Los desastres naturales causaron en el mundo pérdidas económicas por valor de 72.000 millones de dólares (70.000 millones de euros) en la primera mitad del año, un descenso del 20,8 % con respecto al mismo periodo de 2021, según un informe de la multinacional reaseguradora Swiss Re.

El dato supone además una bajada del 3 % frente a la media de los últimos 10 años, aunque la compañía advierte que "el cambio climático está evidentemente causando un aumento de fenómenos meteorológicos extremos tales como recientes inundaciones sin precedentes en Australia o Sudáfrica".

Pérdidas para las aseguradoras

Las pérdidas para la industria aseguradora derivadas de estos desastres naturales entre enero y junio ascendieron a 35.000 millones de dólares (34.000 millones de euros), una cifra también inferior a la del año anterior pero un 22 % mayor a la media de los últimos diez años.

Entre las catástrofes que más pérdidas causaron, Swiss Re destacó las inundaciones que afectaron a Australia en febrero y marzo, que costaron a las aseguradoras 3.500 millones de dólares (3.400 millones de euros), una cifra similar a la derivada de las tormentas invernales sufridas por varios países europeos en febrero.

Zonas sensibles

La firma suiza alerta del incremento de las pérdidas asociadas a desastres naturales considerados en principio de menor gravedad, tales como el granizo o las inundaciones, "exacerbados por la rápida urbanización y la acumulación de riqueza en zonas sensibles a estas catástrofes".

"A diferencia de los huracanes o los terremotos, este tipo de eventos peligrosos pueden ocurrir en cualquier parte, y sus efectos empeoran por el rápido desarrollo urbano en áreas especialmente vulnerables", advirtió en un comunicado el director de la división de análisis de catástrofes de Swiss Re, Martin Bertogg.

La firma de Zúrich recordó que un 75 % de las catástrofes naturales que ocurren en el mundo no están cubiertas por seguros, y vaticinó cuantiosas pérdidas derivadas de la sequía y los incendios que este verano sacuden Europa, después de que en junio la temperatura media fuera la más alta de la que se tiene registro.

EFE