La doctora María Isabel Heraso es presidenta de la Fundación Internacional del Dolor y acaba de publicar el libro «Vivir bien sin dolor de espalda». El abordaje del dolor que realiza esta experta es sumamente novedoso, ya que apunta a la psicología y la base emocional de los problemas de espalda.
"El dolor empieza en el ánimo y las emociones de las personas. Si estas son malas, producirán sentimientos tóxicos de estrés, de angustia, de depresión. Y todo ello afectará al sistema nervioso vegetativo, alterando las funciones internas, y por ende, provocando la aparición del dolor", describió en declaraciones al diario ABC.
Esto, según Heraso, no es una mala noticia: "es una noticia muy positiva, porque el propio paciente, conociéndose así mismo, puede aportar mejoras a su salud. Y sobre todo, prevenir e, incluso, evitar el dolor".
Autopsicología
Heraso aseguró que si a una persona le duele la espalda "lo que hay que hacer es retrotraerse en su biografía, bucear en sus ancestros".
El motivo no es encontrar huellas genéticas en el dolor, sino hallar parámetros de la relación con los miembros de la familia. "La mejor forma de ver por qué le duele es hacer el psicoanálisis de cómo ha sido su infancia, y qué problemas ha tenido, de cómo ha vivido los diferentes capítulos de su vida", comentó.
"Lo que hago es proponer a mis pacientes que se hagan un autopsicoanálisis: que se compren un cuaderno y un lápiz en el que van a escribir cosas muy íntimas. Lo mejor es empezar escribiendo algo intrascendente, para calentar la pluma. Comenzar por 'cuántos hermanos éramos, qué numero hago yo, cómo eran mis padres, mi colegio, mis amigos...'. Muchos se sorprenden al verse escribir sobre episodios de su vida que no habían querido dar importancia, incluso que no recordaban", describió.
"Se trata de recapitular. Si se sigue este método del autopsicoanálisis hemos de saber que solamente saldrán a la luz los acontecimientos que hayan dañado a la persona, si esta previamente ha tenido la humildad de pensar que pueden haber existido", agregó.
En el cuerpo
"Todo suele empezar con la ansiedad y el miedo. Después, pasar a las contracturas. Luego, a la inflamación de ligamentos posteriores al sacro, pasando por la disminución y salida de los discos intervertebrales, las hernias discales, la escoliosis... Y hay una interpretación psicológica para casi todo". Así describió Heraso el proceso por el cual las emociones se terminan traduciendo en dolores de espalda.
Aunque aspectos psicológicos entren en juego, las consecuencias del dolor van a ser físicas y la acción sobre ellas dependerá de lo grave que sea el problema: "Si es un problema de hernia o escoliosis habrá que operar. Pero una disminución o deshidratación de discos quizás se pueda resolver con unos bloqueos nerviosos. Mientras que si la persona está en el nivel de contractura fuerte, lo que necesita es un fisioterapeuta o un osteópata. Y si lo que tiene es tensión muscular, con meditación y relajación muscular es probable que lo solucione", explicó la experta.
Heraso aconseja en su libro llevar una buena alimentación, hacer ejercicio todos los días, al menos veinte minutos, y dominar la ansiedad.
"Aprender a objetivar y a relativizarlo todo, a practicar la relajación, a respirar, a meditar, a tener control mental, incluso a reírnos", concluyó.
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