Si cuando bebes alcohol, tu cara se enrojece o tenés una sensación de calor, podría ser el menor de tus problemas. Un nuevo trabajo concluye que las personas que experimentan enrojecimiento de la cara a causa del alcohol son más propensos a presentar una presión arterial alta.
Para llegar a esta conclusión, según reporta MedCiencia, los investigadores de la Universidad Nacional de Chungnam, Corea del Sur, recopilaron más de 1.700 participantes. A través de sus experimentos encontraron que las personas que mostraban enrojecimiento facial después de beber eran 2,27 veces más propensos a padecer hipertensión en comparación con aquellos que no experimentan enrojecimiento relacionado con el alcohol.
Fallo en el metabolismo
Es sabido que el consumo de alcohol produce un aumento temporal de la presión arterial. Una vez que el alcohol se introduce en el organismo, el cuerpo comienza a metabolizar al mismo en un compuesto denominado acetaldehído. Este compuesto tiene un efecto relajante que hace que los vasos sanguíneos se expandan, lo que resulta en una caída de la presión arterial.
Pero una vez que el alcohol abandona el cuerpo, el organismo comienza a trabajar para que los niveles de presión arterial se eleven y alcancen de nuevo la normalidad, proceso que puede dar lugar a niveles más elevados de lo normal. El enrojecimiento de la cara se produce cuando el cuerpo no es capaz de romper el acetaldehído. Como indican los investigadores, el riesgo de hipertensión en este grupo de personas aumenta debido a que el cuerpo no elimina de forma eficiente el acetaldehído.
Si bien todos los tipos de alcohol pueden provocar este efecto, el vino tinto, el whisky o el brandy son los que inducen más al enrojecimiento de la piel. Además, otras cosas pueden desencadenar también una cara roja, como los alimentos muy calientes o muy picantes. Hay que tener en cuenta, también, que es un problema que tiende a afectar más a las personas de piel más clara, a las mujeres más que a los hombres y a edades comprendidas entre 30 y 60 años.
Los científicos indican que, si bien hay muchas maneras de manejar el enrojecimiento, todavía no existe una cura. Identificar los factores desencadenantes y evitarlos en lo posible, aseguran, es lo mejor que puede hacerse.
¿Cáncer de esófago?
No es el primer trabajo asiático que relaciona el enrojecimiento de la piel con el alcohol (algo que ocurre con más prevalencia en esta población) con el posible desarrollo de alteraciones de la salud. En 2009, El Mundo Salud publicaba la información sobre un estudio que relacionaba las rojeces por alcohol con el potencial desarrollo de cáncer de esófago.
Le llaman el "rubor asiático", y es una respuesta de su organismo porque carecen de una enzima que participa en el metabolismo del alcohol y que, como hemos dicho antes, no ayuda a la acción correcta del acetaldehído en el organismo.
Si bien la prevalencia principal se da en Asia, la cantidad de personas sin esta enzima asciende a unos 540 millones de individuos en todo el mundo. Esta deficiencia se ha trasladado a sociedades occidentales.
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