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Crítica de discos

Machina/The Machines of God

DISCOS | LOS SMASHING PUMPKINS

Los Smashing Pumpkins se hicieron conocer a lo largo y ancho del planeta por Mellon Collie and the Infinty Sadness, su obra de estudio número tres y uno de los mejores discos de los años noventa. Thirty Three, 1979, Bullet With Butterfly Wings, Zero y Tonight, Tonight son grandes canciones de un gran disco. Y hay un por qué. Porque existe Billy Corgan.

Lectura: 3'

2003-06-17T00:00:00-03:00
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Montevideo COMM / Portal

Billy Corgan es el gran fabricante de canciones de los Smashing y es de esos que saben que todo lo que escucharon lo pueden usar a su favor. De esos que saben a la vez tocar el fondo del corazón con una melodía fácil y melancólica y elevar los estados de ánimo al máximo con un buen grunge o un pesado metal. Y para este disco, Corgan recurrió nuevamente a la vieja Alquimia. Machina/The machines of God es desde lo que llena los ojos hasta lo que complace los oídos un producto de la vieja Alquimia. Todo lo conocido hasta el momento en materia de rocanrol se fusiona bajo el conjuro de un experimentado vampiro para dar origen a setenta y pico de minutos de agradables y emotivas canciones. En definitiva es como una continuación interrumpida del Mellon Collie (Adore, el disco inmediatamente anterior, no le gustó a nadie) . Porque las fórmulas utilizadas parecen ser las mismas más allá de que en Machina haya preferencia por un sonido más "thecure" y no se hayan usado tanto los conceptos del metal y del grunge.

Machina arranca con la peor canción del disco The Everlasting Gaze, pesada y repetida, de esas cosas horribles que también Corgan sabe cómo hacer y vaya a saber uno para qué. Pero enseguida vienen Raindrops+Sunshowers, Stand Inside Your Love, I Of The Mourning y The Sacred and Profane que sin duda constituyen la mejor parte del disco. Porque el track que le da a medias el nombre al disco, Heavy Metal Machine, le pone el hielo al asunto, un poquito después que Try Try Try rellenera de melaza de poco precio el buen ambiente pop generado hasta el momento. Pero después la cosa empieza a tomar color nuevamente y desde This Time hasta Age Of Innocence, el track final, se puede disfrutar de unos Smashing Pumpkins concienzudos, maduros (en el buen sentido de la palabra) y haciendo lo que mejor les sale: buenas canciones.

En lo que respecta a la presentación del CD se puede decir que como buen amante del arte que es este pelón amigo nuestro (no olvidemos que no solamente compone como los dioses sino que también dirigió excelentes video clips para Mellon Collie) eligió unas buenas pinturas de Vasily Kafanov para adornar la alucinante edición del librillo que acompaña a Machina. Pinturas que tienen un sentido pumpkinesco implícito (hay que verlas para saber de qué se trata) y cuyo sentido estético y filosófico se arrodilla en los oscuros rincones de la simbología alquímica.

Machina/The Machines of God fue producido por Billy Corgan y por Flood y grabado en Pumpkilandia bajo el sello Virgin.

Quique Peluffo

Montevideo COMM / Portal