A los 10 años, Yokoi Kenji dejó su natal Bogotá para mudarse a Japón. Allí vivió el primer gran quiebre de su identidad: “Era el típico mestizo que ni aceptaban en Japón ni se sentía del todo colombiano”. Décadas después, ese conflicto se transformó en vocación.
Hoy es uno de los conferencistas más populares de Colombia —con más de nueve millones de seguidores en redes sociales— y promueve una singular propuesta para mejorar la salud mental a partir del equilibrio entre dos culturas opuestas: la latina, impulsiva y resiliente; y la japonesa, estructurada y exigente.
“No quería ser de un solo lado. Busqué el equilibrio entre dos culturas muy extremas”, resume. Su fórmula no promete milagros, pero sí caminos de autoconocimiento, disciplina emocional y conexión humana.
De la crisis a la acción
Durante la adolescencia, Kenji enfrentó una profunda crisis existencial. En Japón, a pesar de hablar el idioma y comportarse “mejor que un japonés”, nunca fue plenamente aceptado. Descubrió pronto que la exigencia de perfección podía llevar a la parálisis emocional. “El exceso de orden también enferma”, afirma en una entrevista publicada por la BBC. Del otro lado, al regresar a Colombia, encontró una alegría que también lo desconcertó. “¿Por qué tanto folclor si todo llega tarde? La improvisación latina puede ser mágica, pero también un obstáculo”, reflexiona. Así nació su propuesta: buscar un punto medio entre la hiperdisciplina japonesa y la espontaneidad latinoamericana.
Intercambios que sanan
Kenji creó programas de inmersión cultural en Ciudad Bolívar, una de las zonas más vulnerables de Bogotá, para que jóvenes japoneses —algunos deprimidos, otros sin rumbo— vivieran experiencias transformadoras junto a comunidades locales. “El caos les hacía bien. Les devolvía el sentido de la vida. Se conectaban con personas que, pese a las carencias, querían salir adelante”, explica. Algunos se quedaron, se casaron, formaron nuevas familias. Otros regresaron con una visión completamente distinta del mundo.
Las enseñanzas de Oriente
Planeta
Esa misma búsqueda de equilibrio inspira su más reciente libro: Llorar, reír, vivir. Simplemente Yokoi Kenji, publicado por Paidós en Colombia. Lejos de ofrecer recetas o fórmulas mágicas, el autor utiliza 41 relatos breves inspirados en fábulas y leyendas japonesas para reflexionar sobre el comportamiento humano.
A través de cuentos con aire infantil, mágicos y simbólicos, el libro plantea lecciones sobre la disciplina, la amistad, la familia, el equilibrio entre trabajo y ocio, las relaciones de pareja y la superación personal. Todo, con el telón de fondo de sus vivencias como migrante y mestizo entre dos mundos.
“La disciplina, tarde o temprano, vencerá a la inteligencia”, escribe Kenji, en una de sus frases más citadas, que resume su propuesta: más que talento, lo que transforma es la constancia, el trabajo diario y el compromiso con uno mismo.
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