Policía sacaba irregularmente a presos de cárcel para hacerlos trabajar en su chacra

Tal como informáramos oportunamente, en la mañana de ayer la policía de Rivera detuvo a tres de sus propios miembros y a un operador penitenciario, quienes comparecieron ante la Justicia.

Según informa el medio binacional A Plateia, las detenciones se produjeron en el marco de una investigación llevada adelante durante al menos ocho meses, y en la que se vigilaban las acciones de un suboficial de policía de 45 años e iníciales L.C.T.S., encargado de la cárcel granja de Paso Ataques y que cumplía funciones en el centro penitenciario Cerro Carancho.

De acuerdo con el citado medio, el uniformado posee una chacra en las inmediaciones del centro penitenciario, lugar al cual llevaba a algunos reclusos que se encontraban cumpliendo pena en la cárcel granja para que éstos realizaran trabajo en dicha propiedad para su beneficio propio. Además, en reiteradas oportunidades sustrajo materiales de construcción manufacturados en la propia cárcel granja, llevándolos a su chacra.

El Instituto Nacional de Rehabilitación (INR) había iniciado a fines de diciembre su propia investigación por el mismo caso. Una vez concluída esta, el Ministerio del Interior radicó la denuncia ante Fiscalía y elevó toda la información dispoonible, según informaron a Montevideo Portal desde el Instituto

Ayer, todos los detenidos prestaron declaración en la Fiscalía Departamental de Rivera. Los otros dos policías y el operador penitenciario recobraron su libertad, mientras que el ya mencionado suboficial resultó formalizado por reiterados delitos de peculado especialmente agravado y reiterados delitos de abuso de funciones, disponiéndose su arresto domiciliario total por 120 días.

El agente formalizado también afronta un sumario con destitución del cargo, y se continúan las investigaciones acerca de los otros involucrados.

Este viernes, desde Fiscalía se comunicaron algunos pormenores del caso.

Se señala, por ejemplo, que en varias oportunidades llevó a varios reclusos a su chacra, sita a unos siete kilómetros del presidio, con el fin de que los reos realizaran refacciones en la vivienda.

En otra ocasión, llevó una camioneta de su propiedad a la Cárcel Granja para que los reclusos la pintaran.

Además, en otra oportunidad, cargó en su camioneta ladrillos que se fabrican en la Cárcel con los cuales se construyó una barbacoa en su chacra. De igual forma, vendía estos ladrillos para beneficio propio.