnicos y toda clase de aficionados que dispongan de algunos dólares extra pueden echar mano a estos aparatos para hacer con ellos todo tipo de experimentos.

Tal es el caso de este hombre, que desarmó 54 drones para utilizarlos como sistema de propulsión para una original aeronave, con la que logró despegarse del suelo.