Contenido creado por Federica Bordaberry
Columnistas

Escribe Soledad Bastidas (FAO)

Opinión | El cambio climático y la escasez de agua

"Las sequías son cada vez más recurrentes, los períodos secos son cada vez más intensos, y las áreas más pobladas demandan más agua".

22.03.2022 18:13

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2022-03-22T18:13:00-03:00
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El Día Mundial del Agua nos recuerda la importancia de este recurso fundamental para la vida en la Tierra. Del agua dependen todas las actividades agrícolas, pecuarias, acuícolas y de pesca.

Con sólo el 10 por ciento de la población mundial, América Latina y el Caribe posee el 36 por ciento del agua disponible para el consumo humano en el mundo.

Sin embargo, esta abundancia regional no es igual en todas partes y a todo momento: hay muchos territorios que sufren de extrema escasez.

Una cuarta parte de la región ya es árida o semiárida. Las sequías son cada vez más recurrentes, los períodos secos son cada vez más intensos, y las áreas más pobladas demandan más agua de la que hay disponible; y, donde hay mayor abundancia de agua es donde menos gente vive.

El cambio climático es uno de los mayores desafíos asociados a la provisión de agua: se prevé que aumente la temperatura más allá de 1.1°C, que los patrones de lluvia se alteren, que exista mayor incertidumbre en los ciclos estacionales de lluvia, siembra y cosecha, y que se generen más eventos extremos como inundaciones y sequías.

Todo ello reducirá el agua disponible para el consumo humano, afectará la productividad de la agricultura, aumentará la pérdida de humedad de los suelos, y provocará una mayor incidencia de plagas.

Este escenario se podría complejizar aún más debido a la mayor demanda mundial de alimentos, que se espera crezca un 50% para el 2050. A mayor demanda de alimentos mayor necesidad de agua.

Una de las mejores maneras de enfrentar este desafío es manejando el agua bajo un enfoque ecosistémico y con un mejor uso del agua en la agricultura.

Para un futuro sostenible, tenemos que producir más alimentos usando menos agua.

En América Latina y el Caribe, la agricultura utiliza el 73% del agua dulce disponible.

El riego se practica sólo en el 11% de la superficie cultivada, con una eficiencia menor que la media mundial: 39% (versus el 56% a nivel global). Esto significa que un alto porcentaje del agua destinada al riego se desperdicia.

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) viene fomentando el diálogo y apoyando políticas públicas para un mejor manejo integral del agua, que considera sus interacciones con las tierras, los suelos y los bosques.

En la Amazonía, en el Chaco, en los Andes y en el Corredor Seco de Mesoamérica, la FAO apoya a comunidades a enfrentar la sequía y a implementar prácticas de recolección, almacenamiento y uso eficiente de este recurso en la agricultura.

Por ejemplo, el año pasado, en el Corredor Seco Centroamericano, se apoyó la implementación de acciones anticipatorias basadas en los pronósticos de sequía, permitiendo a 7.500 personas en El Salvador, Guatemala y Honduras, mejorar sus capacidades de recolección y almacenaje de agua, reforzar sus capacidades productivas y transformar sus medios de vida agrícolas y ganaderos a sistemas más resilientes.

La FAO también está apoyando a los países a implementar, en conjunto con comunidades locales, proyectos de adaptación al cambio climático, que incluyen inversiones, medidas de conservación de fuentes hídricas, manejo sostenible de cuencas y restauración de paisajes productivos. Estas acciones, permiten asegurar la disponibilidad de agua y la regulación del flujo hídrico.

También se ha impulsado la implementación de medidas agronómicas e innovaciones tecnológicas para una mejor captación y eficiencia del riego, sin poner en juego la disponibilidad de agua en los acuíferos.

Junto a los países, la FAO está impulsando medidas agronómicas e innovaciones tecnológicas y de digitalización, que permiten una mayor eficiencia del riego.

Con el cambio climático ya no hay más tiempo que perder. Necesitamos tomar acciones contundentes e integrales para abordar la escasez de agua y asegurar su disponibilidad en la región.

Soledad Bastidas es coordinadora de la Iniciativa Regional de Agricultura Sostenible y Resiliente de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) para América Latina y el Caribe.