Escribe Juan Gabriel López | @galopezjuan
Tocó la batería con las palmas de las manos ante 30.000 personas, en un estadio gigante aclamando por su sólo. Destruyó hoteles con armas medievales asiáticas. Murió ahogado en su propio vómito de vodka y conquistó la banqueta de oro proclamándose como el mejor tocando baterías.
El 31 de mayo se cumplieron 76 años del natalicio de una leyenda. John Henry Bonham, más conocido como Bonzo, es aclamado mundialmente por ser uno de los bateristas más icónicos, y tal vez, hasta el más importante de la historia del rock.
La lista de canciones de Led Zeppelin en las que Bonzo tiene una participación fundamental, es interminable. "Good Times Bad Times", "Rock and Roll", "Ramble On" son algunas de las claves para entender cómo el músico se transformó en leyenda. Pero también lo son el carisma, la bondad, el desenfreno, las adicciones y, como toda leyenda del rock, su trágico final. Su vida, obra, anecdotario y muerte, son dignos de recordar. El baterista de Led Zeppelin fue claramente uno de los músicos más influyentes en la historia de la música occidental, y vivió como una leyenda hasta su último día.
Los excesos fueron una marca registrada del baterista y no sólo en cuanto a sexo, alcohol y drogas. También a la hora de tocar rock and roll, la sobrecarga hasta el límite fue una característica positiva y sobresaliente, que elevó la vara de los bateristas para siempre. Por ejemplo, durante la canción "Moby Dick", Bonzo toca un solo —épico y estruendoso— que llegó a tener más de 25 minutos de duración en vivo.
Generalmente, a la hora de interpretar esta canción, Plant lo presentaba y abandonaba el escenario. John Paul Jones lo seguían como acompañante en bajo y batería hasta que el torbellino de los parches desataba una bataola de sonidos inigualables.
Su marca ineludible en el rock pasa por mezclar ritmos disímiles a una velocidad muy alta y frenar cuando es necesario. La habilidad de Bonham para combinar compases complejos con una increíble fuerza física lo convirtió en una figura emblemática en el mundo de la batería. Su estilo influenció a innumerables bateristas, y su técnica innovadora sigue siendo estudiada y admirada hasta el día de hoy.
Las inspiraciones de Bonham estuvieron marcadas por los grandes hitos del jazz, como Gene Krupa y Joe Morello. Desde el momento en que ingresó, Bonzo se convirtió en el motor rítmico de la banda, aportando su estilo único y su energía inigualable a canciones como "Whole Lotta Love", "Kashmir" y "Stairway to Heaven".
A lo largo de su carrera, Bonham luchó contra su adicción y su comportamiento errático causó tensiones en la banda. A pesar de todo, se convirtió en un pilar de Led Zeppelin, y su presencia en el escenario era fundamental para el sonido único de la banda.
Su marca se puede sentir en bandas de todas las generaciones, y su habilidad para combinar fuerza y técnica sigue siendo un punto de referencia para los bateristas actuales. A pesar de su corta vida, el legado de Bonzo seguirá vivo eternamente.