Jacinto Torres, un septuagenario residente en la ciudad de Melo, se convirtió en las últimas horas en protagonista de una situación inédita: firmó de puño y letra su egreso del registro de fallecidos. También inédito fue lo que vivió -hasta la palabra resulta irónica- durante los últimos siete años, durante los que su vida fue, literalmente, un sinvivir.
Por error, y debido al deceso de una persona con su mismo apellido, Jacinto fue registrado como fallecido. Desde entonces, y en una situación kafkiana, ha venido batallando para que se lo reconozca como legalmente vivo.
Semejante situación, sumada a ciertos padecimientos, le arrebataron -también literalmente- el sueño.
"Paso las noches enteras despierto, duermo en promedio catorce horas semanales", dijo en declaraciones al medio local La Red Independiente.
"La única forma de resolver el problema es que te borren del libro, de la hoja de los muertos, porque estás vivo", agregó.
Welker Resende, encargado del Cementerio Municipal de Melo, confirmó al citado medio que el nombre de Jacinto Torres fue borrado de los libros de sepulturas.
"Por suerte se pudo regularizar esa situación, con el aporte del escribano de la Intendencia", expresó.
En cuanto a eventuales consecuencias del fallido acto administrativo ocurrido hace siete años, el funcionario dijo lo siguiente: "No vamos ab buscar culpables, sino a tratar de salir del paso de este tema. Para bien de la familia Torres se logró este paso".
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