Antonia Eriksson es dueña de una historia dura pero que, gracias a su tenacidad y el apoyo de una comunidad virtual, se convirtió en inspiración para miles de personas que padecen desórdenes alimenticios.
En setiembre de 2012 llegó el momento de enfrentar un problema que venía afectándola desde hace tiempo: padecía anorexia y había llegado a un punto en que, con 38 kilos de peso, debió ser ingresada en un hospital.
En ese momento comenzó una cuenta de Instagram compartiendo una foto de una sala de hospital como primera imagen, y a partir de ahí empezó a publicar fotos de su tratamiento, de sus comidas diarias, en fin, de lo que iba viviendo mientras comenzaba su larga lucha con la enfermedad.
Un año después, las fotos que publicaba daban cuenta de su progreso: era una mujer en forma, saludable y hermosa, y según ella misma comentaba en sus posts, no podía creer que tan solo 365 días atrás había estado internada y en un estado tan crítico.
El documentar su progreso en Instagram la ayudó a continuar, así como ayudó a otros. "Instagram me ayudó mucho. Encontré otras personas que sentían lo mismo o estaban atravesando luchas como la mía. Nos apoyábamos mutuamente y cuando me estaba sintiendo mal siempre podía acudir a ellos por un consejo", dijo a The Daily Dot.
Antonia estuvo dos meses en el hospital y otros tres en recuperación. Desde la cuenta @eatmoveimprove ha publicado no solo fotos de su cuerpo sino también de los alimentos saludables que consume y los ejercicios que realiza, así como mensajes inspiradores sobre su enfermedad.
"La anorexia es parte de mi historia y una enfermedad que tuve, pero no me define como persona. Hoy en día comparto mi vida, lo que me gusta hacer y lo que soy", agregó.