Originarios de Turquía, los peces Garra Rufa actúan sobre nuestra piel succionándola de forma suave, para eliminar las impurezas y los trazos de piel muerta que quedan. Dado que no tienen dientes, succionan con su boca, en forma de ventosa. El tratamiento consiste en sumergir los pies en agua tibia durante 15 o 20 minutos y dejar actuar a los peces, los cuales limpian y exfolian la piel de forma natural.
Entre los ya mencionados beneficios de esta práctica, también se encuentra la liberación de estrés, el estado de relajación y el hecho de despejar la mente. El masaje que estos pequeños peces efectúan es toda una experiencia sensorial, muy recomendada si tenés problemas dermatológicos como la piel muy seca o la psoriasis, según consigna un artículo en el portal Nosotras.
La ictioterapia, además, beneficia la circulación, ayuda a activar puntos de acupuntura en nuestro cuerpo,cfacilitando un buen funcionamiento del sistema nervioso.
Pero como en todas las cosas que se ponen de moda, sugieren cuidarse de las falsas promesas. Algunos supuestos centros de estética utilizan otro tipo de peces, que tienen dientes y pueden dañar la piel. Es recomendable que, antes de someterse a este tratamiento, el centro de belleza muestre su certificado de autenticidad de los Garra Rufa.
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