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Ciencia

Gracias cerebro por dejarme en paz

Con Diego Golombek: el tiempo, el cerebro, nuestros ritmos y el reloj biológico

El divulgador científico argentino habló con Montevideo Portal en el marco de su participación en el Congreso Uruguayo de Ciencias Cognitivas.

19.11.2021 18:13

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2021-11-19T18:13:00-03:00
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Por Santiago Magni

Unos 500 expertos nacionales y extranjeros están participando en el I Congreso Uruguayo de Ciencias Cognitivas y el II Simposio de Educación, Cognición y Neurociencia. Esta instancia, que se desarrolla en Montevideo del 17 al 21 de noviembre de 2021 en el Radisson Victoria Plaza, ofrece exposiciones sobre temas tan cotidianos como la percepción, la memoria, el razonamiento, el pensamiento, el lenguaje o la atención, con una mirada desde la ciencia.

Entre los oradores estará Diego Golombek, doctor en Biología de la Universidad de Buenos Aires, profesor titular en la Universidad Nacional de Quilmes, donde dirige un laboratorio especializado en cronobiología, el estudio de los ritmos circadianos y relojes biológicos.

Golombek dará el sábado 20/11 a las 19.00 horas una charla llamada “En busca del tiempo perdido en el cerebro”, donde se enfocará en “el tiempo del lado de adentro” y “las fluctuaciones” que tiene nuestro reloj biológico.

En diálogo con Montevideo Portal, el divulgador científico argentino habló sobre cronobiología, la influencia del sueño en nuestras vidas, los desafíos de la ciencia en cuanto a políticas públicas en la región, entre otros temas.

“Todos tenemos un reloj que mide el tiempo y le dice al cuerpo qué hora es. Ahora no prestamos mucha atención a qué hora hacemos las cosas, no le llevamos demasiado la cuenta al sueño, sabemos que el sueño no es un lujo sino una necesidad vital. Si no dormís bien o dormís a deshoras, y poco, no solo rendís mal y estás de malhumor, sino que te enfermás muchísimo más”, explicó Golombek, que es investigador superior del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) y además de su labor como científico, tiene una reconocida trayectoria como divulgador de la ciencia en diversos ciclos televisivos y medios.

Golombek explicó que en el marco del Congreso de Ciencias Cognitivas le parece “muy importante considerar el tiempo y los ritmos porque pueden dar lugar a muchísimo error en las investigaciones” y cuando no se considera “una variable fundamental para la cognición: no rendimos igual a cualquier momento del día, nuestra memoria, atención y motivación no es igual a lo largo del día”. “Eso es lo que voy a tratar de convencer al público de ciencias cognitivas, para que consideren el tiempo, la hora del día, las estaciones y todas las fluctuaciones que tienen que ver con este reloj biológico. Me parece que esto puede ser de mucho provecho para las investigaciones que realiza este grupo”, agregó.

El doctor en Biología comentó que “lo que se recomienda es dormir un mínimo de siete horas para adultos, ocho para adolescentes y nueve para niños y niñas, pero estamos muy lejos de eso”. “Se supone que estamos durmiendo una hora menos que hace 50 años y dos horas menos que hace 100 años, lo cual es muchísimo. Las consecuencias son múltiples, no solamente a nivel de somnolencia, estar cansados, pero también la activación crónica de sueños trae trastornos metabólicos. Engordamos más por no dormir, o padecemos trastornos inmunes, estamos más proclive a las infecciones. También hay trastornos cardiovasculares, la salud depende de ese sueño y que ocurra no solamente en la cantidad de horas adecuadas, sino en el horario adecuado”, añadió.

Foto: Javier Noceti/Montevideo Portal

Foto: Javier Noceti/Montevideo Portal

Golombek sostuvo que este tema “es relativamente reciente y todavía tiene que entrar a la parte principal de la medicina para que todos seamos conscientes de la importancia del sueño”. Con respecto a las franjas etarias, el investigador hizo énfasis en la preocupación por el sueño en adolescentes. “No solamente todos tenemos un reloj biológico, sino que marca horas distintas. Hay personas muy matutinas y otras muy vespertinas (lo que se llama búhos y alondras en la jerga). Uno no es igual de matutino o vespertino toda la vida, en la adolescencia uno es típicamente búho, tiende a ser más noctámbulo. Uno tiende a pensar que esto es por una cuestión cultural, ya que los adolescentes hacen todo de noche, salen a cualquier hora, la previa de la fiesta es a las 2 de la mañana, y sí, hay mucho de cultura. Pero esa cultura se monta sobre una necesidad biológica, las agujas del reloj biológico apuntan hacia más tarde, lo cuál está todo bien, el problema es que al día siguiente el liceo comienza muy temprano por la mañana, sobre las 7 de la mañana, y los chicos y chicas están literalmente dormidos en las primeras horas”, acotó.

En ese marco, los adolescentes “no rinden bien” en el liceo, “faltan mucho y se enferman más”, dijo Golombek. “En algunas pruebas piloto en las cuales se probó el modificar el horario de inicio en secundaria apenas media hora, 40 minutos, idealmente una hora. El resultado fue espectacular, los chicos faltan menos, se enferman menos y las notas son mejores, lo cual es algo que tenemos que prestar especial atención”, agregó.

El divulgador científico hizo énfasis en que “cada vez hay más pruebas” de que “un buen sueño redunda en mejor aprendizaje”. “No solamente la cantidad de horas de sueño, sino que el sueño sea profundo, reparador y en el horario adecuado”, explicó.

Foto: Javier Noceti/Montevideo Portal

Foto: Javier Noceti/Montevideo Portal

Un problema universal y las políticas a futuro

Golombek comentó que el problema de los malos hábitos en el sueño es universal. “En Argentina venimos llevando adelante una encuesta muy masiva en toda la población mayor a 18 años y hemos visto que la cantidad de sueño está muy por debajo de lo recomendado, no me cabe duda de que en Uruguay debe ser muy parecido”, sostuvo.

“Tendemos a ser muy nocturnos en el Cono Sur, cenamos muy tarde, no separamos el horario de la cena del de ir a dormir, nos levantamos temprano para ir a trabajar, o al colegio, y eso redunda en poco sueño”, añadió.

En ese sentido, el divulgador científico resaltó que en nuestro país está el trabajo sobre cronobiología coordinado por el Grupo de Investigación en Cronobiología dirigido por Ana Silva y Bettina Tassino.

Durante una mesa redonda de debate en el marco del congreso, Golombek habló sobre “Ciencia y Toma de Decisiones en política pública”. En ese sentido, hizo énfasis en que la toma de decisiones “no sean cuestiones que se muevan solamente por emoción, intereses políticos, especulaciones o encuestas a la gente, sino también que haya algo de racionalidad”.

“Hay un movimiento muy fuerte en el mundo que es el del aporte de la ciencia en el comportamiento a la toma de decisiones. Se trata de las formas comportamentales de entender cómo funciona la gente y cómo poder ayudarla a una manera más racional, por ejemplo, desde políticas públicas que tienen que ver con temas educativos, violencia o de género, por ejemplo”, agregó.

Golombek opinó que “si compartimos el pensamiento científico con los tomadores de decisión podríamos ser un poco más racionales y menos especulativos”. “El conversatorio también derivó a temas de política científica, presupuesto, políticas a mediano y largo plazo, en las que todos nuestros países se parecen bastante”.

Foto: Javier Noceti/Montevideo Portal

Foto: Javier Noceti/Montevideo Portal

Por Santiago Magni