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Según explicó su familia a Ausentes, los problemas que derivaron en su desaparición surgieron cuando Sebastián se fue a vivir con una mujer a una casa cerca del camping de El Sauce, con la que tenía repetidos episodios de violencia.

Ambos trabajaban en una whiskería, en la que Sebastián era "explotado" y tenía problemas para cobrar su salario, según la versión de sus familiares.

Decidió iniciar un juicio al local, que debía pagarle 200.000 pesos. La mujer, sin embargo, le dijo que fuera a la whiskería porque lo estaban buscando para pagarle. Pero de acuerdo a sus familiares, nunca llegó.

"Para ir ahí, él tenía que tomar una ruta oscura", contó su tía. Nunca más volvió a aparecer.
"Nos contaron que la dueña de la whiskería dijo que antes de pagarle lo mandaba matar", contó la familia, que asegura que alguien miente, o la mujer que vivía con Sebastián o los dueños del bar.

Los familiares exigen a la Justicia que investigue y haga un careo entre quienes lo vieron por última vez. "¿Por qué no lo buscan? ¿Por qué no tenía dinero? No puede ser que haya quedado en el olvido", afirmó su tía.