Las personas abstemias y aquellas que beben demasiado tienen mayores riesgos de muerte, comparadas con quienes consumen alcohol en su justa medida, sobre todo vino tinto. La información se desprende de un estudio publicado en The Lancet por los investigadores italianos Roberto Ferrari y Claudio Rapezzi.
Analizando un consumo razonable de alcohol durante dos semanas, se constata que el mismo puede tener efectos inhibitorios del riesgo de trombosis (en el 50% de los casos inhibe la obstrucción del flujo sanguíneo que causa el trombo o masa de sangre coagulada) y aumentar el "colesterol bueno", que contrarresta la hipertensión.
Según los estudios de la revista especializada, glosados por la agencia noticiosa Ansa, el consumidor de vino, comparado con quien prefiere la cerveza diariamente, tiene una dieta a menudo más saludable, que incluye pescado, aceite y cereales, y sigue los dictámenes de la dieta mediterránea.