Contenido creado por Martín Otheguy
Columnistas

Whisky: Lo espantoso es sencillo y está siempre muy cerca

POR WOODYX

27.08.2004

Lectura: 2'

2004-08-27T00:00:00-03:00
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La pantalla queda completamente negra y todas las luces de la sala se encienden a un tiempo. Me levanto de la butaca mientras mi acompañante declara: ''está buena la película, pero no la vería cuatro veces''. Yo acabo de hacerlo.

Como en las anteriores ocasiones, la reacción de una parte del público es la misma, y se traduce en los mismos comentarios: “qué bajón!”, “no puede terminar así”, “qué final más feo!”, “qué película negativa”!, “es un embole”, “señora me está pisando”, (ese último es mío).

Días antes había tenido ocasión de escuchar algunos programas de radio en los que se comentaba la película, y pude notar que algunos oyentes presentaban quejas similares, (menos la del pisotón), lo cual me hizo llegar a una constatación obvia, quizá inevitable: Las pocas personas a quienes Whisky no les había gustado, no se lamentaban de la calidad de la obra, del desempeño de los actores, de problemas del audio o la imagen, ni de ningún aspecto técnico, sino que rechazaban el contenido del argumento, las sensaciones que transmite, los simples y terribles infiernos cotidianos. Y lo peor de todo -para muchos imperdonable- es que Whisky “termina mal”.


No voy a intentar refutar otras quejas que se dejaron oír, del tipo “para qué mostrar lo malo”, “hay que ser positivo”, etc. Es la misma forma de razonar que engendra afirmaciones tales como que Uruguay es un país perfecto porque no hay terremotos, por lo tanto cualquier debate es imposible.

Lo cierto es que Whisky, con una aparente sencillez y mediante una historia de engañosa irrelevancia, presenta un panorama donde la ostensible decadencia del entorno es superada por la mutilada emotividad de los personajes, gastados por la imperceptible tragedia de años de rutina estéril, por algunos rencores velados, y por una infinidad de cosas que quedaron y quedarán siempre por decir. Porque no habría como decirlas, y al cabo de tanto tiempo, ni por qué.

“qué bajón”, “no puede terminar así”. No termina, Whisky continúa fuera de la sala y había empezado antes de que entráramos.

Hasta mañana si dios quiere.