Amazon anunció este martes el proyecto AI Factories, una iniciativa orientada a atender la preocupación de empresas y gobiernos por la soberanía de los datos, permitiéndoles ejecutar sistemas avanzados de IA dentro de sus propios centros de datos, pero gestionados por Amazon Web Services (AWS).

El esquema funciona de la siguiente manera: el cliente aporta su infraestructura física —el edificio y la energía—, mientras que AWS instala un sistema completo de hardware y software de inteligencia artificial, lo administra y puede integrarlo con otros servicios de la nube de Amazon. La clave es que los datos nunca abandonan las instalaciones del cliente, ya que no se envían a la nube pública ni se comparten con el proveedor del modelo o el fabricante del hardware.

El proyecto es una colaboración con Nvidia, que aporta sus componentes de alto rendimiento —incluidas las nuevas GPU Blackwell y su tecnología de red—, mientras que AWS suma sus propios chips Trainium3, además de su sistema de redes, almacenamiento, bases de datos y seguridad.

AWS no es el único gigante de la nube que avanza en esta dirección. En octubre, Microsoft mostró la primera de varias fábricas de IA que desplegará en sus centros de datos globales para ejecutar cargas de trabajo de OpenAI. En ese momento, la compañía no anunció que estas máquinas pudieran usarse en nubes privadas, sino que destacó que estaba utilizando tecnología de Nvidia para construir y conectar sus nuevas “AI Superfactories”, los centros de datos de última generación que levanta en Wisconsin y Georgia.

Según informó TechCrunch, el mes pasado Microsoft también detalló los centros de datos y servicios en la nube que instalará en países específicos para atender las exigencias de soberanía de datos. Entre sus opciones figura Azure Local, su propio hardware administrado que puede montarse directamente en las instalaciones del cliente.

Aun así, el medio destaca la ironía de que la inteligencia artificial esté llevando a los mayores proveedores de nube a invertir de nuevo en centros de datos corporativos privados y esquemas híbridos, “como si fuera 2009 otra vez”.