EL PLAN PERFECTO. POR RKORSON

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El cine ha resignificado todos aquellos relatos en nuevas historias con héroes modernos, manteniendo fielmente las estructuras simbólicas. Estados Unidos construyó su identidad en base a los modelos del mito tradicional; D.W.Griffith y John Ford fueron algunos de los padres narradores de esos cuentos con películas como "El nacimiento de una nación", del primero y unos años después "La Diligencia" del segundo.

Pleno siglo XXI

Contarle una fábula a un niño es algo fácil, lo difícil es que un adulto en el año 2006 participe de ella con agrado y complicidad. Ese es el desafío en el que Spike Lee se metió con "El plan perfecto" (Inside man) y que en buena medida ha superado con éxito.

Un hombre se presenta en pantalla, dice su nombre, advierte sobre sus características personales, e informa claramente sus propósitos: robar un banco. Luego interroga en voz alta sobre el dónde, el cuándo y el por qué. Sencillo, seguro y concluyente.

¿Cuántas películas de robos magistrales hay? Innumerables, ya que parece ser uno de los desafíos preferidos de los guionistas arriesgados. ¿Cuántas son realmente creativas? Pocas.

¿Cuántas películas de secuestros hay? Muchas ¿Cuántos conflictos se han visto entre el atrincherado y el nuevo héroe llamado "mediador"? Varios, incluso antes de que se acuñara ese término para definir tal labor.

Lo justo en el momento

Hay varias razones por las cuales aplaudir a este filme: la principal radica en la justeza del guión. Una construcción matemática, minuciosa como la mente de su protagonista en pantalla interpretado por Clive Owen.

Una narración en dos sentidos, el del hecho en sí y otro que poco a poco va develando pistas para resolver el todo.

El elenco participa tan aceitado como las argucias de los ladrones. Al ya nombrado Owen, hay que agregarle el co-protagónico de Denzel Washington, uno que repite con el director (Malcolm X, 1992) y que da rienda suelta a un policía nada estereotipado y con ciertos conflictos de lo más mortales.

El postre lo pone Jodie Foster en un personaje frío de sutil mujer manipuladora, una perra capaz de ladrar y morder al mismo tiempo, como ella se autodefine en cierto momento. Pocas veces se mostró tan dramáticamente sensual.

Haz lo correcto

Lee pone las fichas sobre la mesa, le da realismo a los actores sacándoles los clisés del cine comercial policial, presenta a un héroe con valores morales claros pero que no es ningún otario. El detective quiere capturar al "malo" para conseguir el ascenso, y mientras tanto tiene una buena excusa para no casarse por falta de dinero.

No importa si se es policía o ladrón, hay una sola forma de hacer las cosas, y es la correcta. Si vas a robar que sea a la persona que se lo merece. Para Spike Lee existe una justicia que no tiene que ver con la de los tribunales, sino con la de las personas justas y honestas.

En una fábula se necesita un narrador, una historia con buenos y malos, una amada mujer esperando al caballero y un desenlace que nos deje una enseñanza sobre cómo ser en el mundo.

Esta no es ni una película de robos ni de secuestros. El director mezcla ambas y le suma un ingrediente escondido para dar otro filme. Una auténtica fábula en Nueva York y en pleno siglo XXI.

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