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Por The New York Times

Ya hay lencería sexy para hombres

Como artista multidisciplinario que explora la identidad negra y “queer”, LaQuann Dawson, de 27 años, suele hacerse autorretratos en su casa y su estudio en Brooklyn con lencería femenina. Pero descubrió que los “bodys” y los calzones no le quedaban bien.

16.04.2022 09:13

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2022-04-16T09:13:00-03:00
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Por The New York Times | Shane O’Neill

“O me quedaban muy pequeños o encontraba algo que solo se veía bien de espaldas”, explicó Dawson.

Como solución, se ponía la ropa interior al revés o compraba tallas más grandes. Entonces, un día, mientras exploraba Instagram, se topó con una empresa llamada Leak NYC, una marca de lencería masculina que fabrica sensuales trajes de malla y otros materiales transparentes, con mucho espacio para los genitales. Fue una revelación.

“Leak me pareció un regalo del cielo”, dijo Dawson. “Realmente lo están pensando para un cuerpo más masculino, con un guiño a la feminidad”.

La lencería masculina está despegando entre un segmento de consumidores varones que buscan ropa interior sexy que sea más variada que un suspensorio.

Muchas son de marcas emergentes con nombres como Menagerié, Candyman Fashion y Ciciful, que a menudo se comercializan con mensajes positivos para el cuerpo y el sexo. “Tu expresión de género es lo único que importa”, asegura el sitio web de Wicked Mmm, una marca de lencería de Montreal.

Las marcas convencionales también están entrando en acción.

Cosabella, una marca de lencería italiana fundada por un matrimonio en 1983, empezó a vender en su página web calzones de encaje para hombres, tangas semitransparentes e “hilo dental” de colores. “Es la mitad de la población mundial solo en términos de tamaño de mercado”, señaló Guido Campello, de 41 años, codirector ejecutivo de la empresa. Savage x Fenty, la marca de lencería fundada por Rihanna, lanzó su primera colección masculina en 2020. “Todo se agotó en doce horas”, afirmó Christiane Pendarvis, directora de comercialización de la marca. “No podíamos creerlo”. Este año, para el día de San Valentín, salió a la venta una colección muy atrevida con arneses de color rojo cereza y camisetas de malla.

Muchos de los clientes, añadió Pendarvis, no eran las novias, parejas o esposas, sino compradores varones. “Se trata de autoexpresión”, comentó. “¿Quieres usar una tanga de encaje para tu ropa interior? Adelante”.

Y Fleur du Mal, una línea de lencería de lujo con tiendas en Nueva York y Los Ángeles, presentó hace poco la colección Fleur Pour Homme, que incluye calzones transparentes de encaje. Los bóxers se agotaron en dos días y tienen una lista de espera de más de 500 personas, según Jennifer Zuccarini, fundadora de la marca.

Las ventas de lencería han sido fuertes durante la pandemia, y muchos fabricantes de lencería ven un mercado sin explotar para los hombres que sigue otra tendencia de la moda: el aumento de la ropa que va más allá del género.

“La lencería masculina es una pequeña parte de un movimiento más grande”, afirmó Francesca Muston, vicepresidenta de contenidos de moda de WGSN, una empresa de previsión de tendencias. “Hay toda una generación que está adoptando la inclusividad y la diversidad de género. Y para la industria de la moda, para nuestros clientes en WGSN, eso es algo enorme”.

“Enorme” es un término relativo, pues la ropa con inclusión de género sigue representando menos del uno por ciento de toda la ropa que se vende en Estados Unidos, según WGSN.

La lencería masculina no es del todo nueva. Valerie Steele, directora del Museo del Instituto Tecnológico de la Moda de Nueva York y autora de “Fetish: Fashion, Sex & Power”, remonta la lencería masculina al menos a la década de 1920. Citó International Male, un catálogo que se publicó por primera vez en 1974 y que a menudo llamaban Victoria’s Secret para hombres, el cual presentaba página tras página de modelos masculinos en bikinis con tanga. Steele lo considera un precursor de la ropa interior que sexualiza abiertamente los cuerpos masculinos. “Proviene principalmente de la cultura gay, pero también de la liberación sexual en general”, aseguró.

Louis Dorantes, de 30 años, que fundó Leak NYC en 2016, cree que estamos en medio de otro momento similar. “Estamos entrando en una nueva era en la que los cuerpos con representación masculina se sienten cómodos vistiendo formas femeninas, tejidos femeninos que no existían en mi adolescencia”, relató Dorantes. “Parece un mundo nuevo y valiente. Realmente estamos intentando explorar y empujar y cuestionar el binario que nos ha limitado durante tanto tiempo”. Kennie Mas, una marca homónima de lencería masculina y ropa fetiche fundada en 2018 en Toronto, también nació del mundo LGBT. Entre sus artículos recientes se encuentran una camiseta en color púrpura brillante con el pecho desnudo, y una tanga floral hecha de poliéster elástico.

“Cuanto más femeninas son las piezas, me parece que se venden más”, dijo Mas, de 28 años. “La lencería masculina, o como quieras llamarla, definitivamente está en auge en este momento”.

Algunos hombres con gustos más tradicionales también se están volviendo aficionados a la nueva lencería.

Steven Green, de 28 años, fotógrafo y modelo de tallas grandes que vive en Kansas City, Missouri, fue contratado para desfilar en la pasarela Savage x Fenty en 2020. “Nunca pensé en la lencería para hombres en absoluto hasta que trabajé con ellos”, dijo Green. Antes solo me ponía calzones de Calvin Klein o Polo Ralph Lauren, pero desde entonces ha ampliado su armario de ropa interior.

Ahora, para lo que él llama “ocasiones especiales” con su mujer, opta por boxers de satén rojo de Savage x Fenty. “Si quiero que sea un poco más sexy, recurriré a esos, simplemente porque el material es más fino”, comentó Green. “Para los hombres, ahora también hay un Victoria’s Secret”. Un detalle de un “body” transparente de Leak NYC, que lleva el artista LaQuann Dawson en su casa de Brooklyn, el 28 de febrero de 2022. (Justin J Wee/The New York Times) El artista LaQuann Dawson con un “body” de Leak NYC en su casa de Brooklyn, el 28 de febrero de 2022. (Justin J Wee/The New York Times)